El proceso de formación axiológica en la Educación Preuniversitaria desde la relación familia-escuela

Axiological formation in pre-university education from the family-school relationship

Radamés A. Benítez-Arias

radames@sp.ca.rimed.cu

Dirección Municipal de Educación de Ciego de Ávila, Cuba.

Raquel Diéguez-Batista*

raquel@unica.cu

Mirna Riol-Hernández*

mirnarh@sma.unica.cu

*Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, Cuba.

Educación y Sociedad

Vol. 16, No.2, Mayo-Agosto de 2018 (130-144)

ISSN: 1811- 9034 RNPS: 2073

Resultado del proceso de formación doctoral.

Recibido: 6 de febrero de 2018

Aprobado: 10 de abril de 2018

Publicado: 5 de mayo de 2018

 

Resumen

El artículo se propone como objetivo la fundamentación pedagógica del proceso de formación axiológica del estudiante en el preuniversitario, con énfasis en la sistematización de la relación escuela- familia. Se aporta el resultado de un estudio de sistematización realizado mediante procedimientos analíticos, lógicos, de síntesis, e inductivo-deductivos; se expone la comprensión del proceso en la educación cubana y a partir de indicadores determinados se precisan tendencias que transitan desde el establecimiento de indicaciones sobre la necesidad de que los procesos formativos en este nivel de enseñanza se desarrollen en estrecha relación con el contexto sociocultural, hasta la puntualización de bases generales para la formación axiológica desde la relación familia-escuela.

Palabras clave: formación axiológica, preuniversitario, relación escuela-familia

Abstract

The objective of the article is the pedagogical foundation of the process of axiological formation of pre-university students with emphasis on the systematization of the school-family relationship. The article aims to socialize the result of a systematization study carried out through analytical, logical, synthesis, and inductive-deductive procedures; the understanding of the process of axiological training in Cuban education is exposed and from determined indicators, trends are needed that go from the establishment of indications about the need for the formative processes in this level of education to develop in close relation with the sociocultural context until the point of general bases for the axiological formation from the family-school relationship.

Key words: axiological training, pre-university, family-school relationship

Introducción

La observación de la realidad educativa en el contexto actual del preuniversitario, evidencia que a pesar de los esfuerzos dedicados a esta educación, continúan presentándose manifestaciones de comportamientos inadecuados de los estudiantes como el incumplimiento de las normas de educación formal, desinterés por el estudio, uso de vocabulario indebido e irrespetuoso y algunas tendencias a prácticas nocivas como el consumo de alcohol y el hábito de fumar, entre otros, que reclaman el estudio intencionado para contribuir a un comportamiento responsable de los estudiantes de la Educación Preuniversitaria en su proceso formativo.

El proceso de formación axiológica en la educación cubana tiene una expresión permanente en la actividad científica educacional, sobre todo a partir de los años noventa del siglo XX, como respuesta a las realidades impuestas por la crisis mundial (Fabelo, 2003, 2011; Báxter, 2002, 2003, 2007; Mendoza, 2009; Fuentes, 2011; Piña, 2011; Barreras, 2011; Arencibia, 2012; Safeca & Santiesteban, 2015; Fajardo, 2015; Rodríguez, 2017); en dichos estudios se reconocen las carencias en la formación axiológica de los estudiantes y la importancia de la formación de valores como una necesidad social con un carácter eminentemente humanista.

Sin embargo, se considera que los fundamentos teóricos de este proceso no han integrado suficientemente las posibilidades que brinda la interrelación entre la escuela y la familia, en un enfoque desarrollador; no se han contextualizado adecuadamente los requerimientos formativos axiológicos de la enseñanza preuniversitaria; con frecuencia los enfoques quedan en una concepción teórica general por falta de propuestas metodológicas que profundicen en cómo contribuir a esta formación y el papel educativo que le corresponde a la familia.

El artículo se propone como objetivo la fundamentación pedagógica del proceso de formación axiológica del estudiante en la Educación Preuniversitaria, con énfasis en la sistematización de la relación escuela- familia. Se trata, de significar el proceso interactivo de la familia y la escuela en la formación axiológica, desde la práctica ético-reglamentaria en la Educación Preuniversitaria, a partir de compartir la responsabilidad formativa desde una lógica integradora comunicativa socio-pedagógica.

La revisión y sistematización de la teoría y la práctica educativa, mediante procedimientos analíticos, lógicos, de síntesis, e inductivo-deductivos, se ha orientado a la comprensión del proceso de formación axiológica en la educación cubana y al análisis y determinación detendencias históricas en el contexto educacional cubano de las últimas cinco décadas, atendiendo a: correspondencia de la formación axiológica con las necesidades contextuales; enfoque asumido para la atención a las diferencias individuales en la formación axiológica del estudiante; relación que se establece entre las necesidades formativas y el contexto familiar concreto y atención a la relación familia-escuela como célula fundamental del proceso de formación axiológica. Como resultado se obtiene la determinación de cuatro etapas en el proceso de formación axiológica del estudiante en la Educación Preuniversitaria.

Desarrollo

El proceso de formación axiológica en la educación cubana

Los valores son pautas y guías de la conducta humana; una escala de valores permite elegir entre caminos alternativos. Este es uno de los objetivos de la formación axiológica, para lo que se precisa revalorar los aspectos éticos de la educación, la cual deberá adaptarse en todo momento a los cambios de la sociedad, sin por ello dejar de transmitir el saber adquirido, los principios y los frutos de la experiencia. Sus fines son el pleno desarrollo del ser humano en su dimensión social.

Mendoza (2009) aporta un enfoque dialéctico-materialista que aborda el proceso de formación axiológica en su integralidad y carácter multifacético. Plantea que este proceso forma parte de otro más complejo y amplio: la educación y formación de la personalidad y que es susceptible de ser pensado, proyectado y diseñado desde la escuela, como sistema de interinfluencias y especialmente, desde la labor del docente.

Chacón (2017) indaga en la preparación del docente para la formación axiológica de los jóvenes, tomando en cuenta el enfoque ético, axiológico y humanista aplicado a la pedagogía, el que aporta una visión más integradora sobre el lugar y el papel que tienen la moral, los valores y el ser humano en su educabilidad, como elementos transversales del proceso formativo.

Al abordar este proceso en el nivel preuniversitario, Caballero (2009) refiere que el proceso de formación del bachiller cubano no es espontáneo, transcurre en un proceso en el cual todos los implicados intervienen en la proyección de metas a partir de una caracterización del grupo y de cada uno de sus miembros, el diagnóstico de las causas de deficiencias detectadas en la formación de los estudiantes, así como el pronóstico del estado deseado.

Es evidente la coincidencia en cuanto al papel de la educación y en particular del docente, en la formación axiológica en correspondencia con las exigencias del proyecto social cubano: formar en los adolescentes de este nivel valores morales que garanticen la consecución del fin planteado por la sociedad cubana actual: la formación integral de bachilleres defensores sistema social cubano, que actúen de forma creadora y sean capaces de tomar decisiones en diferentes esferas de la vida, especialmente en la elección de su futura profesión.

Las necesidades formativas en el orden axiológico, encuentran en el contexto familiar, el escenario natural para la atención al desarrollo de cualidades morales, sentimientos, convicciones a lo largo de toda la vida, dado que la familia no es una relación primordialmente biológica, sino que tiene un carácter natural y social, constituyendo la relación entre sus miembros su esencia (Engels, 1884). Así, el bachiller, inmerso en un momento decisivo para la determinación de su proyecto de vida, requiere todo el apoyo, comprensión y orientación de la familia, en un ambiente caracterizado por la armonía, la comunicación, el afecto, la seguridad, la organización y la colaboración entre sus miembros.

Para Álvarez (1996) la relación en la familia hay que estudiarla en sus múltiples relaciones en el nivel macro como micro social, el primero como institución en su integración a contextos sociales y el segundo por la interrelación entre la familia y el individuo, por ello se concibe a la familia como una unidad social y por una parte se presenta como el componente estructural más pequeño de la sociedad que cumple tareas de una institución social y por otro lado se puede describir como grupo social con determinada estructura y particularidades de interacción.

Según Castro (2010) la familia tiene un papel preponderante en la formación de cualidades de los adolescentes, ya que se convierte en un pilar fundamental como espacio vital de sus tradiciones, costumbres, normas, principios éticos, el desarrollo del sentimiento de identidad y pertenencia a una comunidad, es lo primero que experimenta y vivencia el estudiante.

La relación familia-escuela ha sido estudiada en Cuba por diferentes autores (Arés, 1998; Báxter, 2002; Agüero, 2003; Touriñán, 2012), todos ellos han teorizado acerca de que la escuela y la familia son instituciones socializadoras, formadas por grupos humanos en un sistema de relaciones encargadas de educar, formar, orientar, trasmitir normas, tradiciones, costumbres, hábitos, conocimientos, además que cada una en específico juega un papel diferenciador en dicha relación para poder llegar a su fin, la educación de las nuevas generaciones.

Blanco (2001) refiere que la familia como célula social básica, ofrece al educando las primeras relaciones afectivas y modelos de comportamiento positivos o negativos, razón ésta, que exige tener en cuenta este contexto en la acción educativa-formadora del sistema escolar. En general, se destaca en el proceso formativo a la familia como el grupo que ocupa un espacio vital en la construcción de la subjetividad de sus miembros, es un ambiente social donde la personalidad de cada individuo adquiere mayor relieve, además desempeña diversas funciones que garantizan su existencia, entre ellas la educativa, que permite la influencia en su conjunto con la sociedad, pero necesita de las instituciones de la orientación familiar que es entendida como la ayuda proporcionada a los miembros del grupo familiar para promover el desarrollo grupal y personal (Blanco, 2001).

Pomares (2005) propone una metodología participativa que integra talleres para la integración de la escuela a la familia, donde el estudiante pasa a ser mediador de esa relación, sin embargo no se profundiza en la necesidad de sistematización de la relación familia-escuela como célula de esta formación.

Otras investigaciones se refieren a la necesidad de preparación de la familia para el cumplimiento de su labor educativa en interrelación con la escuela, han demostrado cómo persisten insuficiencias en esta institución social sobre todo marcada por los profundos cambios que se dan en el mundo y por tanto en Cuba, en relación con la formación de la personalidad y el sistema de valores que impera tanto en el nivel macro de la sociedad como en la familia: su célula fundamental (Núñez, 2002; Arés, 2002; Rodríguez, 2008).

La educación de la familia pretende dotar a los padres de recursos que les permitan conducir correctamente la educación de sus hijos para la vida y la sociedad, en correspondencia con el proyecto educativo de la escuela. En Cuba se utilizan vías, formales y no formales (Bocalandro, 2009). Las vías formales, según Acosta & Cruz (2002), son: Reuniones de padres, Escuelas populares de padres vinculadas a los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Movimiento de madres combatientes en centros educativos, Escuelas de padres.

Se coincide con Núñez (2002) al asumir como vías fundamentales de trabajo con la familia a las visitas al hogar, los despachos individuales, las Reuniones de padres y las Escuelas de Educación Familiar, siendo la Escuela de Educación Familiar, la rectora de las vías de despliegue estratégico y de orientación familiar, arraigada con fuerzas en los centros educativos (Castro, 2005).

La Escuela de Padres, es calificada por Núñez (1995) como una modalidad educativa sistemática, que prepara a la familia para cumplir sus funciones intrafamiliares y, por otra parte, estrechar vínculos entre los padres y los pedagogos. Permite coordinar entre familias y docentes las acciones educativas sobre los estudiantes.

El objetivo de esta modalidad educativa es elevar la cultura tanto pedagógica como psicológica y de salud de la familia, constituye un espacio participativo en el cual la escuela y la familia, pueden reflexionar sobre las acciones educativas más relevantes para la construcción de estereotipos de comportamientos responsables.

En los espacios de educación familiar debe propiciarse un aprendizaje colectivo entre maestros y padres, lo que conduce al enriquecimiento de experiencias, formas nuevas de enfocar problemas y soluciones a los mismos. También se intercambian expresiones, ideas, modelos educativos, sentimientos, actitudes, sistema de valores, que objetivan estados afectivos, emocionales y normas de convivencia social. Esto ayuda a comprender mejor por parte de los padres, qué hacer y cómo hacer a favor de la socialización de los hijos educandos en su inserción en la vida social (Núñez, 1995).

La familia y la escuela como complementarias educacionales convergen en un punto común: la función educativa, que entre otras cuestiones comprende la satisfacción de necesidades culturales de sus miembros, la superación y esparcimiento cultural, así como la educación de los hijos. Esta función es analizada por algunos autores como formadora o espiritual-cultural. En el ámbito filosófico-sociológico se analiza a través de su condicionamiento social y en el aspecto psicológico, se enfatiza en la comprensión del sentido subjetivo que tienen las actividades e interrelaciones educativas para los miembros del grupo primario, hasta qué punto se regulan o no conscientemente las diversas influencias educativas sobre los hijos (Perera, 2007).

La escuela, a diferencia de la familia, realiza su acción de manera planificada, consciente y sistemática, por lo que puede y debe ayudar a la familia en su preparación para cumplir mejor su función. De ahí que está llamada a convertirse en organizadora y coordinadora de todo el sistema de influencias educativas.

Como organizadora de las influencias educativas para lograr el fin deseado, la escuela deberá implementar cambios en la forma de trabajo con los padres, utilizando técnicas participativas en las Escuelas de Padres u otras vías, que conduzcan a la concientización de la necesidad de un comportamiento responsable en los estudiantes. En estas actividades, desde actitudes de respeto, consideración, deferencia, el maestro les va presentando un modelo de comportamiento a los padres, va trasmitiendo una cultura de la convivencia.

Este modelo de comportamiento debe incluir entre otros aspectos la necesidad de que el estudiante asista puntualmente a la escuela diariamente; exprese sus opiniones o ideas sin ofender, insultar, o restringir los derechos de los demás; vista sin poner en peligro la seguridad de la salud física, limitar participación en actividades, o interrumpir excesivamente; sea consciente de todas las reglas acerca del comportamiento y se conduzca de acuerdo a estos reglamentos disciplinarios.

Sin embargo, estos modelos de comportamientos no deben ser impuestos, sino que deben fluir desde los espacios de preparación de las familias bajo la dirección de la escuela, para lo cual se pueden usar diferentes métodos y técnicas. Dentro de estas se consideran importantes, teniendo en cuenta la heterogeneidad del auditorio y el objetivo de la actividad, el trabajo en grupo, la historia de vida familiar y la lluvia de ideas, aunque pudieran utilizarse otras.

El trabajo en grupo es una técnica mediante la cual los padres pueden expresar sus ideas de la manera más adecuada según sus posibilidades, ya sea mediante palabras, dibujos, gráficos, diagramas u otros. La historia de vida familiar resulta una variante de la técnica conocida como historia comunal y posibilita la comparación con los viejos tiempos, lo que conlleva a la comparación y puede ser importante en este tema. La lluvia de ideas permite obtener algunos datos, opiniones o alguna información de manera rápida, particularmente cuando se trabaja con grupos grandes y con diferentes niveles culturales (Proyecto Jalda, 2014; Torres, 2010).

Los retos de la educación familiar, para la escuela cubana, están marcados por ocupar cada vez un lugar más protagónico en la educación de las familias, para que ellas sean capaces de corresponder junto a los educadores institucionalizados a las expectativas sociales en cuanto a la formación de las nuevas generaciones.

En la sociedad cubana, la educación familiar es una demanda impostergable, es efecto de la política social que reclama de la familia, en especial, de los padres, como sujetos activos del cambio socio-educativo, una mayor contribución en la dirección y formación de sus hijos en el proceso socializador, lo que significa considerar, como necesario el adecuado funcionamiento te esta relación; en el sistema de preparación de todos los implicados en el proceso de educación y haciendo realidad el concepto de que la escuela es un centro abierto a la comunidad, que cuenta con recursos y personal calificado facilitados por el Estado con el fin de perfeccionar el sistema de educación en todas sus instancias.

La sistematización de la relación familia-escuela en el proceso de formación axiológica de los estudiantes en la Educación Preuniversitaria debe tener en cuenta la necesidad de lograr la transformación del estudiante en aspectos como: cumplimiento de las tareas docentes y motivación por el estudio; participación responsable y comprometida en el desarrollo de proyectos y actividades convocadas; respeto a las normas de conducta, educación formal, convivencia, de cortesía, de solidaridad humana, dignidad y tolerancia; cumplimiento del reglamento escolar; clima socioeducativo de comunicación y respeto entre los profesores y estudiantes en general; así el desarrollo de estilos de vida saludable.

Es posible resumir esta fundamentación, reconociendo los aportes que han puntualizado las bases generales para la formación axiológica desde la relación familia-escuela, como vía para preparar e involucrar, desde los contextos específicos a la familia en las gestiones y necesidades educativas de los estudiantes teniendo en cuenta las especificidades de cada una de ellas, sin embargo, aún persisten insatisfacciones en la participación integrada de estos entes formativos en el logro de comportamientos responsables en los estudiantes para el cumplimiento de las reglamentaciones disciplinarias. La exposición precedente constituye una síntesis de la revisión analítica de un grupo de fuentes de la literatura pedagógica, de las que ha sido posible inferir algunas tendencias.

Tendencias históricas del proceso de formación axiológica en la educación cubana

·        Etapa 1 (1959-1970). Reconocimiento de la necesidad de la educación en el preuniversitario en estrecha interrelación con el contexto sociocultural

La educación de las nuevas generaciones es reconocida como una de las funciones más importantes de la sociedad. No es posible concebir el desarrollo de la humanidad, ni su propia historia, si no se asegura, de una u otra forma, la transmisión de la experiencia anterior a las nuevas generaciones, si no se traslada, de padres a hijos la herencia cultural contenida en los instrumentos de trabajo, las técnicas y habilidades, las tradiciones y conocimientos, los hábitos y los modelos educativos donde juega un papel de suma importancia la escuela por la preparación que le puede dar a la familia.

Desde estos momentos iniciales se produce el acercamiento a la conceptualización de la formación axiológica y la relación familia-escuela en la Educación Preuniversitaria, pues a nivel de política institucional del sistema educacional se fundamenta la necesidad de consolidar la formación de la conciencia moral y cívica concretada en comportamientos responsables en los estudiantes.

A pesar de este acercamiento conceptual, no se valora en su totalidad la necesaria proyección de la formación axiológica del estudiante de la Educación Preuniversitaria, ni el reconocimiento de la relación familia-escuela como célula fundamental de formación axiológica del estudiante en la Educación Preuniversitaria.

·        Etapa 2 (1971-1987). Proyección normativa de la acción educativa desde la relación familia-escuela en la Educación Preuniversitaria.

Desde el Congreso Nacional de Educación y Cultura, en el año 1971, y a propuesta del mismo, se pasó balance a las actividades que se realizaban con las familias de los estudiantes, tanto en escuelas de padres como por los medios de difusión. Como consecuencia se produce un proceso de institucionalización, donde pasó a ser la escuela la responsable de la educación de las nuevas generaciones, quedando la familia en un segundo plano; esto provocó en la familia cubana una actitud de pasividad hacia el cumplimiento de su gestión educativa.

El Departamento de Psicología del Ministerio de Educación (MINED), que contaba con una Sección de Orientación a Padres comenzó a dar los primeros pasos para la concepción de las escuelas de orientación familiar; gracias al trabajo científico práctico en las escuelas de padres de los centros de estudio y la conducción de los espacios de orientación familiar a mediados de los años 80 del siglo XX, con un enfoque específico, sobre el accionar educativo de la misma con aquellos bajo su responsabilidad en edad escolar, así como la preparación de los docentes para estas labores.

Según Perera (2007) no fue hasta los años 80 que se retoma el papel prioritario de la familia en la educación de los hijos, al respecto Fidel Castro apuntó que el Estado no le pide a la familia que eduque a sus hijos, se lo exige (Castro, 1985). Con la creación del Grupo Familia en el MINED a finales de los años 80, se profundiza en la elaboración teórica y metodológica del trabajo con la familia.

Se reconoce en esta etapa la importancia de las Escuelas de Educación Familiar como vía de orientación a los padres, y la reformulación de los Consejos de Escuela, como pivote de movilización y participación comunitaria alrededor de los objetivos del trabajo de la escuela. Un hecho de especial significación fue el proceso de revitalización de los Consejos de Escuela a partir de una amplia y democrática consulta con los Presidentes de los Consejos de Escuela de todos los municipios del país (Perera, 2007).

Esta autora refiere que en los años 70 los temas y el contenido de esas escuelas de padres se elaboraban a nivel central, para impartirse de forma homogénea por todo el país. Para ello se realizaban una serie de seminarios escalonados hasta la escuela. Sólo al finalizar esa década es que comienzan a existir las condiciones para que los temas se generaran a nivel municipal, tomando en cuenta las experiencias de las escuelas; pero se mantuvo el criterio de que fueran temas preparados por el docente y no por los padres de forma participativa; sin embargo, todavía se estaba muy lejos de satisfacer las necesidades de preparación a la familia.

En este momento, el papel de la escuela y su integración con la labor de la familia en la formación axiológica de los estudiantes de la Educación Preuniversitaria se caracteriza por una proyección normativa, aunque aún es insuficiente su concreción en la práctica pedagógica desde una sistematización de la relación familia-escuela en el proceso de formación axiológica de estos estudiantes para el logro de comportamientos responsables.

·        Etapa 3 (1987-2003).Establecimiento de lineamientos para la formación de valores, la disciplina y la responsabilidad ciudadana en la Educación Preuniversitaria en su vínculo con el contexto.

En el año 1995 se desarrolla la Audiencia Nacional sobre la formación en valores que propició en la enseñanza preuniversitaria la intencionalidad de perfeccionar el proceso de formación axiológica y la relación familia-escuela en la Educación Preuniversitaria.

En esta misma dimensión, la Resolución Ministerial No.90/1998 del Ministerio de Educación “Lineamientos para la Formación de Valores, la Disciplina y la Responsabilidad Ciudadana desde la Escuela”, define el contenido de esta formación y horas para su realización (una hora semanal), por lo cual fue necesario realizar modificaciones al plan de estudio. En esta resolución se precisa que el personal docente debe comprender que la formación de valores constituye una concepción que debe materializarse en todo el sistema de trabajo de la escuela (MINED, 1998).

·        Etapa 4 (2004-2018). Sistematización del proceso de formación axiológica desde la relación familia-escuela en la Educación Preuniversitaria.

En esta etapa se producen avances en la implementación del Programa Director para el reforzamiento de los valores fundamentales de la sociedad cubana. En el año 2009 se da continuidad a la implementación de este programa y se hace énfasis en la formación patriótica y ciudadana, se refuerza la atención a las disciplinas de Historia y Marxismo-Leninismo, se fortalece el trabajo formativo desde los turnos de reflexión y debate con el apoyo de emisiones televisivas.

El tercer perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación responde a la demanda social y pedagógica sustentada en las Ciencias de la Educación de transformar la institución educativa cubana a partir de conceder a la familia y agentes socializadores del entorno comunitario, junto a directivos, docentes y estudiantes un protagonismo basado en la participación activa, responsable, compartida y comprometida para atender la labor educativa de los educandos en toda su diversidad y complejidad.

El Seminario de Preparación del curso 2013-2014 planteó rescatar las Escuelas de Educación Familiar y los Consejos de Escuela y de Círculos Infantiles. Se elaboró y distribuyó a todo el país el folleto “Las escuelas de educación familiar”.

En el Seminario del curso 2014-2015 se presentó el folleto “Sobre las Escuelas de Educación Familiar y los Consejos de Escuelas y Círculos infantiles”. Se distribuyó un video “Consejos para Educar”, que muestra experiencias del funcionamiento del Consejo de Escuela y el desarrollo de Escuelas de Educación Familiar. También se aportó un CD-ROM con diez libros cubanos sobre las problemáticas de las familias y los métodos para su educación.

En el Seminario del curso escolar 2015-2016 se incluyó el tema “Resultados del trabajo conjunto de la escuela y la familia” con experiencias de cuadros y docentes de provincias y municipios (MINED, 2015). Lo más trascendental en esta etapa resulta el establecimiento de las bases generales para el nuevo perfeccionamiento del Sistema nacional de educación, donde se fundamentan aspectos esenciales referidos a la formación axiológica desde la relación entre la escuela y la familia:

·           Contiene un importante eje de trabajo dirigido a la familia y la comunidad. Se propone elevar el papel de la escuela como institución para aprender por excelencia, abierta a la comunidad y como vía para involucrar desde los contextos específicos a la familia y a la sociedad en las gestiones y necesidades educativas e instructivas de los estudiantes.

·           Perfeccionar las acciones comunitarias y las relacionadas con el trabajo educativo preventivo.

·           Democratizar las relaciones entre la escuela y la familia, entre los docentes, los directivos escolares y los padres. Este nuevo tipo de relaciones se materializa en su participación en el gobierno escolar, en la toma de decisiones sobre la educación de los niños o adolescentes.

·           Promover entre educadores y familiares una comunicación enriquecedora y un clima de trabajo que favorezca la transformación de la comunidad educativa.

·           Elevar la preparación de los padres para el cumplimiento de su función educativa intrafamiliar, contribuyendo a la coordinación de las influencias educativas entre ambas instituciones.

·           Desarrollar la atención a las familias que presenten dificultades en su funcionamiento educativo con los hijos y que requieren orientación específica (MINED, 2015).

Conclusiones

Se asume la formación axiológica de los estudiantes de la Educación Preuniversitaria desde la sistematización de la relación familia-escuela, como el componente del proceso de formación que sintetiza la interrelación entre la proyección formativa de la escuela y la familia, desde una intencionalidad participativa y dialógica, cuyo propósito es desarrollar en los estudiantes la capacidad de responder y actuar responsablemente ante los fenómenos de la realidad social y material, en concordancia a los valores y principios éticos, estéticos y morales de la sociedad a la cual pertenecen, a partir el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad.

La formación axiológica de los estudiantes de la Enseñanza Preuniversitaria, a partir de 1959, ha transitado, desde el establecimiento de indicaciones que explicitan la necesidad de que los procesos formativos en este nivel de enseñanza se desarrollen en estrecha relación con el contexto sociocultural, hasta la puntualización de bases generales para la formación axiológica desde la relación familia-escuela, como vía para preparar e involucrar, desde los contextos específicos a la familia en las gestiones y necesidades educativas de los estudiantes teniendo en cuenta las especificidades de cada una de ellas, aunque aún se precisan cambios y transformaciones que posibiliten la consolidación de estos procesos formativos en el logro de comportamientos responsables para el cumplimiento de las reglamentaciones disciplinarias.

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