El internacionalismo médico cubano en la memoria: un contenido de enseñanza

The Cuban medical internationalism in the memory: a content for the teaching

Yeniska Martínez-Díaz*

yeniska@infomed.sld.cu

https://orcid.org/0000-0002-8556-9372

Ramón Vidal Pla-López**

rplalopez@sma.unica.cu

https://orcid.org/0000-0003-4773-360X

Héctor Daniel Muarra-Álvarez*

muarra@infomed.sld.cu

https://orcid.org/0000-0001-7405-857X

*Universidad de Ciencias Médicas de Ciego de Ávila, Cuba.

**Universidad de Ciego de Ávila, Máximo Gómez Báez, Cuba.

Ensayo científico, resultado del proceso de investigación doctoral.

Recibido: 12 de enero de 2020.          Aprobado: 17 de noviembre de 2020.       Publicado: 19 de noviembre de 2020.

 

Martínez-Díaz, Y., Pla-López, R. V. y Muarra-Álvarez, H. D. (2021). El internacionalismo médico cubano en la memoria: un contenido de enseñanza. Educación y Sociedad, 19(1), 30-42.

Resumen

La introducción de la historia del internacionalismo médico cubano como contenido contextual en el proceso de formación de las nuevas generaciones de médicos, constituye una necesidad para enfrentar la desinformación con la que enemigos de Cuba atentan contra su identidad y es una alternativa eficaz desde la didáctica, para la formación del médico. Este ensayo se propone argumentar desde la didáctica la importancia del internacionalismo como contenido contextual, para la formación del médico, en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Preparación para la Defensa, lo que permite el establecimiento de nexos con elementos propios de la cultura de la profesión, conducentes a un proceso contextualizado y desarrollador como el que demanda la sociedad cubana.

Palabras clave: contenido de la educación, educación moral, enseñanza profesional, internacionalismo, sistema de valores

Abstract

The introduction of the history of Cuban medical internationalism as a contextual content in the process of training new generations of doctors constitutes a need to face the misinformation with which enemies of Cuba attempt against their identity and is an effective didactic alternative in the training of doctors. This essay argue from didactics the importance of internationalism as contextual content for the training of the doctor, in the teaching-learning process of the discipline


preparation for defense, which leads to the establishment of empathic links with elements of the culture of the profession, leading to a contextualized and developer process like the one demanded by Cuban society.

Keywords: teaching content, internationalism, moral education, professional teaching, system of values

Introducción

La ofensiva neocolonial, a través de la cual el imperialismo norteamericano se adjudica la potestad de bombardear al planeta con la promoción de todo tipo de guerras y formas de manipulación de las conciencias, secuestra como rehenes a las nuevas generaciones, para convertirlas en los principales blancos del incesante cañoneo informativo:

Se utilizan los más poderosos instrumentos e innumerables recursos para controlar de manera totalitaria y eficaz la información que es consumida, la formación de opinión pública, e incluso las emociones, los gustos y los deseos. El objetivo es homogeneizar las ideas y los sentimientos de todos –de los incluidos de algún modo en el sistema, y de los excluidos también–, según patrones generales que garanticen su encuadramiento dentro de una cultura del miedo, la indiferencia, la fragmentación y la resignación. (Martínez, 2018, p.712)

Con favor de las creaciones del hegemónico imperio de la vigilancia, estudiado por Ramonet (2018), se incrementa la adicción a la simplificación sucesiva de mensajes que, lejos de informar, “cancela hoy el recuerdo de lo sucedido ayer; donde la invasión audiovisual desplaza el peso de la palabra portadora de ideas, anestesiando la extirpación minuciosa de valores que son universales” (Pogolotti, 2019, p. 2).

Tristes ejemplos del trasfondo de la desmemoria pululan en el mundo. Hoy rebrotan rizomas de fascismo, racismo y xenofobia, particularmente en América Latina --apunta la reconocida intelectual cubana-- como una de las más palpables secuelas del lastre. Es por eso que a la universidad cubana le corresponde un rol esencial ante el sensacionalismo y la espectacularidad, que sirven de vehículo para los objetivos mezquinos de los principales beneficiarios del entumecimiento de las mentes. Potenciar toda la identidad, la cultura, la ciencia, los valores, partiendo de sus raíces y siguiendo la lógica de la continuidad histórica, es hoy una prioridad.

Betto (2015) alertó sobre la necesidad de formar las nuevas generaciones sintiéndose parte de la Revolución Cubana. También Díaz-Canel, (2015) afirmó que el futuro de Cuba está en las ideas y, por lo tanto, en la historia y en nuestra cultura” (párr. 1) a lo que agregó que nos debemos distinguir no por lo que poseamos materialmente, sino por lo que desde el punto de vista espiritual aportemos a partir de nuestro conocimiento y de nuestra cultura (párr. 5).

Coincidiendo con los criterios antes mencionados, se pretende argumentar desde la didáctica la importancia del internacionalismo como contenido contextual, para la formación del médico, lo que conduce al establecimiento de nexos con elementos propios de la cultura de la profesión, conducentes a un proceso contextualizado y desarrollador como el que demanda la sociedad cubana.

Una vía para aportar en este sentido desde la didáctica, es precisamente a través de la incorporación de contenidos con significatividad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dicho componente, a decir de Pla, et al. (2012), integra aspectos cognitivos, afectivos y comportamientos relacionados con actitudes y valores sobre problemáticas multidisciplinarias, con capacidad para penetrar en todas las formas organizativas y actividades del proceso de enseñanza-aprendizaje, además de enriquecer las experiencias de los estudiantes en diferentes contextos y promover ritmos de aprendizajes individualizados, así como el fortalecimiento de la formación integral de la personalidad de estos, mientras se supera la tendencia del dominio por parte de los estudiantes de los contenidos previstos en los programas.

En este caso, se consideran las experiencias del internacionalismo médico cubano como contenidos contextuales con significatividad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El carácter contextual y problematizador de estos contenidos está dado porque no son seleccionados y secuenciados por organismos o instancias superiores, sino que se sugieren en relación con los objetivos y el resto de los componentes, a partir de resultados de estudios y experiencias pedagógicas que logran explicar las relaciones y nexos que se imbrican en un contexto determinado.

Desarrollo

Uno de los principios y prácticas de la Revolución Cubana es el internacionalismo. El abordaje del internacionalismo médico cubano como contenido de la educación responde a la necesidad de educar desde la perspectiva de enfrentamiento a los mecanismos de dominación imperialista, mediante elaboraciones intelectuales, divulgaciones, debates, capacidad de influir, hacer conciencia, sumar, aprender de los demás, conducir. La nueva vida y el mundo nuevo solo nacerán y serán fuertes a partir actividades intencionales, organizadas y conscientes” (Martínez, 2012, p. 235).

El contexto internacional actual está caracterizado por realidades como el cambio climático, crisis económica, montaje de pretextos para guerras imperiales, globalización de la información mediática, incremento constante de los eventos extraordinarios y de sus víctimas, por lo que se convierte en decisiva la acción de los profesionales del Ministerio de Salud, así como el papel de las universidades que cuentan con un importante potencial precursor de valores, que ha sido revelado a través de la solidaridad, el humanismo, el patriotismo y la responsabilidad de proteger vidas humanas en cualquier parte del mundo.

Al analizar la evolución del sistema de salud cubano, que abarca más de una centuria, se puede ubicar a este Ministerio como el más antiguo del continente americano (el 28 de enero de 2020 cumplió 111 años); sus principios, --dentro de los que se incluye que la solidaridad internacional será práctica de sus servicios--, tienen raíces en la idiosincrasia misma del cubano, así como en las influencias culturales aportadas ancestralmente.

Sobran los ejemplos a cerca de los antecedentes de solidaridad internacionalista en la medicina cubana. En la época de la colonia, hay ejemplos de algunos médicos que partieron voluntariamente a diferentes países para ofrecer su ayuda como profesionales o se alistaron en sus ejércitos como soldados: el Dr. Manuel García-Lavín y Chapotín participó en la guerra franco-prusiana y por sus méritos se le concedió la legión de honor de Francia; el Dr. Luis Díaz Soto participó en la lucha del pueblo español contra el fascismo, en la guerra civil de 1936-1939; el camagüeyano, cuyo nombre honra el Hospital Provincial Docente de la provincia Ciego de Ávila, Dr. Antonio Lorenzo Luaces de Iraola, participó también con el grado de Coronel en la Guerra de Secesión norteamericana.

Otro antecedente importante en este sentido lo constituye el aporte brindado por cubanos en organismos internacionales. La historia recoge que entre el dos y el cuatro de diciembre de 1902 se celebró con participación de una delegación cubana, la I Convención Sanitaria Internacional de Washington, en la que fue fundada la Oficina Sanitaria a este nivel. El sanitarista cubano Dr. Juan Guiteras Gener (quien en el año 1921 fuera nombrado Secretario de Sanidad y Beneficencia de la República de Cuba), fungió como jefe de dicha delegación. Otros de los miembros fueron, el científico cubano Dr. Carlos Juan Finlay, Hugo Roberts Hernández, Mario García-Lebredo Arango, Arístides Agramonte Simoni y Francisco María Fernández Hernández (Delgado, 1996).

En los años que median entre el 1959 y la actualidad, son numerosas las acciones que en el orden humanitario han quedado registradas en la historiografía cubana, como continuidad de la herencia de quienes desde la época colonial, brindaron generosamente su apoyo en numerosos países y de los que habiendo nacido fuera de Cuba, entregaron su ayuda en nuestro país, como los mencionados por Rojas (2018): médicos de Ecuador, República Dominicana, México, Uruguay, Paraguay, Colombia, Chile, Perú, Canadá, Estados Unidos. Desde Europa y Asia: España, Italia, Rusia, Bulgaria, Hungría, Checoslovaquia y Francia.

Se reconoce que la primera ayuda internacional del gobierno revolucionario tuvo sus inicios cuando en 1960 una brigada médica emergente, con su respectivo aporte de insumos, viajó hacia Chile, país afectado por el terremoto de Valdivia, donde hubo miles de damnificados. Luego, en 1963 se constituyó la primera brigada médica permanente compuesta por 55 colaboradores, que aportaron ayuda solidaria al pueblo argelino.

Lo anterior condujo a que en la década del 60 se iniciara la colaboración en la modalidad de misión internacionalista, basada en el principio de ayuda solidaria gratuita, así se comportó hasta los años 80 y estuvo potenciada por los diferentes movimientos de liberación que se desarrollaron en África y Centroamérica. Dentro de los países beneficiados se encuentran Argelia, Congo, Siria, Angola, Etiopía, Mozambique y Nicaragua; a este último llegaron médicos cubanos a solo dos días de triunfar la revolución sandinista, hasta el día de hoy.

La ayuda médica benefició posteriormente a otros países africanos como Guinea Bissau, Cabo Verde, Guinea Ecuatorial y se fue expandiendo la colaboración al continente asiático, en naciones como Laos y Vietnam, que incluso estaban en guerra. También al Caribe, como por ejemplo a Jamaica. Ya en 1984 se crea una institución encargada de la conformación de las brigadas y de la preparación integral de los cooperantes: la Unidad Central de Colaboración Médica (Marimón y Martínez, 2010). La estrategia de cooperación en salud incluye el Programa Integral de Salud iniciado en 1998, el cual comenzó con el envío de colaboradores hacia zonas rurales a las que no llegaban los médicos de esos países.

Posteriormente, desde el 16 de abril del año 2003, con el impulso y desarrollo de la Revolución Bolivariana en Venezuela, se propició la aparición de la modalidad de programas especiales, como Barrio Adentro. También se incluyó el estudio de personas con discapacidad (realizado en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia), así como la Operación Milagro, iniciativa del Comandante en jefe Fidel Castro que le permitió recuperar la visión a millones de personas. Cada Centro de Diagnóstico Integral se transformó en una institución docente. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (2019) la cifra de 2 093, totaliza la lista de jóvenes que concluyeron estudios en Cuba. También se creó la Misión “Manuela Espejo”, a través de la cual se realizaron estudios de genética clínica que beneficiaron poblaciones desfavorecidas.

Otro aporte para el mundo fue la creación del contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastres y graves epidemias Henry Reeve, conformado el 25 de agosto de 2005 por iniciativa del Comandante en jefe Fidel Castro. El nombre del contingente recuerda a un internacionalista estadounidense que murió en el siglo XIX combatiendo por la independencia de la Cuba contra la colonia española, lo que también habla de lo imperecedero de este valor en las proyecciones de Fidel hacia el mundo.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores (2019), Cuba ofreció ayuda de forma inmediata tras el paso del huracán Katrina que devastó Nueva Orleans y afectó a los territorios de Lousiana, Mississippi y Alabama en Estados Unidos, pero esta no fue aceptada por su gobierno. Desde entonces el contingente con veintiséis brigadas médicas, ha estado presente mitigando desastres en decenas de países.

Otra de las proezas de la medicina cubana en su expresión internacionalista, fue la formación de recursos humanos mediante el proyecto de la Escuela Latinoamericana de Medicina, tanto en Cuba como en otras naciones, que ha graduado miles de médicos de diversos países, incluido Estados Unidos. Desde su apertura en La Habana en 1999, la escuela asumió una matrícula multinacional, con recursos provenientes del estado cubano y es conocida, a decir de su rector fundador Juan Carrizo, por los resultados timbrados con un alto sello de calidad, humanismo e internacionalismo (Rodríguez, Hernández y Boada, 2012).

Hasta diciembre de 2019 se han formado en Cuba de manera gratuita 35 mil 613 profesionales de la salud de 138 países; un ejemplo de su desempeño profesional constatado por organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, es Haití (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2019).

El programa de salud Más Médicos, implementado por el Gobierno de Brasil, fue lanzado en julio de 2013 por la presidenta Dilma Rousseff. Este plan contó con el apoyo de 14 462 activos, de los cuales, 11 429 eran cubanos que beneficiaron a 40 millones de brasileños, además 1 214 estudiantes brasileños se graduaron de Medicina en Cuba.

Más recientemente, organismos internacionales han reconocido las hazañas del contingente internacional Henry Reeve en la lucha contra el Ébola en África, la ceguera en América Latina y el Caribe, el cólera en Haití y en situaciones de desastres en Pakistán, Indonesia, México, Ecuador, Perú, Chile, Venezuela, entre otros.

Para la batalla contra el Ébola se conformaron tres brigadas, con un total de 256 colaboradores miembros del contingente, con más de 15 años de experiencia. Meses después, en Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia, los profesionales de la salud lograron salvar la vida a unas siete mil personas (Tesoro y Francisco, 2015). El alto prestigio de la medicina cubana es innegable, con una colaboración internacional que, al celebrar el 55 Aniversario, exhibe con orgullo a cientos de miles de profesionales que prestan servicio en naciones necesitadas.

Todos esos ejemplos demuestran que Cuba cuenta con un potencial de experiencias del internacionalismo médico, caracterizadas por el altruismo y la profesionalidad en los cinco continentes, cuestión esta que reafirma la identidad del cubano. Su acercamiento a las nuevas generaciones de profesionales de la salud desde la didáctica, generará nuevos sentimientos, actitudes, habilidades, conocimientos y valores:

El internacionalismo practicado durante más de medio siglo por cientos de miles de cubanas y cubanos, sostenidos por el amor y la admiración de sus familias y sus paisanos, ha sido y sigue siendo una rotunda victoria sobre el bloqueo. Creyeron que podían acorralarnos y aislarnos, rumiando miserias, y Cuba se ha multiplicado entre los pueblos del planeta, ha sabido darse al acudir a colaborar y a hermanarse con tantos pueblos que no conocíamos, contribuyendo así al desarrollo de una cultura muy superior y ajena a la del egoísmo y el afán de lucro capitalistas. (Martínez, 2017, p. 1190)

Una vía para lograr estos propósitos, es la incorporación de dichas experiencias como contenidos contextuales en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pla (2005) al abordar el componente contenido, incluye el sistema de conocimientos, las habilidades, los valores y además la experiencia de la actividad creadora, lo cual en este análisis constituye un elemento esencial, ya que los contenidos que devienen de las experiencias del internacionalismo médico cubano, permiten insertar a los estudiantes en una dinámica de búsqueda de información a través de entrevistas y elaboración de historias de vida que conducen a la adquisición de experiencias de la actividad creadora; siguiendo criterios de Pla, et al.  (2012):

Se asume como contenido contextual, un componente del proceso educativo que integra aspectos cognitivos, afectivos y comportamientos relacionados con actitudes y valores sobre problemáticas multidisciplinarias de la educación integral de los estudiantes y penetran las formas organizativas y actividades del proceso educativo, incluyendo el proceso de enseñanza-aprendizaje; se estructuran a partir de los problemas sociales en diferentes esferas del desarrollo y de la fundamentación en las ciencias. Los contenidos contextuales se enriquecen sistemáticamente con las problemáticas del contexto más inmediato, además de las vivencias, motivos e intereses de los estudiantes y adquieren determinado grado de importancia de acuerdo con el contexto y características particulares del proceso educativo. (Pla, et al., 2012, p. 57)

Si se requiere de un profesional de la salud patriota, humanista e internacionalista, como condición que presupone la expresión más alta de altruismo de la especie humana, el estudiante que está formándose en las aulas debe parecerse al que ha escrito páginas gloriosas en la historia cubana, dotado de principios éticos y valores universales.

Al incorporar las experiencias del internacionalismo médico cubano como contenidos contextuales, se contribuye a ese acercamiento, en concordancia con las indicaciones metodológicas y de organización de los contenidos en el Plan de estudio E para la carrera de Medicina, que refieren potenciar el trabajo independiente y creador del estudiante, con vista a la participación activa de este en la construcción de sus conocimientos y habilidades. El trabajo independiente debe ser planificado y organizado por el profesor, a partir de objetivos bien definidos y respaldado por guías que contengan las orientaciones suficientes, además de la realización de actividades relacionadas con la investigación científica.

Todo lo anterior es viable a partir de actividades de enseñanza-aprendizaje que conducen al estudiante al aprendizaje desarrollador, reflexivo, significativo, regulado y autorregulado, con una alta carga motivacional inherente a la cultura del profesional de la medicina. El aprendizaje desarrollador, a decir de Pla y Ramos (2016), se concreta en la dimensión didáctica, al propiciar la producción de ideas y experiencias basadas en la necesaria relación entre autoaprendizaje e interaprendizaje, en el carácter de sistema del trabajo con las fuentes vivas y el vínculo entre lo cognitivo y lo afectivo.

Para ejemplificar lo anterior se parte de la incorporación de las experiencias del internacionalismo médico cubano como contenidos contextuales en una de las disciplinas de formación general incluida en el currículo universitario cubano: Preparación para la defensa, desde donde se pretende preparar a los profesionales para actuar en situaciones excepcionales, incluyendo los conflictos armados y los desastres producidos como consecuencias del deterioro progresivo del medio ambiente, ya sea en Cuba o cualquier lugar del mundo, a partir de que el sector de la salud hizo suyo, lo que desde los primeros años de la Revolución fue concebido como un principio: el internacionalismo.

En el diagnóstico realizado en estudiantes de la Universidad Médica de Ciego de Ávila (Martínez y Pla, 2012, 2017) se identificaron insuficiencias que limitan la expresión de valores necesarios para el desempeño de los egresados ante situaciones excepcionales o de desastres. Todas esas experiencias del internacionalismo médico anteriormente expuestas, pueden ser empleadas en la contextualización de los contenidos y como fuentes, no solo como respuesta a la falta de bibliografía específica en estos temas.

A decir de Einstein es indispensable que el estudiante adquiera una comprensión de los valores y una profunda afinidad con ellos: “Ha de aprender a intuir las motivaciones de los seres humanos, sus sufrimientos e ilusiones (…) estos elementos espirituales se transmiten a las generaciones más jóvenes a través del contacto personal con quienes enseñan” (Einstein, 1952, p. 45).

El vínculo de los estudiantes con los profesionales destacados de la localidad y sus experiencias en el cumplimiento de misiones internacionalistas, contribuye a desmentir las campañas y acciones directas o encubiertas del enemigo que intentan desmontar la historia nacional y menoscabar los valores, la identidad y la cultura nacional; permite ampliar los conocimientos sobre la historia de Cuba, con énfasis en la del siglo XX; posibilita constatar las peculiaridades evolutivas del país, así como reconocer el lugar de estas en el proceso histórico internacional, caracterizar los procesos y fenómenos históricos que han modelado los estilos de vida, hábitos y costumbres, sistemas de producción, patrones de relaciones sociales y familiares, valores culturales, así como, profundizar en las diversas corrientes de pensamiento y las personalidades que han perfilado la identidad cubana, los que en el devenir histórico, han animado los grandes proyectos nacionales y resultan de interés para la profesión médica.

La relación entre los contenidos contextuales y los contenidos curriculares (los estrictamente organizados en los programas docentes), contribuyen a la ruptura del academicismo que persiste en muchos de los programas de disciplinas y asignaturas; rompe con la tan amonestada enseñanza tradicional, reproductiva e inefectiva, para activar los procesos mentales de los estudiantes en correspondencia con la educación actitudinal y valorativa, aquella que no entrena o esfuerza el intelecto y desemboca en detrimento de la verdadera asimilación y de los procesos de desarrollo del pensamiento, con limitada inclinación por investigar, escasa búsqueda de procedimientos para aprender y planificar sus acciones, así como la generalización y aplicación de los conocimientos, lo que conlleva a que los estudiantes no se sientan en la posición de transformadores de la realidad en que viven.

Por otro lado, la realidad en la que se desarrollan los estudiantes logra vincularlos a situaciones nuevas y contextuales, distingue un contenido que ofrece su propio contexto. Tratar didácticamente los contenidos contextuales, propiciará escalar ineludiblemente a un nivel superior de asimilación.

El diseño de actividades donde los estudiantes apliquen situaciones nuevas, desde contenidos aprehendidos a partir de las experiencias vividas por otros, exigirá de un modo de solución creativo, a partir del establecimiento de nexos empáticos. Lograrán hacer aportes cualitativamente novedosos, utilizando para ello, la lógica de la investigación científica y ante la solución de una tarea devenida problema, se formará un nuevo conocimiento, aspecto que a decir de Álvarez (2013), se corresponde con niveles productivos o creativos.

Conclusiones

Si se articulan las experiencias del internacionalismo médico cubano como contenidos contextuales, se logrará un vínculo más estrecho de los intereses de los estudiantes con las fuentes, los contenidos y los métodos, lo que garantizará una mejor preparación para enfrentar sus funciones profesionales en la reducción de los desastres, en tanto expresión de calidad en los servicios de salud y posibilidad para proporcionar una atención médica integral, preventivo-asistencial, ágil y oportuna, con facilidad de adaptación a cualquier tipo de situación excepcional que se presente, ya sea en Cuba o en cualquier país, permeados de valores universales y principios éticos que salvan la especie humana.

La sociedad cubana requiere formar profesionales con protagonismo social, con un basamento en principios éticos, morales y solidarios, en contraposición al neoliberalismo que trata de extenderse para confundir hoy en América Latina, que potencia falsos valores de consumismo y provee de frustraciones. En tal caso, el estudio de la historia del internacionalismo médico como un contenido contextual, puede constituirse en una vía para lograr la formación integral.

La importancia de un tratamiento didáctico del internacionalismo médico cubano, como un contenido contextual, que implique el acercamiento a fuentes vivas y métodos vivenciales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como el establecimiento de nexos empáticos con elementos de la cultura profesional, permitirá desarrollar el proceso contextualizado y desarrollador, reclamado en varios escenarios científicos.

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