Proceso de acompañamiento para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado
The escorting process for the evaluation and accreditation of majors and postgraduate programs
Anisia Ruiz-Gutiérrez*
aniarg2014@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-1688-0327
Alejandro Hernández-Alvarez**
alejandroha871001@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6394-7048
Rosana Lara-Pérez*
https://orcid.org/0000-0001-7226-5516
*Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, Cuba.
**Centro Provincial de Capacitación y Superación para la Cultura de Ciego de Ávila, Cuba.
Ensayo científico resultante del trabajo científico-metodológico.
Recibido: 12 de noviembre de 2020. Aprobado: 21 de diciembre de 2020. Publicado: 4 de enero de 2020.
Ruiz-Gutiérrez, A., Hernández-Alvarez, A. y Lara-Pérez, R. (2021). Proceso de acompañamiento para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado. Educación y Sociedad, 19(1), 170-182.
Resumen
El proceso de acompañamiento para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado, busca identificar puntos críticos para contribuir a la mejora continua de la gestión universitaria. Como resultado de la reflexión sobre la práctica educativa, se defiende la idea de que el proceso de acompañamiento a las facultades centrado en la autopreparación de los participantes, la autogestión del conocimiento y la creación de condiciones de trabajo, favorece las alternativas de solución a los problemas identificados. Se pretende explicar el proceso de acompañamiento para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado desarrollado en la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, entre 2017 y 2020.
Palabras clave: calidad de la educación, evaluación continua, gestión educacional, pertinencia de la educación
Abstract
The escorting process for the evaluation and accreditation of majors and postgraduate programs aims at identifying critical gaps for contributing to continual improvement of university management. As a result of educational practice reflection, it is argued that the escorting process of faculties based on participants´ self-training, knowledge self-management and the creation of working conditions favor finding alternative solutions to identified problems. It is intended to explain the escorting process for the evaluation and accreditation of majors and postgraduate programs that was developed in the Faculty of Pedagogical Sciences at Máximo Gómez Báez University of Ciego de Ávila between 2017 and 2020.
Keywords: education quality, continual evaluation, educational management, educational pertinence
Introducción
Los sistemas y políticas de evaluación y acreditación universitaria, están condicionados por diferentes perspectivas teóricas en cuanto a la transformación de la universidad latinoamericana contemporánea: de una parte, la competitividad y el crecimiento económico, como exigencia del modelo neoliberal y de otra el enfoque humanista, demandas con extremos polarizados en cuanto a la formación de profesionales.
Desde el pasado siglo a la gestión universitaria “se incorporaron términos como 'desarrollo', 'impacto', 'calidad' y 'pertinencia', cuyos fines últimos no son siempre los esperados” (García, 2015, p.84); el desarrollo de la ciencia y la tecnología con enfoque pragmático y positivista --“la dictadura de la ciencia”, para Beto (2016)--, promueve la búsqueda de la calidad y la internacionalización.
Las universidades cubanas por tradición histórica han asumido una vocación social; en el contexto actual, su pertinencia social conjuga el desarrollo personal, institucional, social, saberes propios de la profesión, valores y convicciones, un enfoque pedagógico humanista (Alarcón, 2016; Betto, 2016; Díaz-Canel, 2011), en consecuencia, la calidad se asocia al desarrollo integral del profesional culto, capaz, comprometido.
En Cuba, a diferencia de otros países, se busca involucrar a docentes, estudiantes y trabajadores de la universidad, en sus propios procesos de evaluación y acreditación universitaria, de manera que se garantice un proceso de mejoramiento continuo, con la participación y el compromiso de todos, que resulte en una mejor preparación de los docentes y directivos para identificar y resolver los problemas que afectan la calidad de la gestión universitaria.
El departamento de Gestión de la Calidad de la Universidad de Ciego de Ávila, desarrolla un proceso sistemático de acompañamiento a las Facultades para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado. La observación de la realidad en la Facultad de Ciencias Pedagógicas (FCP), sus prácticas, su planeación estratégica, sus procesos evaluativos, sus actores, sus relaciones con otras facultades, tanto internas como externas, constituyen referentes para la reflexión crítica sobre el proceso de acompañamiento desarrollado.
En este ensayo se defiende la idea de que el proceso de acompañamiento a las facultades centrado en la autopreparación de los participantes, la autogestión del conocimiento y la creación de condiciones de trabajo, favorece las alternativas de solución a los problemas identificados. Se pretende explicar el proceso de acompañamiento para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado desarrollado en la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, entre 2016 y 2019.
Desarrollo
La concepción más general que sustenta a los sistemas de evaluación y acreditación vigentes en la Junta de Acreditación Nacional de Cuba es que la autoevaluación, la evaluación externa y la acreditación, constituyen una unidad dialéctica y por ello, son procesos de un sistema integral que se reconoce como la gestión para el mejoramiento continuo de la calidad de la Educación Superior y certificación pública de niveles de calidad tanto nacional e internacional.
La evaluación de la calidad está encaminada al incremento de la eficiencia académica y el aseguramiento y mejoramiento continuo de la calidad de la formación del profesional sobre la base del uso eficiente de los recursos disponibles, especialmente los recursos humanos y su estrategia de formación científica, profesional y pedagógica.
Es importante en este proceso profundizar en variables e indicadores esenciales como la formación del profesional, su calidad, la satisfacción y participación de estudiantes y profesores y la utilización de la innovación para la solución de problemas pedagógicos, para no caer en estereotipos permeados de tecnicismos en que se pierdan los objetivos esenciales de una universidad, como se refleja en el criterio siguiente:
Algo parecido pasa con la evaluación de la calidad de un docente investigador: ya que se privilegian los productos por encima de otros aspectos, es más importante tener cierto número de publicaciones anuales en revistas indexadas que reflexionar sobre los procesos educativos; es mejor participar en eventos internacionales que atender las preguntas de los estudiantes; es más conveniente participar en grupos de investigación interdisciplinarios y con investigadores extranjeros que tratar con profundidad un problema en clase. (Díaz, 2015, p. 35)
Los procesos evaluativos en las instituciones universitarias cubanas tienen entre sus rasgos esenciales: la autoevaluación como forma de regulación interna para perfeccionar los resultados alcanzados, la profesionalización de los recursos humanos, la activa participación del personal y estudiantes en la realización de los procesos (Reyes, González y Pérez, 2018).
Para concretar estos procesos en una institución universitaria hay que implicar de forma efectiva los distintos niveles de dirección y organizativos, de manera que se garantice unidad, compromiso y eficiencia en el accionar pedagógico de la comunidad universitaria, sin embargo, se utiliza la influencia directa de vicerrectorías y direcciones o departamentos de calidad sobre carreras y programas de postgrado, sin tener en cuenta a la facultad docente como el espacio esencial para impulsar, gestionar, dar seguimiento, evaluar e integrar los procesos universitarios del área.
La gestión de la calidad en las facultades docentes, debe entenderse como el modo en que la dirección diagnóstica implanta los programas, planifica el desarrollo y controla los resultados de la calidad con vistas a su mejora permanente, desde la inclusión de actividades y tareas en la concepción del sistema de trabajo de la facultad y el plan de trabajo individual del docente.
Le corresponde a la dirección o departamento de calidad en las instituciones de Educación Superior, acompañar a las facultades docentes para gestionar de manera pertinente la estrategia para la calidad, al concebir el acompañamiento pedagógico como
Un proceso dinámico e interactivo de colaboración para el aprendizaje, según las necesidades individuales y las potencialidades del contexto. En un ambiente de respeto, donde cada individuo aporta desde sus saberes y experiencias, en beneficio de los demás miembros de su comunidad de aprendizaje. (Galán, 2017, p. 36)
Al aplicar esta conceptualización a las facultades docentes se debe concebir como un proceso donde se reconoce la implicación personal y el crecimiento institucional como una unidad dialéctica en la formación de los participantes, para realizar sistémica y sistemáticamente las autoevaluaciones, por una parte y poder realizar evaluaciones externas orientadas a la mejora continua de la calidad de sus carreras y programas de postgrado (Addine y García, 2014).
Los autores consideran que el acompañamiento a facultades se entiende como un proceso para asegurar la calidad de la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado durante todas sus etapas, dirigido a agregarle valor, en términos de calidad de la gestión. En el proceso de acompañamiento se da una doble contingencia, con múltiples incertidumbres: ambas partes están atentas a las reacciones y comportamientos de cada uno y del equipo, por tanto, obliga desde el inicio a implicarse en el desarrollo de nuevas tareas y ser creadores en las decisiones para su posterior aplicación en la práctica pedagógica. También como prototipo de acción humana, donde se propone desarrollar una experiencia deliberada en las facultades docentes que contempla diferentes etapas y a su vez, pretende reproducir los elementos constitutivos de la cultura académica.
En cuanto al objetivo del proceso de acompañamiento, se pretende obtener información válida y fiable para determinar las causas de los logros, identificadas como fortalezas y de las debilidades de las carreras y programas de postgrado, para la elaboración de las recomendaciones o sugerencias de modificaciones imprescindibles, con vistas a su mejora, reconocidas como oportunidades de crecimiento organizacional.
En el proceso de acompañamiento a las facultades docentes participan por igual todas las partes en nuevas relaciones que implican considerar lo siguiente:
· Es una actividad educativa que pretende lograr el consenso, tras clarificar los aspectos que entran en conflicto.
· Proceso colaborativo en el que los grupos participantes comparten con los que efectúan el acompañamiento para tomar decisiones sobre la metodología a aplicar.
· Proceso que posibilita comprender la naturaleza de las necesidades de la investigación acción participativa.
· Es un acto de honestidad de los participantes, por medio del cual el conocimiento se concibe como una acción de pensar alrededor de problemas verdaderos, de explorar, crear, buscar nuevas preguntas y respuestas y confrontar argumentos.
· Los que efectúan el acompañamiento, mantienen contacto directo con los que serán evaluados, pues no debe realizarse este proceso a distancia, lejos del lugar y contexto en el que se producen los acontecimientos.
· El acompañamiento debe caracterizarse por ser instigador, con diálogos en que predominen cuestionamientos y tareas, los que se socializarán a lo largo del proceso.
El modelo de gestión estratégica que se aplique en las facultades docentes debe expresar siempre el paradigma de la movilidad y el cambio. Si se es capaz de imponer el ritmo de los cambios, siempre se estará un paso adelante que los demás. Por otra parte, los modelos de calidad consideran conveniente asumir el enfoque hacia la mejora, para facilitar la reacción a los cambios en sus condiciones internas y externas y así crear nuevas oportunidades (Rodríguez, 2016).
El ambiente para el proceso de acompañamiento a las facultades docentes es decisivo para desarrollar una visión del mundo: los ambientes más abiertos y reales son capaces de vencer los retos que se les presentan a los actores con mayor facilidad.
El acompañamiento a facultades docentes para la evaluación y acreditación a carreras y programas de postgrado, contempla las siguientes etapas:
1. Diagnóstico participativo de los procesos universitarios en la facultad docente
El diagnóstico participativo en el proceso de acompañamiento es un procedimiento científico que permite analizar, contrastar las opiniones de docentes, directivos, estudiantes, sus familias y la comunidad; con otras opiniones e informaciones sobre el estado actual de un asunto y llegar a acuerdos en torno a cuáles son los aspectos sobre los que se pueden producir cambios que favorezcan alcanzar un estado de bienestar deseado.
El diagnóstico participativo se ejecuta en el contexto en el que la facultad docente es beneficiada, vive y se desarrolla; es un proceso colectivo que permite llegar a criterios por medio del consenso, con vistas a elevar la calidad de la formación de pre y postgrado.
El consenso implica que se puede estar en desacuerdo con algún aspecto, pero dispuesto a considerarlo y tratar de buscar soluciones. En este sentido, se presentan diferentes alternativas para analizar cuál de ellas es considerada como la proposición más favorable al conjunto, aunque no responda las inquietudes de todos.
En el diagnóstico participativo se hace énfasis en el qué, cómo y para qué, lo que posibilitará revelar a los miembros del grupo las herramientas para el trabajo, diagramar procesos e interpretar documentos normativos. En tal sentido, es conveniente enfatizar en las siguientes premisas:
· Estudiar la correspondencia --y si no existe, diseñarla--, entre la visión institucional y de la facultad docente, derivada de la dirección estratégica, el control interno con el patrón de calidad del programa y el de la evaluación institucional.
· Relacionar las áreas de resultados claves de la dirección estratégica con las variables de las carreras y programas de postgrado.
· Identificar diversas fuentes de generación de innovaciones, donde aparezcan los aportes de la investigación, pero también los de procedencia técnica, o los surgidos en medio de algún proceso de aprendizaje como puede ser una capacitación de índole técnica o una superación de nivel académica.
· Valoración de las constataciones y percepciones que los participantes tienen de sí mismos y de su práctica; así como lo que observan en sus estudiantes: dificultades y aspiraciones, fracasos y logros.
· Identificación de las expectativas y demandas de los estudiantes y de sus familias.
2. Preparación a las estructuras de dirección de las facultades docentes, profesores y estudiantes
En esta etapa es necesario estar actualizado en relación con las disposiciones estatales, ministeriales y sociales en general, que posibiliten conducir a un futuro desarrollo como expresión del autodesarrollo profesional y de las necesidades sentidas, expresadas o demandadas, comparativas y prospectivas.
Se deben incorporar los procesos de autodirección y autodesarrollo, acercándose cada vez más a la visión que tienen los participantes en el corto, mediano y largo plazo y donde toma sentido el desarrollo profesional.
En relación con las necesidades que se presentan, así será la respuesta innovadora que se debe dar en los procesos de autoevaluación y evaluación externa, teniendo en cuenta que dichas causas no son estáticas y que en el avance de la sociedad cada una de ellas es, en sí misma, un sistema dinámico al que se debe atender como núcleo central del trabajo del colectivo de integrantes de una facultad docente.
Se deberán incorporar los problemas que requieren de atención inmediata para conducir a un proceso de mejora continua y sostenible; para ello hay que tener en cuenta: valoración de las necesidades, el establecimiento de prioridades, la determinación de las fortalezas y oportunidades, la toma de decisiones sobre las posibles responsabilidades, las necesidades de desarrollo personal, los recursos necesarios, la selección preliminar de las ideas básicas, la evaluación anticipada de los resultados, la delimitación de las responsabilidades, así como identificar las diversas fuentes de generación de innovaciones.
Es importante lograr conciencia por directivos, profesores y estudiantes sobre la necesidad de un cambio que lleve aparejada una idea científica conducente a unir la eficacia y la mejora de la facultad docente.
3. Proyección de carreras y programas de postgrado de la facultad docente para el proceso de evaluación y acreditación
En esta etapa es necesario el análisis colectivo de los dictámenes evaluativos emitidos por instancias superiores, con el fin de que se pueda obtener una visión del máximo nivel de solución alcanzado y así poder identificar las oportunidades para la mejora continua e identificar algunos resultados relevantes, donde se contrasten, por una parte, la realidad del contexto de la facultad docente y por otra, las exigencias del Sistema Universitario para la Evaluación y Acreditación de Calidad, para proyectar los nuevos resultados esperados.
Surge la pregunta: ¿cómo conservar las fortalezas y eliminar las debilidades? Esto conlleva al análisis del rigor del plan de mejora elaborado por el colectivo, que requiere cuestionarse lo siguiente: ¿Dónde le gustaría a la carrera o programa de postgrado estar en el futuro? ¿De dónde partir? ¿Cómo abordar la innovación y proyección de una estrategia de introducción? ¿De qué forma se puede avanzar mejor? Es imprescindible reconocer que el proceso de diálogo, de consulta, de participación y concientización es esencial, así como la organización del proceso de introducción de resultados científicos, de la preparación del claustro y la puesta en práctica de la innovación y la autoevaluación, a partir de los criterios determinados.
En la proyección se deben establecer plazos de cumplimiento que permitan evaluar los avances de forma sistemática y se deben determinar las responsabilidades de los colectivos docentes a corto y largo plazos, así como el avance académico de carreras y programas de postgrado. La conservación de evidencias que permitan apreciar el avance y desarrollo académico, constituye un instrumento valioso y aportador al proceso de evaluación externa al que se someterá la carrera o el programa de postgrado.
4. Evaluación y seguimiento a la movilidad académica de carreras y programas de postgrado en la facultad docente mediante el plan de mejora
Toda la teoría del cambio planificado implica que el proceso en sí mismo debe ser sometido a una evaluación constante, de tal manera que los resultados obtenidos puedan ser objeto de una demostración y puedan ser medidos en relación con los objetivos fijados inicialmente.
La cultura de evaluación de la calidad debe visualizarse como un proceso sostenible a largo plazo; el objetivo final no es la evaluación, ni la acreditación, sino establecer un sistema de mejoramiento y desarrollo sostenible en el tiempo. Son valores actuantes y reguladores de un comportamiento intrínsecamente consistente como la responsabilidad, los que demuestran el nivel de desarrollo alcanzado.
El procedimiento general mantiene un lazo que asegura el carácter cíclico de la mejora en el despliegue de la calidad del proceso y donde se relaciona la innovación con procesos de aprendizaje.
Para establecer el plan de mejora se sugiere definir los objetivos, las acciones, sus responsables, el alcance, lugar y momento en que se debe hacer, además de los recursos necesarios para acometerla. Esto apunta a la importancia de las acciones de acompañamiento para asegurar la asimilación y difusión de las habilidades inherentes al comportamiento innovativo, como una característica de la calidad.
De este modo, durante el proceso de acompañamiento, innovar es aprender a producir y usar conocimiento nuevo o aprender a combinar y utilizar conocimientos existentes, en nuevas formas, ante viejos y nuevos problemas en particular. Estas acciones se clasifican en:
a. Acciones de contingencia: aquellas que son imprescindibles asumir y planificar con una alta prioridad, pues de ellas dependerá la sostenibilidad o no del estatus adquirido por la carrera o programa de postgrado.
b. Acciones de mantenimiento: aquellas que se requieren ejecutar para mantener los logros obtenidos y aseguren la no existencia de retroceso en los indicadores.
c. Acciones de crecimiento: aquellas que se diseñan para mejorar de manera permanente y continua en pos de la excelencia.
Es evidente que después de este proceso se requiere rediseñar el sistema de planeación estratégica elaborado para el sistema de trabajo y concretarlo en los planes mensuales de las diferentes áreas, y si fuese necesario, de los planes individuales de los docentes. Importante decisión también estaría en la reformulación dentro de la dirección estratégica, del sistema de control interno, el cual debe asumirse a partir de las propias dimensiones, indicadores y criterios de medida que se imponen en el sistema de evaluación y acreditación. Debe efectuarse un seguimiento a la actividad de mejora, a partir de evaluaciones internas y la aplicación de otros métodos de dirección como los despachos, las rendiciones de cuentas y la presentación de estos resultados dentro de los temas de los órganos de dirección en la facultad docente.
También son recomendables las valoraciones que pudiesen realizar las organizaciones políticas y de masas de la facultad docente sobre la marcha de estos procesos y en especial, el compromiso de los integrantes con la mejora continua hacia la excelencia.
En la Facultad de Ciencias Pedagógicas (FCP) de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, se aplicó el proceso de acompañamiento, liderado por expertos en el tema de evaluación y acreditación universitaria, en el período comprendido entre los años 2015-2018, con el propósito de impulsar la realización de las evaluaciones externas en carreras y programas de postgrado, que contribuyeran a elevar la calidad de esos programas.
Los espacios de interacción del proceso de acompañamiento se caracterizaron por crear espacios de confianza y colaboración entre expertos y participantes para garantizar veracidad y profundidad en los análisis críticos de los resultados de carreras y programas de postgrado, además por el estudio documental actualizado y el establecimiento de planes de mejora continua, en correspondencia con las fortalezas identificadas y las causas de las debilidades.
En esta área no existía ninguna carrera o programa de postgrado acreditado por lo que fue necesaria la motivación y concientización de todos para realizar un diagnóstico real, que permitiera avance y movilidad en los procesos universitarios y la preparación de las estructuras organizativas y de dirección para conducir el proceso de acompañamiento.
Fueron valoradas de forma colectiva las carreras y programas de postgrado de la facultad y se proyectaron las acciones a seguir, en correspondencia con las variables y los indicadores que permiten evaluar la pertinencia y calidad en el proceso de acreditación universitaria con acciones de cumplimiento a corto, mediano y largo plazo.
La FCP dentro de la formación académica de postgrado posee un Doctorado en Ciencias Pedagógicas, cuatro maestrías: Ciencias de la Educación Superior, Dirección del Proceso Educativo, Ciencias Naturales y Educación Especial. En cuanto a las carreras universitarias el modelo de formación para el pregrado tiene nueve: Educación Preescolar, Primaria, Especial, Logopedia, Pedagogía-Psicología, Química, Física, Biología y Educación Laboral.
A partir de la aplicación del proceso de acompañamiento con carácter sistemático, en la formación académica de postgrado, alcanzó la Categoría de Excelencia la Maestría en Educación Especial (2018) y la Categoría de Certificada el Doctorado en Ciencias Pedagógicas (2016), la Maestría en Ciencias de la Educación Superior (2016); se espera la evaluación externa a la Maestría de Ciencias Naturales que por el cumplimiento de sus indicadores deberá alcanzar la Categoría de Excelencia. La Maestría en Dirección del Proceso Pedagógico tiene menos tiempo de implementada, pero su concepción está en correspondencia con las exigencias de la Junta de Acreditación Nacional.
De las nueve carreras se acreditó la carrera de Pedagogía-Psicología (2016); se trabaja de manera intensiva con Biología, que ha logrado cumplir con el ingreso requerido para tener las generaciones de graduados establecidas y por tanto, se presentará el próximo año. El resto de las carreras avanza en las variables referidas a la preparación del claustro, el sistema de ciencia e innovación y las relaciones interfacultades e institucionales y profundiza en el indicador de ingreso a la universidad, que constituye la limitante para alcanzar estándares de calidad.
Los participantes han expresado satisfacción por los aprendizajes y por haber logrado perfeccionar las autoevaluaciones, los planes de mejora continua, las vías para evaluar los impactos derivados de la formación del profesional de pregrado y postgrado, con una visión de mediano y largo plazos, alcanzando una mejor coordinación entre las distintas funciones y responsabilidades de los colectivos académicos.
Conclusiones
En la estrategia de gestión de calidad en las universidades debe proyectarse el desarrollo de los procesos universitarios de manera integrada, entre todas las variables; se deberá enfatizar en la formación del profesional, en su calidad, niveles de satisfacción y solución de los problemas pedagógicos, como prioridad y esencia del quehacer universitario.
Las relaciones que se dan durante el acompañamiento pedagógico a las facultades docentes son de orientación, proyección y creación, como parte del plan de mejora continua elaborado, lo que implica la reflexión de todos los participantes sobre su modo de actuación, sus formas de aprendizaje y sus deseos de superarse.
La implementación de diferentes etapas en el proceso de acompañamiento a las facultades docentes para la evaluación y acreditación de carreras y programas de postgrado, generó información que puede utilizarse para adoptar decisiones acertadas y oportunas, posibilitó la determinación de fortalezas y debilidades de manera colectiva y preparó al claustro para proyectar el desarrollo académico de carreras y programas de postgrado a corto, mediano y largo plazos.
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