Educación y Sociedad

ISSN: 1811-9034 RNPS: 2073

Vol. 21, No. 1, enero-abril (2023)

La educación escolarizada en Colón (1902-1958): formación axiológica desde la integración escuela, familia y comunidad

School education in Colón (1902-1958): axiological training from the school, family and community integration

Dainerys Naranjo-Fagundo

https://orcid.org/0000-0001-5010-8659

Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos, Cuba.

Resumen

La investigación tiene como propósito identificar las prácticas magisteriales y el papel que le otorgaron a la formación axiológica de las nuevas generaciones mediante la educación escolarizada en la ciudad de Colón, provincia de Matanzas, Cuba, entre 1902 y 1958. Se hace alusión a las diferentes formas en que empíricamente los maestros de la ciudad apostaban por la formación axiológica de sus estudiantes mediante la relación escuela, familia y comunidad. En el trabajo se hace referencia a las ceremonias cívico escolares, dentro y fuera del colegio, con énfasis en el circuito patriótico colombino y la descripción de su funcionamiento. Se introducen experiencias de maestros colombinos dirigidas a potenciar la formación axiológica de sus estudiantes mediante la relación escuela, familia y comunidad; utilizando los recitales escolares, los concursos, organizaciones de padres y maestros, etc. Desde el punto de vista metodológico se corresponde con las investigaciones histórico educativas y se emplean como fuentes registros documentales variados, como la prensa colombina de la época, la historia de Colón contada por uno de sus protagonistas Pelayo Villanueva, fotografías de la época, entre otros.

Palabras clave: educación escolarizada; Colón; formación axiológica; integración escuela, familia y comunidad

Abstract

The paper seeks to reveal the teaching practices and the role they give to the axiological training of the new generations through school education in the city of Colón, Matanzas province, Cuba, between 1902 and 1958. Allusion is made to the different ways in which the teachers of the city empirically opted for the axiological formation of their students through the school, family and community relationship. In the work, reference is made to school civic ceremonies, inside and outside the school, with emphasis on the Colombian patriotic circuit and the description of this operation. Experiences of Colombian teachers aimed at promoting the axiological training of their students through the school, family and community relationship are introduced; using school recitals, pageants, parent-teacher organization, etc. From the methodological point of view, it corresponds to historical educational research and various documentary records are used as sources, such as the Colombian press of the time, the history of Columbus told by one of its protagonists Pelayo Villanueva, photographs of the time, among others.

Keywords: schooled education; Colón; school, family and community integration

Introducción

La educación del ser humano está condicionada por un sistema de influencias, tanto a nivel escolar como general en la sociedad. El propósito fundamental de esas influencias es la asimilación y reproducción por el ser humano de toda la herencia cultural acumulada por la sociedad en su devenir histórico con un marcado carácter activo y creador. (Freire, 2008, p. 69).

La educación tiene como objetivo contribuir a la formación integral de la personalidad de niños y jóvenes, fomentando la interiorización de conocimientos y orientaciones valorativas que se reflejen gradualmente en sus sentimientos, formas de pensar y comportamiento. En función de esto, ha estado presente la educación axiológica en los diferentes momentos de la educación en Cuba.

La axiología en la educación, es el estudio de los valores desde un punto de vista pedagógico. El estudio de valores es de gran importancia en este campo ya que se considera que los valores, una de las características fundamentales en el desarrollo del ser humano, son susceptibles de ser aprendidos, no solo como un sistema de normas establecidos, sino desde el punto de vista crítico.

Aún cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente en filosofía, los valores han estado presentes desde los inicios de la humanidad. Definen lo que se acepta o se rechaza, lo que es correcto o lo que es erróneo, lo que es deseable y lo que es indeseable en el comportamiento de un grupo. Se asume como una cualidad de los objetos surgida en el proceso del desarrollo de la sociedad. Por tato, son producto de cambios y transformaciones a lo largo de la historia y surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas.

La educación axiológica, aunque con diferentes denominaciones y en ocasiones empíricamente, ha estado presente en la escuela y en el pensamiento cubano desde el siglo XIX, sobresaliendo maestros como José de la Luz y Caballero, Félix Varela y José Martí.

En las localidades también existen experiencias educativas y maestros que educaron en función de valores como la honestidad, el respeto, el patriotismo, entre otros. Colón es una pequeña ciudad de la provincia de Matanzas, Cuba, y la presente ponencia explica la educación axiológica que desde la integración escuela, familia y comunidad se realizó en la educación escolarizada en Colón durante la República neocolonial (1902-1958).

La ponencia explica las acciones coordinadas que desde la vinculación, relación o colaboración de la tríada escuela-familia-comunidad se realizaban en función de un objetivo común, la formación axiológica y de determinados valores aceptados por la sociedad. Resulta interesante que, aunque no se teorizara sobre estas cuestiones como, los maestros lo tuvieran en cuenta en la formación de sus estudiantes.

Es una investigación histórico-educativa y se utilizan métodos teóricos como el de análisis-síntesis, inductivo-deductivo y el histórico-lógico, y técnicas como el fichaje de documentos. Para su realización se revisaron periódicos de la época como La Nueva Senda (1915-1919) y La Defensa (1939-1943), los fondos de la Escuela de Artes y Oficios “Tirso Mesa” del Archivo Histórico Municipal y el fondo Educación del Archivo Histórico Provincial de Matanzas.

Es válido acotar que los fundamentos y valoraciones que se ofrecen en esta ponencia forman parte de la investigación de doctorado “La educación escolarizada y su contribución a la cultura en Colón durante la República neocolonial (1902-1958)” y del proyecto institucional de la Universidad de Matanzas Perfeccionamiento de la formación del profesional de pregrado y posgrado en la Educación Superior en Matanzas”.

Desarrollo

La educación escolarizada en Colón, Cuba, durante la República neocolonial (1902-1958)

El 20 de mayo de 1902 se fundaba la República burguesa neocolonial después de 30 años de lucha por la independencia de Cuba y la ocupación militar norteamericana (1899-1902).

“Con la promulgación del Estado cubano el 20 de mayo de 1902, los políticos y letrados de la Isla priorizan el sistema educativo. Las gestiones y debates en torno a la acción pedagógica se desplazan de manera insistente hacia temas que incluyen el papel del profesorado en la escuela pública, la pertinencia de las metodologías de enseñanza actualizada y la importancia del legado histórico en la articulación de un discurso y un consenso próximos a las exigencias políticas contemporáneas.

Pero la conformación de un sistema nacional de enseñanza estuvo antecedida por la labor del gobierno interventor norteamericano (1898-1902). Tanto John R. Brooke como Leonard Wood se propusieron restablecer el “caótico” sistema escolar heredado de la colonia; para ello dictaron sucesivas medidas encaminadas a fundar los fines y principios de la escuela pública.” (Quiza, 1998: 77)

La reorganización del sistema nacional de enseñanza influyó en la modificación del sistema educativo en todo el territorio cubano, incluida Colón. Se organizó la enseñanza pública y se crearon colegios que, aunque con pésimas condiciones asumieron la formación de generaciones de colombinos.

Desde el inicio de la primera intervención norteamericana se convirtieron en antiguos cuarteles militares españoles en colegios públicos. Colón fue una de esas localidades, el cuartel español de infantería fue comprado por la Alcaldía y convertido en colegio. Sin embargo, se mantuvo en mal estado y poco funcional hasta 1929. En noviembre de dicho año, se inauguró el Centro Escolar “Luz y Caballero” como parte de las obras del Plan de Gerardo Machado en la provincia de Matanzas. El Centro Escolar se dividió en tres escuelas:

  1. De Kindergarten a 4to grado funcionaban como escuela independiente, bajo el nombre de Luz y Caballero, cuya directora fue Gabriela Martí.

  2. De 5to a 6to grado funcionaba como Escuela intermedia, su nombre era Pelayo Villanueva y su director Jacinto Roseñada.

  3. De 7mo a 8vo grado era la llamada “primaria superior”, respondía al nombre de José Martí, y su director fue Carlos Atalay. (Góvez, 1992: 14-15).

El Centro Escolar de Colón “Luz y Caballero” fue un espacio que formó a los ciudadanos colombinos durante generaciones. “En la escuela, situada en la calle Calixto García, entre Colón y Gonzalo de Quesada, con sus tres niveles de enseñanza se impartían asignaturas tales como: Educación Moral y Cívica, Dibujo, Trabajo Manual, Educación Física, Matemática, Lenguaje, Agricultura, Historia de los Hechos Locales, Geografía; estas eran típicas del primer nivel” (Colectivo de autores: 1992).

Otras escuelas públicas fueron fundadas en Colón entre 1902 y 1958. La Granja-Escuela de Agricultura “Álvaro Reynoso” que existía en cada provincia se encontraba en Colón desde 1913 hasta la década del 40. La fundación de esta Granja-Escuela se debió a los esfuerzos realizados por Julián Godínez en el Congreso de la República para que se enclavara en Colón en lugar de la capital provincial. Tuvo momentos de dificultoso funcionamiento y en la década del 40 fue trasladada hacia Matanzas, capital provincial. El entonces presidente de la República de Cuba, Ramón Grau San Martín, determinó que las Escuelas de Agricultura estuvieran en las capitales provinciales.

La Escuela de Artes y Oficios fue construida desde 1912 con una donación dejada en testamento por Tirso Mesa, benefactor de Colón. Sin embargo, por diferentes motivos, su primer curso fue el de 1935-1936 y a partir de ese momento formó a un grupo de técnicos y profesionales necesarios en la región. La mayoría de sus estudiantes y egresados eran de extracción humilde y raza negra (AHMC: Fondo de la Escuela de Artes y Oficios).

En 1939 se fundó el Hogar Infantil Campesino que albergaba 30 alumnos y quedaba a la salida de la ciudad de Colón. Asimismo, existió la escuela no. 4, conocida por “La Escuela de la Loma”; estaba situada en la calle Martí en un caserón muy grande de madera y donde fue directora Josefa Álvarez, llamada cariñosamente “Pepillita” y quien trabajó durante muchos años en la escuela.

En esta etapa (1902-1958), existieron numerosos colegios privados como el Colegio “Martí” fundado en el año 1916 y dirigido por José Vivigo Silva que, aproximadamente en 1926, cambió su nombre por el de Colegio “Colón. Después sería dirigido por los Cartaya y siempre estuvo adscrito al Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. La Academia”Castillo” dirigida por las hermanas Francisca y María Castillo, se especializó en la enseñanza de profesiones como la taquigrafía y la teneduría de libros o contabilidad. Aproximadamente en el año 1939, se fundó el Colegio “Céspedes” que tuvo varios directores como Adolfo Grillo y Humberto Hernández y que estuvo adscrito al Instituto de Segunda Enseñanza de Cárdenas.

Los colegios religiosos de Colón también ayudaron a la formación de niños y jóvenes de la región, tales como: el Colegio “San José” dirigido por el párroco Eduardo Puig y el Colegio Hispano-americano para niñas que era un internado dirigido por monjas católicas. También se contó con la escuela de enseñanza privada religiosa “Padre Félix Varela”. El 9 de septiembre de 1951 comenzó su primer curso con una matrícula de 200 alumnos repartidos entre los grados de primaria y 1er y 2do año de bachillerato. Dicho local quedó convertido en la escuela religiosa “Nuestra Señora de Fátima” a cargo de los mismos dueños, cuando el colegio “Padre Félix Varela” fue trasladado para las afueras de la ciudad (Colectivo de autores, 1992).

En septiembre de 1954 se trasladó el colegio “Padre Félix Varela” para la nueva instalación y se denominó “Ciudad Estudiantil de Colón”, integrada por tres instituciones católicas: el colegio “Padre Félix Varela” para varones, el colegio “La Inmaculada Concepción” para niñas, en ambas se impartían los grados de la primaria y los 5 años de bachillerato y el seminario “San Alberto Magno” para la formación del clero nacional. Esta institución albergó estudiantes de todo el país y contó con una gran infraestructura que incluía laboratorios, campos deportivos, ómnibus, etc.

Colón, pequeña ciudad del interior de la provincia de Matanzas, contó (1902-1958) con colegios públicos, privados y religiosos que tuvieron la tarea de educar a las nuevas generaciones. Este proceso formativo no solo se centró en lo curricular y académico, además, las instituciones educativas y los maestros se preocuparon por la formación axiológica de los futuros ciudadanos.

Formación axiológica desde el proceso de enseñanza aprendizaje: las asignaturas Historia de Cuba e Instrucción Moral y Cívica durante la República neocolonial

Desde un inicio, Historia de Cuba e Instrucción moral y cívica ocuparían un peldaño a tono con la reorganización del aparato escolar. La enseñanza de Instrucción moral y cívica, aseguraba su continuidad a lo largo de la enseñanza elemental con una frecuencia de dos veces por semana y una duración de media hora para primer y segundo grado y de 25 minutos para los niveles de tercero a sexto (Quiza, 1998: 81). Esta asignatura utilizaba como libro de texto: Principios de moral e instrucción cívica de Rafael Montoro. Dividida en dos parcelas, la obra de Montoro se inicia con una parte alusiva a los “deberes morales”, con una escueta referencia, de apenas dos párrafos, a los derechos del niño. La segunda mitad se ocupa de los asuntos correlativos al Estado, la nación y las distintas instancias de poder (Montoro, 1902: 43-44).

En la segunda enseñanza se mantenían los mismos elementos a enseñar y examinar, pero se buscaba una correlación entre esta asignatura y las nociones de Historia de Cuba que se tenían de la primera enseñanza. La asignatura de “instrucción cívica” en primero y segundo grado servía de antecedente a la Historia de Cuba y los expertos aconsejaban la colaboración interdisciplinaria.

La enseñanza de la Historia de Cuba se basaba en el libro de texto Nociones de historia de Cuba de Vidal Morales y Morales. Este texto y la enseñanza de la Historia de Cuba buscaban la identificación de los niños con los grandes próceres de la nación cubana y su independencia. Además, hacía énfasis en los grandes hitos militares de la Historia de Cuba y la actitud de los cubanos en aquellos momentos.

No solo en las clases de Historia o de Cívica los pedagogos definieron métodos y procedimientos a tener en cuenta en la construcción del imaginario patriótico y la formación del ciudadano cubano. Las asignaturas de Literatura, Español, Geografía y Dibujo también formaron parte de estas orientaciones.

En la formación patriótica de las nuevas generaciones era importante la identificación con la historia de Cuba y las tradiciones de la guerra de independencia. Estas indicaciones y textos fueron cambiando con el tiempo, pero manteniendo las mismas regularidades hasta 1958. Indicaciones y textos que tenían carácter nacional, pero hacia lo regional y lo local, el fenómeno mantenía regularidades, presentaba transformaciones y enriquecía la práctica formativa.

Formación axiológica desde la integración escuela, familia y comunidad en Colón durante la República neocolonial (1902-1958)

La educación escolarizada en Colón durante la República neocolonial utilizó las actividades extraescolares para completar la educación de sus estudiantes. En estas actividades extraescolares se puede percibir el trabajo de los maestros hacia esferas como la educación axiológica. En estas actividades además de la escuela se integraban la familia y la comunidad colombina. Este apartado ejemplifica mediante actividades específicas la formación axiológica desde la integración escuela, familia y comunidad en Colón durante la República neocolonial (1902-1958).

En primer lugar, se presenta una organización que, aunque no llegó a concretarse muestra la intención del maestro colombino “Pelayo Villanueva” de desarrollar en los estudiantes lo que denominó “Aplicación-Conducta-Asistencia”. Así se apoyaba a las escuelas y las familias en la educación de valores como la responsabilidad, el buen comportamiento, la decencia, entre otros.

Esta organización propuesta por Pelayo Villanueva al Ayuntamiento colombino a inicios de la segunda década del siglo XX se llamó PATRIA Y CULTURA y era “un organismo creado con el fin de fomentar en los niños el amor a la Escuela y de obtener con la cooperación de los Maestros, los padres de familia y de todas aquellas personas de buena voluntad que lo deseen, el acrecentamiento de la asistencia, el mejoramiento de la conducta y la afición al estudio.” (Villanueva, 1934, p. 315)

Aunque finalmente la organización no se concretó muestra las intenciones de colaboración del maestro Pelayo Villaueva para mediante diferentes alternativas contribuir a la formación de valores como el sacrificio personal, la responsabilidad, la honestidad, entre otros.

La siguiente actividad extraescolar que se presenta estuvo vinculada a José Martí, esta figura fue la que más trascendió en el ámbito escolar desde la primera ocupación. La recepción martiana en las escuelas públicas formó parte de la difusión del legado cívico-patriótico de los padres fundadores. Cuando la Patria estaba en peligro había que buscar su salvación en el hombre que representaba la idea fundacional de la nación.

El 28 de enero de 1925, el teatro “Canal” de Colón se engalanó para conmemorar el natalicio de José Martí y entregar los premios del Concurso de Recitación (Villanueva, 1934: 321). Este Concurso de Recitación estaba organizado por Pelayo Villanueva y apoyado por las personalidades más importantes de la ciudad.

Al año siguiente, Pelayo Villanueva también organizó un “Concurso de Recitación Infantil” dedicado a José Martí. Esta vez, escogió fragmentos de la obra “Tres Héroes” y los distribuyó entre alumnos y maestros con la intención de que participaran en el concurso. El propio Pelayo cuenta en la Historia de Colón que publicara en 1934:

Los fragmentos escogidos por Pelayo Villanueva muestran sus intenciones y los valores que deseaba formar entre los estudiantes colombinos: la honradez, la virtud, el decoro, el amor incondicional a la libertad y el culto a la defensa de la misma. También resulta interesante que estos Concursos de Recitación se realizaran hacia mediados de la segunda década republicana, cuando Cuba transitaba por una crisis económica que apuntaba a convertirse en una crisis política. Una década en que la nación despertaba y el movimiento nacionalista se fortalecía. En momentos así, se necesitaba a José Martí para recordar a los niños colombinos: la importancia de la virtud, de la honestidad y del amor a la patria.

Estas fueron actividades donde la familia apoyaba a los niños para que prepararan sus presentaciones y la comunidad colombina se veía envuelta en el proceso, así se evidenciaba la relación entre la escuela, la comunidad y la familia. “Para aquel Concurso contribuyeron con cantidades importantes o con obras valiosas, entre muchos otros, la Asociación de la Prensa local, el Liceo, Ramiro Areces, Faustino Gutiérrez, Luis Piña, José Manuel Gutiérrez, Arnoldo Paltenghi, Oscar Hernández, Leopoldo Valdés, José Mayoz, Domitila González, Mario Villanueva, José Manuel Carbonell y el sabio Enrique José Varona”. (Villanueva, 1934, p. 323)

La comunidad se involucraba en la actividad extraescolar organizada por Pelayo Villanueva con los niños de las escuelas colombinas. Además, así las escuelas contribuían al desarrollo cultural de Colón e involucraba a los padres de sus estudiantes y a la sociedad colombina en general en las actividades realizadas.

En toda Cuba se celebraban actividades como: el estímulo que el Dr. Manuel Angulo denominó Beso de la Patria; la Fiesta del Árbol; la Ciudad Escolar; la República Juvenil; la Jura de la Bandera y el Acto Cívico de los viernes, como enseñanza viva de alto contenido moral y patriótico que secundó eficazmente la labor del educador.

Adjudicación de “el Beso de la Patria” a un grupo de alumnos de la Escuela Primaria Superior. Acto muy emocionante en que con gran lentitud descendió nuestra bandera sobre la cabeza de los escolares que merecieron tal honor. (Periódico La Defensa, 5 de junio de 1943).

La Fiesta del Árbol hacía que los estudiantes sembraran árboles en la escuela o en la comunidad y de esta manera se evidencia el vínculo de la escuela con la comunidad en la educación de las nuevas generaciones.

En las actividades antes mencionadas se demuestra la intención del magisterio colombino de educar en función de valores como la honestidad, la responsabilidad, el patriotismo, entre otros, con la integración de las familias y la sociedad colombina en general.

Formación del valor patriotismo mediante los circuitos patrióticos en la educación escolarizada en Colón durante la República neocolonial (1902-1958)

En Colón, al igual que en el resto del país, los maestros sentían que de ellos dependía la salvación de la Patria y en función de ellos se fue conformando un circuito patriótico que influiría en la formación del sentimiento nacionalista y patriótico de la población.

La prensa de la época se hizo eco de las celebraciones por fechas conmemorativas como el 10 de octubre y el 24 de febrero (…) los días 10 de octubre y 24 de febrero todos los mausoleos pasaban a integrar el circuito patriótico de las festividades. Aunque se trataba de efemérides no reconocidas en la Orden Militar No.176 del gobierno de ocupación como días festivos, y que solo después de dos años de intensas gestiones lograron los funcionarios cubanos la declaración legal de las fiestas patrióticas, los considerados “días de la patria” fueron festejados desde el propio año 1899 (Iglesias, 1999).

El Mausoleo de Colón desde su inauguración en el año 1904 se convirtió en espacio obligatorio del circuito patriótico colombino ya que en el mismo reposan los restos mortales de los patriotas de las guerras de independencia de la región. Además, en Colón, las calles fueron nombradas por patriotas matanceros como Carlos Roja, Pedro Betancourt, Ricardo Trujillo, Rafael Águila, entre otros. El parque principal asumió el nombre de La Libertad y aunque mantuvo la estatua principal a Cristóbal Colón, los leones que al acompañarlo representaban al poder colonial español fueron retirados por largo tiempo y en cada esquina de éste fueron colocándose bustos a patriotas. En la calle Diago se inauguró un paseo patriótico y los alumnos del colegio Céspedes visitaban periódicamente la estatua a Carlos Manuel de Céspedes.

Las bandas rítmicas se presentaban en los actos patrióticos y culturales como las festividades por el 20 de mayo, el 10 de octubre y el 24 de febrero. El Centro Escolar “Luz y Caballero” tuvo varias bandas rítmicas, llegó a tener tres, una en cada enseñanza. Además, los colegios Céspedes y Colón contaban con su respectivas bandas rítmicas que competían entre ellas y participaban en todos los actos de la ciudad.

Las guerras de independencia, sus héroes y el significado que emanaban para la nación eran el centro del circuito patriótico que incluía tanto monumentos, estatuas y bustos como festividades patrióticas, actos cívicos y escolares. Con estas acciones se educaba en función del valor patriotismo, mediante la mística la nación cubana y la pertenencia a una comunidad. La educación y los maestros colombios educaban en el respeto, la fidelidad a la patria cubana, a sus intereses, a la defensa de la identidad, se creaba una memoria colectiva y un proyecto en común mediante la exaltación del pasado.

En 1946, hubo un acto patriótico de gran importancia que estuvo vinculado a uno de los colegios privados más importantes: el colegio Colón y a la maestra Heriberta Martínez. Un acto patriótico que dejó una huella indeleble: el Monumento a los estudiantes de Medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871.

La maestra Heriberta Martínez y el colegio “Colón” fueron los organizadores del Comité Pro-Monumento, encargado de recaudar los fondos necesarios para la obra mediante el concurso de los padres del alumnado, las autoridades municipales, las instituciones cívicas y los habitantes de la ciudad y de poblados vecinos.

La inauguración del Monumento aconteció el 27 de noviembre de 1946 con hora de inicio 3:00 pm., exactamente un año después de haberse colocado su primera piedra. Los asistentes partieron del Colegio Colón, tomarán por la avenida Máximo Gómez, luego entraron por Martí con parada en el Parque de la Libertad, sitio en el que usaron de la palabra los oradores. El orden del desfile fue el siguiente:

El Monumento a los estudiantes de Medicina, se convirtió desde su inauguración y hasta hoy, en el espacio idóneo para la conmemoración de cada 27 de noviembre. En él se han reunido generaciones de colombinos para rendir tributo y a la vez, producir, reproducir y divulgar nuestras tradiciones patrióticas y nacionalistas.

En todo lo anterior, el elemento simbólico entraba a desempeñar un papel esencial en los rituales consagratorios de la Patria y en la formación del patriotismo. A la vez, ponía a circular signos y marcas consagratorios de fidelidad y pertenencia a la patria cubana. Circuitos patrióticos y rituales como los descritos incluían a la amplia población infantil que no asistía a las escuelas y a las masas analfabetas que aún sobrevivían en el país.

Conclusiones

Las escuelas colombinas y sus maestros se preocuparon por la formación de valores de sus estudiantes, tanto desde asignaturas como Historia de Cuba e Instrucción Moral y Cívica como desde las actividades extracurriculares que se muestran en el trabajo. Aunque los maestros no teorizaron sobre la integración escuela-familia-comunidad en la formación de valores, esta triada se encuentra presente en las actividades mencionadas porque la escuela no es suficiente en la educación en valores ya que necesita de otras agencias socializadoras que apoyen el proceso. A partir de estas actividades, las clases y la integración escuela-familia-comunidad se formaban valores como la honestidad, la responsabilidad y de manera muy intencionada, el patriotismo.

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Artículo de investigación derivado del proceso del proceso de formación doctoral en Ciencias de la Educación.

Recibido: 02/10/2022 – Aceptado: 14/11/2022 – Publicado: 30/01/2023

Naranjo-Fagundo, D. (2023). La educación escolarizada en Colón (1902-1958): Formación axiológica desde la integración escuela, familia y comunidad. Educación y Sociedad, 21(1), 156-169.