Educación y sociedad

ISSN: 1811-9034 RNPS: 2073

Vol. 22, No. 1, enero-abril (2024)

Aprendizaje mediante estrategias: herramienta pedagógica para el estudio a distancia

Learning through Strategies: pedagogical tool for Distance Study

Regla de la Caridad Padrón-Galarraga

https://0000-0002-3113-1041

Universidad Agraria de La Habana Fructuoso Rodríguez Pérez, Cuba.

Resumen

La covid 19 provocó que los estudios universitarios se realicen por la modalidad a distancia; experiencia que ha trascendido a la actualidad por las condiciones sociales. La insuficiente orientación de los profesores y las dificultades logísticas; influye negativamente en el interés de los estudiantes. Las estrategias de aprendizaje devienen herramienta pedagógica importante para revertir la situación. Por ello se pretende fundamentar, desde la sustentación teórica, el empleo de estrategias para el aprendizaje en la modalidad a distancia, para lo que se realiza una sistematización de concepciones relacionadas con el tema y derivó en material de consulta y cursos de posgrado.

Palabras clave: aprendizaje, calidad, estrategias de aprendizaje

Abstract

COVID 19 causes university studies to be carried out remotely; experience that has transcended to the present day due to social conditions. Insufficient guidance from teachers and logistical difficulties; negatively influences student interest. Learning strategies become an important pedagogical tool to reverse the situation. For this reason, it is intended to substantiate, from theoretical support, the use of strategies for learning in the distance modality, for which a systematization of concepts related to the topic is carried out and resulted in reference material and postgraduate courses.

Keywords: learning, quality, learning strategies

Introducción

El azote de la COVID 19 se inicia en Cuba el 11 de marzo del 2020, por tres turistas con sintomatología respiratoria, que se encontraban hospedados en un hotel en la ciudad de Trinidad, provincia Sancti Spíritus. El 12 de marzo se confirma el primer cubano positivo y a partir de ese momento la propagación de la enfermedad ocurre de forma vertiginosa.

Por la situación epidemiológica del país ante la COVID 19 y, en aras de controlar el aumento de casos positivos; la alta dirección del país adopta una serie de medidas como el aislamiento social en los hogares. Esta medida impacta en particular a la población de escolares, adolescentes y jóvenes.

Este aislamiento supone una ruptura total de la organización de la vida, rutinas y hábitos. Se produce alteración de los horarios del sueño como consecuencia del poco gasto de energía, estados de ansiedad, así como dificultades en la comunicación personal con amistades, compañeros de estudios y familiares.

En la educación superior, al igual que en la enseñanza general, la actividad de estudio se realiza fundamentalmente en la modalidad a distancia con el empleo de las tecnologías de la investigación y la comunicación (TIC).

Esta experiencia de la modalidad a distancia ha trascendido la etapa de la pandemia al contexto social actual; las condiciones actuales en que vive el país, como consecuencia de la crisis económica, conduce a su empleo con frecuencia. Sin embargo, en los estudiantes universitarios se aprecian dificultades para concentrarse en la actividad de estudio, unido a que algunos no tienen las condiciones mínimas para su realización y no siempre reciben la orientación necesaria para realizar el aprendizaje sin la presencia del profesor. Lo anterior se manifiesta en la resistencia para estudiar y por ende en la calidad de la educación y de la formación profesional.

Deviene el empleo de estrategias de aprendizaje distintas a las que con regularidad se aplican en la práctica educativa cubana. Demanda de estrategias que motiven al estudiante, que lo conviertan en protagonista de su aprendizaje, que lo que aprenda tenga significado para su vida, no solo para aprobar una evaluación; sino también para enfrentarse a la vida laboral una vez egrese de su carrera.

De ahí que el presente trabajo proyecte como objetivo el fundamentar desde la sustentación teórica, el empleo de estrategias para el aprendizaje en la modalidad a distancia

Desarrollo

La pandemia por la COVID-19 deriva en cambios sustanciales en todas las esferas sociales de los países. En la esfera de la educación, esta emergencia conduce al cierre masivo de las actividades presenciales en las instituciones educativas en más de 190 países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a mediados de mayo de 2020, más de 1.200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases presenciales en la escuela. (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OREALC/UNESCO,2020)).

En esta etapa se priorizan tres campos de acción fundamentales: la puesta en práctica de modalidades de aprendizaje a distancia con la utilización de las tecnologías de la investigación y la comunicación, el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas y la atención a la salud y el bienestar integral de los estudiantes.

A partir del año 2020 en Cuba, la modalidad del estudio a distancia, (vía orline y/o híbrida), que aunque ya tiene antecedentes, adquiere sistematicidad en su empleo. El estudio en el hogar mediante las teleclases u otras vías del estudio a distancia, es una situación totalmente novedosa y compleja en muchos escenarios cubanos.

En esta situación no está exenta la juventud que se encuentra en el tránsito de su vida universitaria, sobre todo en aquellos que la inician porque sus modos de pensar y actuar todavía están en correspondencia con el contexto del preuniversitario. Por otra parte, esta modalidad en ocasiones obstaculiza la socialización con sus profesores y compañeros del aula; escenario en que la actividad fundamental es el estudio.

En ocasiones los estudiantes presentan dificultades por la no organización de su horario de estudio, dosificación sobre cargada de contenido, condiciones para su realización desde el punto de vista logístico. Ello ha repercutido en la motivación hacia la actividad de estudio y por ende en el resultado de su aprendizaje.

La disponibilidad de las TIC en los hogares de los estudiantes y las condiciones para su empleo (cobertura, conexión), es factor determinante del tipo de oportunidades y recursos educativos a los que se puede recurrir en la modalidad del estudio a distancia, así como también de aquellos que se podrán aprovechar después de ella. La brecha digital y la desigualdad en cuanto a las condiciones materiales de los hogares y las escuelas representan un reto mayúsculo que debe ser atendido. Igualmente, hay que dirigir la atención a la preparación de los profesores para conducir y orientar la utilización de las TIC de forma efectiva.

Si se aspira al logro del proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador con enfoque profesional en la educación universitaria, hay que orientar al estudiante para que aprenda a Aprender a aprender, sobre la base de los cuatro pilares básicos: Aprender a conocer, Aprender a hacer, Aprender a vivir juntos, Aprender a ser. Para el logro de ese fin los profesores y hasta las familias deben comprender que los problemas de aprendizaje y de fracaso escolar que presentan un porcentaje importante de estudiantes, no tienen su causa en déficits en el ámbito de los procesos y funciones cognitivas básicas; sino en sus pobres estrategias de aprendizaje para enfrentarse a los estudios universitarios.

Esto se refleja en las dificultades para producir y utilizar procedimientos que les permitan regular adecuadamente su conducta y utilizar un enfoque estratégico en el aprendizaje, o, finalmente, en la imposibilidad de utilizar procedimientos generales que les garanticen enfrentarse de manera flexible y autónoma a los nuevos aprendizajes, lo que se agrava aún más con la modalidad del estudio a distancia

Investigaciones realizadas en Cuba por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas en los últimos años, con énfasis en el periodo de diseño y experimentación del tercer perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación; han señalado las dificultades encontradas en estudiantes en cuanto a la capacidad para planificar, supervisar, evaluar los propios procesos, y la tendencia a formas reproductivas, no conscientes e irreflexivas de enfrentarse a la adquisición de los conocimientos. Todo ello demuestra que ésta constituye una dirección básica del trabajo de los profesores para garantizar la optimización del aprendizaje escolar.

Una herramienta pedagógica efectiva que pueden utilizar los profesores, para potenciar un aprendizaje eficiente en estudiantes menos estratégicos, y multiplicar las oportunidades de desarrollarlo y enriquecerlo en aquellos que sí lo son, es la estructuración de ambientes de aprendizaje centrados en la práctica productiva, reflexiva y desarrolladora.

La categoría aprendizaje, como todo proceso social, ha tenido su evolución histórica. Siempre ha estado asociada a otra no menos importante: la educación. Ambas categorías conforman una unidad dialéctica que posibilita la adquisición y transmisión de la cultura de una sociedad en las diferentes etapas históricas por las que transita.

Esta cultura no solo puede verse desde el aprendizaje de los conocimientos que ofrecen las ciencias, hay que ir más allá; al desarrollo de habilidades, hábitos y capacidades que posibilitan al hombre el empleo de los aportes de las ciencias a la solución de situaciones de su vida diaria, al descubrimiento de nuevos conocimientos. Todo ello acompañado de la formación y desarrollo de normas, valores, modos de pensar y actuar en correspondencia con las exigencias de esa sociedad y el contexto histórico por el que transita. Para su logro es importante el alcance en los estudiantes del aprendizaje estratégico.

El término estrategia data de la antigüedad y nace en el campo militar, estableciéndose su empleo para nombrar la habilidad, destreza, pericia para dirigir un asunto.

En la década del 90 surge dentro de las escuelas de dirección la concepción “dirección estratégica”; lo que extiende el uso de estas a todas las aristas de la sociedad. En el sector académico es introducido por Von Newman en 1944 con la teoría de los juegos y en 1962 se inicia su empleo en la teoría de la dirección por Alfred Chandler y Kenneth Andrews. Ello es válido hasta la actualidad con diferentes aproximaciones teóricas y metodológicas al ubicarse en distintos paradigmas filosóficos y socioeconómicos, que no ha estado ajeno al contexto cubano en todas las esferas sociales.

Sierra, (2002, como es citado en Padrón, 2015) enuncia que:

Una estrategia es la dirección pedagógica de la transformación del estado real al deseado en la formación y desarrollo de la personalidad de los sujetos de la educación, que condiciona el sistema de acciones para alcanzar los objetivos de máximo nivel, tanto en lo personal como en la institución escolar. ( p.89)

En el campo de la Pedagogía en Cuba, su empleo ha estado relacionado con el propio desarrollo del sistema educativo, fortaleciéndose con los estudios de investigaciones sobre gestión empresarial y los modelos de calidad. De igual modo a partir de las derivaciones teóricas o investigativas han surgido diferentes tipos de estrategias: educativas, pedagógicas, didácticas, metodológicas, socioeducativas, de evaluación, las de profesionalización, las interdisciplinarias, de superación.

Al dirigir la atención a las estrategias de aprendizaje se ha tenido en cuenta estudios realizados por Castellanos, et.al (2002), León, Riscoy Alarcón (2014), Javaloyes (2016), Rivadeneira y Silva (2017), Alba (2019), Maldonado, et.al (2019), Camizán, Benites y Damián (2021), Moncerrate, Abad y Baquer (2023), Díaz, Garcés y Feliciano (2023)y Martínez, Valverde, Yaque y Sarian (2023). En los análisis que realizan, fundamentan la necesidad del aprendizaje estratégico para lograr que los estudiantes comprendan el significado de lo que aprenden, para qué lo aprenden y qué importancia tiene para el proyecto de vida. Coinciden en relacionarlo con categorías relevantes en este tipo de aprendizaje: autonomía, autorregulación, toma de decisiones.

Los estudiantes deben ser capaces de aprender en forma autónoma y autorregulada; esto lo garantiza el empleo de estrategias de aprendizaje que se definen en relación a la toma de decisiones. Ello deviene que el estudiante elige y activa aquellos conocimientos que necesita para responder a las exigencias de la demanda profesional y personal, en función de las condiciones de la situación educativa a la que se enfrente. (Maldonado, 2019)

Según Ibarra y Rodríguez (2011 como se cita en Rivadeneira y Silva, 2017), “El aprendizaje autónomo exige de los estudiantes que sean capaces de reflexionar sobre sus fortalezas y sus debilidades” (p.6). Ello implica que, para lograr en los estudiantes un nivel significativo de comprensión del manejo de información, se debe considerar las estrategias de aprendizaje pertinentes y adecuadas a la realidad estudiantil. Con regularidad los estudiantes conocen variadas estrategias de aprendizaje, pero se les complica emplearlas. Aplicar una estrategia a una actividad específica de aprendizaje, es una de las dificultades más frecuentes a la que se enfrentan.

Peculea y Bocos (2015, como es citado por Camizán, Benites y Damián, 2021) es del criterio que:

El aprendizaje implica, además, la creación de nexos entre lo mental, lo socio afectivo, lo sensomotriz y lo neurológico, lo cual afecta factores personales, relacionales, cognitivos y simbólicos ligados a cambios, o reorganizaciones. Tradicionalmente, las estrategias de aprendizaje se han conceptualizado como una combinación de procesos cognitivos y metacognitivos. (p.5).

La categoría estrategias de aprendizaje ha tenido variadas definiciones que tienen como base las concepciones, puntos de vistas y contextos en que se desempeñan y/o investigan quienes la coceptualiza.

Castellanos, et. al (2002), plantean que las estrategias de aprendizaje son:

Todo el conjunto de procesos, acciones y actividades que los/las aprendices pueden desplegar intencionalmente para apoyar y mejorar su aprendizaje. Están pues conformadas por aquellos conocimientos, procedimientos que los/las estudiantes van dominando a lo largo de su actividad e historia escolar y que les permiten enfrentar su aprendizaje de manera eficaz. (p.87)

Por su parte Roux, (2015, como es citado por Camizán, Benites y Damián, 2021), es del criterio que las estrategias de aprendizaje son actividades o procesos mentales que llevan a cabo los y las estudiantes intencionalmente para procesar, entender y adoptar la información que reciben en el proceso educativo” (pp.5-6) y Díaz, Garcés y García (2023) precisan que: ” …son mecanismos conscientes e intencionales utilizados para procesar, codificar y recuperar información con la intención de aplicarla y transferirla a la consecución de un objetivo de aprendizaje” (p.16).

Sin detenerse en asumir una u otra definición, lo que resulta importante es el resumen de sus principales características:

Díaz, Garcés y García (2023) son del criterio que “… la utilización de estrategias de aprendizaje debería ser un contenido fundamental en la formación del alumnado desde las primeras etapas educativas”. (p.4). ello se confirma al resumir algunos de los beneficios que reporta la aplicación de estrategias de aprendizaje:

Sin embargo, se toma partido por la clasificación que ofrecen Moncerrate, Rodríguez, Abad y Baque (2023), quienes es establecen una estrecha relación con los estilos de aprendizaje. Aunque no muestra grandes diferencias con las mencionadas con anterioridad, es la clasificación que más se acerca a la práctica educativa actual:

Estrategias cognitivas: Estas estrategias se enfocan en el procesamiento de la información y la comprensión de los conceptos. Algunas de estas estrategias son la repetición, la elaboración, la organización y la toma de notas.

Estrategias metacognitivas: Estas estrategias se enfocan en la reflexión y el monitoreo del propio proceso de aprendizaje. Algunas de estas estrategias son la planificación, la evaluación y la regulación del aprendizaje.

Estrategias autorreguladoras: Estas estrategias se enfocan en la regulación de las emociones y la motivación para el aprendizaje. Algunas de estas estrategias son la autoevaluación, la retroalimentación y la gestión del tiempo.

Estrategias de apoyo afectivo: Estas estrategias se enfocan en el manejo del estrés y la ansiedad relacionados con el aprendizaje. Algunas de estas estrategias son la relajación, la visualización y la meditación.

Estrategias de aprendizaje basadas en la tecnología: Estas estrategias se enfocan en el uso de la tecnología para mejorar el aprendizaje. Algunas de estas estrategias son el uso de plataformas en línea, la gamificación y la inteligencia artificial. (p.81)

Es importante declarar que ninguna clasificación constituye una receta, está en manos del profesor el conducir siempre al estudiante a buscar sus propias estrategias; para ello debe:

  1. Realizar el diagnóstico de la situación del aprendizaje.

  2. Definir los objetivos que se quieren alcanzar.

  3. Realizar el diseño de la estrategia.

  4. Aplicar la estrategia

  5. Evaluar el logro de los objetivos.

Hay que lograr que los estudiantes sigan estos pasos al seleccionar sus estrategias de aprendizaje en lo que juega un rol fundamental la orientación. Desde esa óptica hay que tener en cuenta que la construcción del conocimiento escolar puede verse desde dos vertientes:

La orientación constituye una de las funciones del profesor como orientador profesional. Es un fenómeno inherente a la esencia de la actividad humana. Siempre que una persona se encuentra en una situación en la que deba resolver un problema o conflicto, aparece esta acción. Por lo general, cuando las personas enfrentan una situación problemática o conflictiva requieren apoyarse en una serie de aspectos que les sirven de referentes para enfrentar su solución, entre ellas: para qué necesita resolverla, en qué condiciones lo hará, cuáles son los requerimientos para su resolución, qué instrumentos y procedimientos debe emplear.

La orientación por muchos años ha sido de gran importancia no solo para el contexto escolar; sino que también en ciencias como la medicina, la psicología, la sociología, la comunicación, entre otras. Han dado vida a este proceso como uno de los principales para el desarrollo de cada individuo. Es un área de intervención y acción profesional.

Muchos investigadores han abordado el tema de la orientación desde posiciones conceptuales y metodológicas diferentes. Es así que se puede citar a: Collazo y Puentes (1992), Bisquerra (2002 como es citado en Tamayo, Echevarría y Batista, 2023), Bermúdez y Pérez, (2004), del Pino (1998), Recarey y Rodríguez (2011), Torroella (2011) y Tamayo, YS., Echevarría, O. y Batista, A. (2023). Hay algo común entre los criterios de cada uno de ellos y es que la orientación es un proceso de ayuda que alguien necesita. Esta ayuda puede tener diferentes propósitos o fines, ser más o menos directiva, permitir al orientado un papel más o menos activo y protagónico, durar un mayor o menor tiempo, pero en todos los casos se ofrece asistencia.

Al respecto Recarey y del Pino (2011) plantean que. “Orientar es ayudar. En este sentido, la orientación es una relación de ayuda que puede establecer un profesional con otra persona que es objeto de su ayuda.” (p.71).

Esta definición va en dirección a la ayuda que se le da al sujeto, que propicia un crecimiento y una independencia propia del mismo; muestra que es necesaria la ayuda, pero sin perder de vista que es con el objetivo de una realización plena del sujeto. Es una concepción muy integradora, ya que se refiere a la ayuda que se brinda a los estudiantes ante alguna decisión que deben tomar, pero no solo se refiere a esto; sino también a descubrirse y conjuntamente adaptarse al medio en que viven.

Según la concepción de Pérez (2012, como es citado en Salazar y Pérez, 2019), la orientación educativa es:

Un proceso de mediación a través de niveles de ayuda con la utilización de métodos, técnicas e instrumentos para generar unidades subjetivas desde la situación social del desarrollo de cada educando, que estimulen el despliegue de sus potencialidades en el aprendizaje para la satisfacción de las necesidades educativas que garantizan su crecimiento personal. (p.93)

En este sentido, García et al. (2014, como es citado en Tamayo, Echevarría y Batista, 2023) precisa que: “La orientación educativa se caracteriza por la comprensión de los problemas escolares y su posible solución, busca la inserción en el proceso de enseñanza-aprendizaje y valoriza la función orientadora del maestro” (p.9).

Los orientadores y los profesores, desde distintos roles, necesitan establecer este tipo de relación para cumplir sus funciones sociales. “La relación de ayuda es el vínculo interpersonal donde se movilizan, en función del crecimiento personal y/o profesional, los recursos personales de un sujeto, en un contexto educativo que lo facilita.” (del Pino, 1998, p.71). Es una relación de ayuda pero que es dirigida por un profesional o sea por una persona con estudios referentes a la orientación.

Para desarrollar una orientación efectiva es necesario conocer las características del orientado; poseer un amplio desarrollo cultural; comprensión empática caracterizada por la estimación, el afecto y respeto hacia el orientado, así como autenticidad y congruencia en lo que se orienta (Bermúdez, 2004).

La orientación es un proceso que se realiza en diferentes fases: Caracterización, Intervención, Seguimiento. En general el proceso de orientación constituye un proceso de ayuda continuo, con énfasis especial en la prevención, con el objetivo de potenciar el desarrollo humano a lo largo de toda la vida. El proceso que tiene como finalidad guiar, conducir y ayudar a autoconocerse y al mundo que les rodea. De la adecuada orientación depende el éxito del proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador con enfoque profesional en el nivel universitario.

El aprendizaje estratégico debe caracterizarse por la orientación de tareas de aprendizaje basadas en la solución de situaciones docentes. Si se quiere hablar de la orientación de tareas de aprendizaje hay que retomar concepciones vigotskyanas conocidas como: relación de ayuda; papel del adulto en el trabajo con la "zona de desarrollo próximo”; la Situación Social del Desarrollo; papel activo del sujeto, en este caso el estudiante; rol del profesor como orientador, como facilitador de la activación de potencialidades en el estudiante, para lo que ofrece los niveles de ayuda necesarios.

Se podría preguntar: ¿Por qué el aprendizaje estratégico debe caracterizarse por la orientación de tareas de aprendizaje basadas en la solución de situaciones docentes? La respuesta convence:

Para este proceso hay que crear las condiciones necesarias:

  1. La relación entre las condiciones externas e internas que influyen en el estudiante para que este comprenda:

En lo externo: ¿Qué le orientaron? ¿Cómo se lo orientaron? Según sus barreras y potencialidades para el aprendizaje.

En lo interno: ¿cómo se orienta? ¿Qué entendió de lo que le orientaron?

Para ello se tienen en cuenta sobre todo las condiciones internas psicológicas: su personalidad; los motivos e intereses para el aprendizaje; la atención que presta a este; los valores que ha desarrollado como estudiante, las estrategias y estilos de aprendizaje; la responsabilidad en su aprendizaje; el desarrollo de habilidades y la calidad del conocimiento.

Al tener en cuenta estas condiciones se logra un proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador y profesional en el que:

Es por ello que las tareas de aprendizaje deben caracterizarse por ser dinámicas, contextualizadoras, interactivas, formativas y flexibles; es decir pasar por las fases: cognitiva-procedimental-actitudinal; que posibiliten la reflexión, la comprensión, la fijación y la aplicación.

El éxito en la realización de las tareas de aprendizaje depende de la manera en la que la conciba el profesor orientador. Para ello debe:

Para lograr esto hay que tener en cuenta determinados requisitos:

  1. Formulación adecuada del objetivo.

  2. Precisión del conjunto de operaciones intelectuales y prácticas que permitan al estudiante lograr el objetivo

  3. Precisión del contenido a tratar de acuerdo al objetivo

  4. Tener en cuenta las características del grupo.

Al hacer énfasis en el último requisito y en el fin que se pretende, hay que profundizar en cómo la institución universitaria cubana actúa ante lo diverso y lo múltiple para atender las diferencias individuales.

Según Alba (2019):

Cualquier docente es consciente de que para que se inicie un proceso de aprendizaje es necesario captar la atención y despertar el interés en cada estudiante. Hay que lograr que se implique para que capte la información y la procese. Pero despertar este interés en todos los estudiantes, requiere reconocer las diferencias en lo que les llama la atención o despierta su interés; en lo que puede ser interesante o relevante; o en la forma de querer implicarse. (p.60)

Habría que reflexionar en torno a tres categorías fundamentales: diversidad- individuo-individualidad

Las diferencias individuales son aquellas existentes entre los individuos de una especie en correspondencia con las condiciones desiguales de su desarrollo individual. En el caso de los humanos las diferencias se ven como seres biológicos, como personalidad y también como seres sociales; así como un individuo que vive bajo el complejo sistema de influencias de su ambiente, su cultura, sus condiciones socio-históricas concretas.

Estas diferencias se originan por premisas naturales (heredadas y/o adquiridas) y condiciones del desarrollo biológico del organismo; así como los factores y condicionantes del medio ambiente físico-natural, cultural, socioeconómico e histórico, entre los cuales juegan un papel muy importante los factores del ambiente educativo significativamente cercanos (familia, escuela, grupo de pares).

Un enfoque integrador de las diferencias individuales en las escuelas a partir del reconocimiento de la diversidad educativa implica el reconocimiento de:

Para el trabajo con los estudiantes universitarios que presentan deficiencias en las estrategias para la autorregulación y autonomía en el aprendizaje es necesario tener en cuenta que:

Ninguna estrategia es, en sí misma, más eficiente que otra. La eficiencia de la estrategia (y por ende, del aprendizaje) descansa en una adecuada conjunción entre:

  1. Las características del estudiante (por ejemplo, sus conocimientos y experiencia previa, sus estilos de aprendizaje y sus estilos motivacionales, sus expectativas como aprendiz y su disposición a aprender de forma estratégica)

  2. La naturaleza de los contenidos a aprender

  3. Las particularidades y demandas de la tarea en cuestión

  4. Las características de la situación de aprendizaje y enseñanza

Recordar además que el aprendizaje significativo implica un procesamiento muy activo de la información por aprender.

El estudio realizado constituye punto de partida para la realización de cursos de posgrado impartidos en los tres últimos cursos:

Su aplicación adquiere vigencia en la actualidad en que la crisis económica por la que atraviesa el país; ha llevado a optar en ocasiones, por la modalidad del estudio a distancia. Esta modalidad sin la puesta en práctica de estrategias de aprendizaje no produce los resultados que se esperan en la educación superior cubana.

Conclusiones

La llegada a Cuba de la covid-19 trajo cambios sustanciales en los modos de pensar y actuar de los cubanos. En esta etapa adquiere fuerza la modalidad del estudio a distancia en la que no siempre los resultados estuvieron al nivel de lo esperado por el bajo nivel de motivación hacia la actividad a partir de no contar siempre con la orientación necesaria.

Se manifiesta la necesidad de la puesta en práctica de estrategias de aprendizaje que conduzcan a los estudiantes a Aprender a aprender y que comprendan el significado de este aprendizaje para su vida futura, en lo personal y sobre todo en lo profesional. Esta herramienta pedagógica desarrolla en el estudiante la autonomía, la autorregulación y sobre todo la independencia en la toma de decisiones para conducir su aprendizaje.

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Artículo de investigación derivado de la sistematización teórica.

Recibido: 18/11/2021 – Aceptado: 24/01/2024 – Publicado: 29/01/2024

Padrón-Galarraga, RC.(2024). Aprendizaje mediante estrategias: herramienta pedagógica para el estudio a distancia. Educación y sociedad, 22 (1), 135-152. https://doi.org/10.5281/zenodo.10576502