La participación protagónica de los jóvenes desde la universidad y la docencia
Protagonic participation of young people from university and teaching process
Yoselin Guerrero-Aragón
yguerrero@uniss.edu.cu
Anairis Atalis-Santa Cruz
aatalis@uniss.edu.cu
Zaida González-Fernández
zgonzalez@uniss.edu.cu
Universidad de Sancti Spiritus José Martí Pérez, Cuba.
Educación y Sociedad
Vol. 16, No.1, Enero-Abril de 2018 (25-37)
ISSN: 1811- 9034 RNPS: 2073
Recibido: 17 de septiembre de 2017
Aprobado: 1 de diciembre de 2017
Publicado: 5 de enero de 2018
Resumen
Este artículo tiene parte de los resultados de la tesis de maestría en Ciencia de la Educación, mención Didáctica asociada al proyecto de investigación Tratamiento teórico-metodológico a la dimensión ética del desempeño docente y al cumplimiento de la implementación del Programa director para la educación en el sistema de valores de la Revolución Cubana. Se aborda la esencia de lo considerado como protagonismo estudiantil, las condiciones necesarias para su aparición, así como los requisitos a tener en cuenta para desarrollar la participación protagónica de los estudiantes desde la universidad y la docencia. En la investigación se empleó el método investigación acción-participativa y se utilizaron técnicas como el análisis de documentos, la entrevista y la observación participante.
Palabras clave: educación, participación, protagonismo estudiantil, valores
Abstract
The article deals with some of the results of the master thesis in Science of Education, Didactic mention, associated with the research project Theoretical-methodological treatment to the ethical dimension of the teaching performance and with the fulfillment of the implementation of the major program for education in the value system of the Cuban Revolution. Therefore, it addresses the essence of what is considered as student protagonism, the necessary conditions for its appearance, as well as the requirements to take into account to promote student leadership from the university and teaching process. The participatory research method and techniques such as document analysis, interview and participant observation were used in the research.
Key words: education in values, protagonist participation
Introducción
Las constantes transformaciones que se han experimentado en la Educación Cubana en los últimos años demandan la formación de estudiantes que desempeñen un rol activo en su propia formación. Muchos han sido los intentos para diseñar desde la escuela un proceso de educación de la personalidad que responda a esta demanda.
La sociedad cubana se encuentra en un contexto histórico-social en el que continuamente se están produciendo cambios y nuevos enfoques, que tratan, desde diferentes aristas, de orientar a la educación en consonancia con el tipo de hombre y de sociedad que se pretende formar; un hombre comprometido con su tiempo, que responda al encargo social.
La escuela como contexto de actuación donde el estudiante recibe la mayor parte del tiempo una influencia educativa directa y el rol del docente gana en importancia, es el principal escenario para que se desarrollen un conjunto de cualidades y valores morales en la formación de la personalidad, en correspondencia con los principios del sistema social socialista.
Desde el proceso educativo, específicamente en el contexto de la educación universitaria, se deben facilitar las condiciones para que las organizaciones juveniles y estudiantiles, los directivos y docentes, puedan cumplir con sus objetivos y función social, sin embargo, en la práctica se manifiesta la necesidad de una transformación cualitativa del desempeño individual y del sistema de relaciones que sobre estos influyen para cumplir con el encargo social.
A pesar de los avances alcanzados en la incorporación de los estudiantes universitarios en actividades educativas y sociales, todavía no se logra un incremento que satisfaga las expectativas ni los niveles deseados del protagonismo estudiantil, lo que requiere asumir conscientemente, modos de actuación cualitativamente superiores a los que se manifiestan en la vida universitaria. Buscar posibles vías que garanticen un verdadero desempeño de los estudiantes universitarios de manera que alcancen el protagonismo estudiantil en los diferentes contextos de actuación posee una gran importancia, así se contribuirá a la formación de las nuevas generaciones con la calidad humana que exigen las transformaciones, cambios y desarrollo que se producen en todos los campos en la época actual.
La aplicación de entrevistas a los profesores y estudiantes de la de la carrera de Licenciatura en Educación, Español-Literatura; así como la observación participante realizada por la profesora principal del año, ha facilitado la constatación en la práctica escolar, de alguna insuficiencias: la utilización no sistemática de los métodos activos y educativos que permitan las reflexiones, el debate y la independencia en el desempeño del estudiante; la presencia de estilos de dirección rígidos y autoritarios que frenan el desarrollo individual y colectivo; así como una insuficiente participación e implicación de los estudiantes en actividades docentes y extradocentes. Asimismo, en la práctica escolar se aprecian barreras en la comunicación que limitan la expresión de juicios y criterios valorativos respecto al autoaprendizaje y la toma de decisiones.
La insuficiente implicación de los directivos, docentes y estudiantes en los procesos que requieren la autodirección estudiantil, así como la carencia de coherencia y sistematicidad de las influencias educativas escolares, en sentido general, no propician que se utilicen todas las posibilidades del proceso educativo para enriquecer la labor educativa, dirigida a potenciar el protagonismo estudiantil. Sin embargo se reconoce, que existen algunas potencialidades en el contexto escolar universitario que pueden contribuir, adecuadamente conducidas, al perfeccionamiento del proceso educativo entre las que se encuentran: el completamiento y fortalecimiento del claustro en la universidad; la formación de doctores en ciencias de la educación; la comprensión de la necesidad de potenciar el protagonismo estudiantil; la disposición y compromiso de la organización estudiantil, de los docentes y directivos, así como la motivación de la mayoría de los estudiantes por alcanzar una profesión en educación.
Se ha podido constatar a partir de la observación pedagógica, el incremento de las iniciativas sobre la preparación del docente, sin embargo no ocurre en la misma dimensión el tratamiento que es necesario hacer sobre el rol que tiene que jugar el estudiante en el proceso de aprendizaje para que, desde su propia actividad se eduque en los valores que el modelo social cubano establece en su política educacional.
Por consiguiente, el artículo está determinado por las necesidades, motivaciones, intereses e inquietudes que han mostrado los docentes de la carrera de Licenciatura en Educación, Español-Literatura en su preparación, para hacer de la docencia universitaria un espacio de participación y compromiso del estudiante, donde este se eduque desde la propia actividad docente en los valores que se orientan en el Programa Director.
El objetivo que se pretende es proponer los métodos, vías y modos de actuación profesionales para mejorar el tratamiento teórico y procedimental del protagonismo estudiantil desde la universidad y la docencia. Para el estudio se empleó el método investigación acción-participativa y se utilizaron las técnicas como el análisis de documentos, la entrevista y la observación participante. Se requirió una población de 30 profesores y 52 estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación, Español-Literatura. Esta investigación demuestra cómo el protagonismo estudiantil concebido desde la actividad pedagógica profesional, posibilita desde la clase, la implicación personal responsable y reflexiva de los estudiantes como condición básica y necesaria para su educación en valores.
Desarrollo
Marco teórico referencial
De acuerdo con lo anterior se considera adecuado proyectar los resultados existentes hacia la socialización y el debate, con vista a perfeccionar los métodos y las vías para garantizar desde la universidad y la docencia el protagonismo de los estudiantes, de manera que facilite desde su actividad educarse en los valores que exige el programa director para la educación en el sistema de valores de la Revolución Cubana. Según Esther Báxter, la labor educativa en la escuela es:
Un proceso pleno de actividades organizadas, dirigidas adecuadamente, con un contenido concreto, donde puedan valorarse sus resultados, donde los estudiantes sientan la necesidad de su participación y la satisfacción con la tarea desarrollada, es lo que permitirá la formación de actitudes y valores positivos hacia las diferentes esferas de la vida social. (Baxter, 2007, p. 27)
Resulta imprescindible la labor educativa de los docentes universitarios, en correspondencia con el modelo pedagógico de la educación superior cubana, donde se prioriza la unidad de la instrucción y la educación “nos hemos propuesto que nuestra labor educativa esté al mismo nivel de nuestra formación profesional. El desarrollo de valores, la formación patriótica y cultural integral tienen la primera prioridad en la labor de nuestras universidades, para lograr un graduado plenamente comprometido con su Patria” (Alarcón, 2014, p. 11).
La investigadora Maylene Rojas, expresa en su tesis doctoral que la labor educativa en la universidad:
Deviene elemento de primer orden en el proceso de formación y en correspondencia con ello ha elevado al rango de estrategia principal el sistema de influencias educativas a realizar en cada universidad para lograr la formación de los valores que deben caracterizar a un profesional en la época actual. (Rojas, 2016, p. 4)
Para que los estudiantes sean capaces de actuar de acuerdo con los valores que sustenta la sociedad en que viven, es necesario organizar el proceso educativo de manera tal que estos participen conscientemente en la actividad como sujetos de aprendizaje, formación y desarrollo, con la oportunidad de comunicarse entre sí y con sus compañeros, que trabajen juntos, se propongan metas comunes y las logren, en correspondencia con la edad y con sus posibilidades particulares.
Se reconoce la importancia de que el docente logre establecer una atmósfera positiva de confianza en las posibilidades individuales y de colaboración mutua con el estudiante, así se puede asimilar de forma consciente el contenido desarrollado y el gusto por la adquisición independiente del conocimiento, unido a la satisfacción que aporta la cooperación del grupo. En ello radica la importancia de aprovechar las potencialidades del grupo y propiciar la integración donde cada cual sea capaz de conocerse a sí mismo, autovalorarse y a la vez valorar a los demás.
Se necesita un estudiante que pueda emitir criterios y participar activamente en el logro de los objetivos que contribuyen a su educación, en lo relacionado con la organización escolar, el sistema de actividades planificadas en la estrategia educativa, en los programas de estudios, las actividades docentes y extradocentes y el desempeño de su organización estudiantil.
En el terreno pedagógico, Hernández & Reigosa (2012); Águila & Guerrero (2013); Perdigón & Cabrera (2014), han realizado investigaciones sobre el protagonismo del estudiante en los distintos momentos del proceso educativo, se precisa para el universitario, la necesidad del cambio de una posición pasiva a una posición activa, de una colaboración, a una alta implicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, jugar un papel verdaderamente transformador y protagónico en la formación de su personalidad.
Alcanzar una posición activa en un proceso requiere un esfuerzo que demanda del estudiante: independencia, reflexionar, valorar, suponer, implicarse, llegar a conclusiones y utilizar esos conocimientos y habilidades, en generar nuevas acciones; manifestar un verdadero papel protagónico en la toma de decisiones, responsabilidad respecto a la formación y desarrollo de su personalidad, dado el carácter activo de este proceso.
Los estudios realizados en esta dirección evidencian la importancia del lugar central que debe ocupar el estudiante en el proceso educativo; las investigaciones demuestran desde diferentes puntos de vista y contextos, --aunque con elementos comunes--, el tratamiento y la prioridad de su abordaje en el contexto escolar.
Galindo (2005) propone una metodología para la educación en valores, que privilegia el protagonismo estudiantil desde la clase en el contexto universitario, porque permite el ejercicio de la crítica, la autocrítica, las vivencias, la interacción y la implicación de los estudiantes en correspondencia con las premisas individuales de su desarrollo; plantea que en el desarrollo del protagonismo estudiantil el sujeto adquiere cualidades y valores manifestados en los modos de actuación, la responsabilidad, la autonomía y la toma de decisiones.
Veitía (2006) considera el término de formación protagónica desde el proceso de enseñanza-aprendizaje, específicamente con estudiantes pertenecientes a la organización de pioneros José Martí, concede a este proceso carácter bilateral y activo, donde el educador dirige y propicia en su quehacer diario la actividad cognitiva del estudiante, y a través de esta logra niveles de implicación, responsabilidad, identificación con la tarea; lo que pone al pionero en condiciones de desempeñar un rol protagónico en su manera de actuar, sentir y pensar.
Ambas autoras conceden un papel decisivo al proceso de enseñanza-aprendizaje, y a la clase como forma fundamental de organización de dicho proceso, para lograr el protagonismo estudiantil, lo que requiere preparación del docente para dirigir este proceso; además, comparten puntos de vista al considerar aspectos comunes en las dimensiones e indicadores propuestos.
Domenech (2011) parte de interrogantes alrededor de la temática de estudio, para lo cual aporta dimensiones de naturaleza educativa tales como: compromiso ante el estudio y tareas de la organización, implicación activa y consciente en actividades personales y colectivas, emisión de juicios personales y colectivos y cumplimiento independiente de las tareas vinculadas a la formación integral de la personalidad en la educación media, y afirma que el protagonismo, visto desde esta posición, posibilita el desarrollo de sujetos activos y conscientes de su participación.
Hernández & Reigosa (2012); Águila & Guerrero (2013); Perdigón & Cabrera (2014), así como Guerrero, Atalis & González (2015, 2016), coinciden en la necesidad de preparar y perfeccionar la formación de un sujeto protagónico. Los estudios realizados en esta dirección evidencian la importancia del lugar central que debe ocupar el estudiante en el proceso educativo.
Los elementos abordados contribuyen al desarrollo del protagonismo estudiantil, que por su naturaleza educativa se encamina a la formación y al desarrollo integral de la personalidad. Es necesario considerar en este empeño las interrelaciones que deben darse entre el proceso de enseñanza-aprendizaje, el colectivo pedagógico y la estrategia educativa en el contexto de formación universitaria, objeto de interés en esta investigación.
Los autores referidos con anterioridad coinciden en la necesidad de preparar y perfeccionar la formación de un sujeto protagónico. No obstante, existen limitaciones que aún no se han resuelto en la escuela cubana actual y todavía no se han tocado todas las aristas de una problemática de vital importancia en la búsqueda de alternativas, que logren movilizar todos los recursos posibles, para intervenir en la formación de un estudiante verdaderamente protagónico.
Se aprecia entonces, que aún existe la necesidad de continuar profundizando en el plano teórico en la búsqueda de tendencias, regularidades, para fundamentar nuevas propuestas, provocar los cambios requeridos en la dirección del trabajo educativo y en consecuencia potenciar el protagonismo estudiantil en los estudiantes de la institución universitaria: Ello se corrobora con las evidencias del propio proceso educativo en el plano práctico, que refleja la inadecuada articulación y coherencia en el sistema de influencias educativas, que obstaculizan el desarrollo del protagonismo estudiantil, y no permiten alcanzar una amplia implicación y participación de los estudiantes en las actividades docentes, extradocentes y extraescolares.
Los antecedentes abordados explicitan la complejidad de la temática objeto de investigación en el contexto escolar universitario, y evidencian contradicciones entre el estado deseado y el real, vinculadas al sistema de interrelaciones y gestión educativa a fin de concretar el papel de las fuerzas educativas para incorporar de manera orgánica, coherente y sistemática las influencias educativas que contribuyen al desarrollo del protagonismo estudiantil. Para pensar en el desarrollo del protagonismo estudiantil hay que considerar al estudiante como “un elemento activo del proceso docente educativo que participa en su propio aprendizaje, desde su vinculación con la auténtica realidad social y personal en que vive” (Guerrero, 2015, p. 27).
La actividad del docente en la actualidad corre el peligro de caer en algunas irregularidades que dañan mucho las aspiraciones relacionadas con la acción protagónica de los estudiantes: aparece la rutina, repetición y verbalismo; la escuela se proyecta inmóvil en sus contenidos y modos de hacer, los maestros se acostumbran a recibir instrucciones y esperar por ellas, perdiendo iniciativas, autonomía y responsabilidad ante su propia labor de preparar al estudiante para la vida. Estos elementos ponen en riesgo una condición esencial de la actividad pedagógica profesional del maestro, la estimulación al desarrollo del protagonismo estudiantil, que depende de crear una práctica inteligente y sensible que comprometa al estudiante en su proceso de investigación y creación permanente para la obtención de sus conocimientos.
Acciones para desarrollar el protagonismo estudiantil en función de la educación en valores
El docente universitario, para llevar a cabo la proyección de acciones con fines de estimular el protagonismo estudiantil en función de la educación en valores tiene que obtener una respuesta eficaz a las preguntas siguientes: ¿Lo que hacemos en la docencia se corresponde con los valores a educar y esto facilita el protagonismo de los estudiantes? ¿Qué significación tienen las actividades que organizan la universidad y los docentes desde su aula para los estudiantes? ¿Cómo reformulamos nuestra acción docente para hacer del estudiante un protagonista en su aprendizaje y que este contribuya a educarse en los valores propuestos desde el Programa director para la educación en el sistema de valores de la Revolución Cubana?
Ante todas estas preguntas hay que reflexionar desde la propia actividad pedagógica en cada aula donde se desempeña el profesor, pues se observan tendencias que no favorecen la estimulación del protagonismo en los educandos, entre las cuales están las siguientes: el estudiante se mantiene esperando órdenes del profesor, no manifiesta inquietudes, ni interrogantes sobre la base de su experiencia individual; la clase se proyecta como algo acabado, donde ya todo está dispuesto para el estudiante; la distribución el tiempo de la clase ya está programado y el estudiante tiene que cumplir con eso. Estas tendencias no dan oportunidad alguna para que el estudiante aprenda a planificarse, a tomar decisiones, a plantear intereses. Se ha observado en muchas ocasiones que los estudiantes sólo quieren copiar la fecha, notas que da el profesor, los ejercicios y las tareas, pero en realidad este tipo de proceso desde la clase, de esa forma, no implica el desarrollo del protagonismo. Todo esto se convierte en un proceso pasivo.
El ejercicio del docente tiene que ser una actividad intelectual creadora en función de poner al estudiante en acciones de aprendizaje que faciliten su educación en valores. El profesor tiene que garantizar que la clase se convierta en un ambiente propicio para la interacción humana, teniendo como contenido el cumplimiento del estudio, la experiencia de los estudiantes, la introducción del nuevo contenido y la determinación de nuevas tareas que garantizan la participación del estudiante en su formación como individuo del contexto donde vive y de la sociedad.
El docente debe siempre reflexionar sobre lo que hace y por qué lo hace, lo que indudablemente ayuda a romper con la inercia y la monotonía, que tan perjudiciales resultan para el logro de la creatividad y el protagonismo estudiantil. La práctica educativa, por encima de todo, es una práctica humana, que se tiene que proyectar a formar al hombre para la vida. Las vías que, desde la investigación del proyecto, se han puesto en práctica en función de estimular el protagonismo estudiantil, han sido:
Dentro de la vía didáctica: uso del método problémico, el trabajo independiente, la autoevaluación, la relación de las potencialidades del contenido con la vida y las tareas docentes integradoras de implicación personal (Hernández, 2011, p.6).
Dentro de la vía de proyección del aprendizaje formativo: la estrategia educativa del año académico, la exaltación de experiencias positivas y la crítica a las negativas, elaboración de metas y compromisos individuales y colectivos desde el grupo estudiantil, el diálogo de temas de interés, la reflexión sobre temas de interés individual y grupal, el ejercicio cotidiano de la crítica y la autocrítica.
La investigación desarrollada ha determinado diferentes requisitos que debe reunir la actividad pedagógica profesional para desarrollar el protagonismo estudiantil desde la docencia universitaria, entre los que figuran los siguientes:
· Formar el grupo estudiantil, caracterización del estudiante, su familia y la comunidad. Garantizar la intervención del estudiante en la escuela, la familia y la comunidad, como un ente activo con acciones concretas planificadas desde el aula.
· Considerar el trabajo en todas las actividades escolares como un espacio de realización de la actividad creadora del estudiante. Desarrollar las potencialidades del hacer en cada estudiante.
· Las actividades de aprendizaje que se proyecten deben estar dirigidas a desarrollar la responsabilidad y el compromiso. Fortalecer el aprendizaje social cooperativo; encaminar la acción protagónica al aprendizaje formativo y desarrollador.
· Facilitar la autoformación de cada estudiante desde su actividad protagónica en las diferentes actividades y contribuir a la independencia cognoscitiva a partir de la propuesta de actividades intelectualmente retadoras.
· Proyección del proceso docente desde el conocimiento a la reflexión y de esta al compromiso y la intervención.
· Lograr que la participación protagónica del estudiante muestre una actuación consciente, tenga carácter independiente y muestre autenticidad.
· Comunicación afectiva y efectiva durante todo el proceso, esto constituye un requisito esencial.
· Considerar la motivación como un elemento esencial en la búsqueda del protagonismo.
· Trabajar la relación del compromiso con lo que hace el alumno, de tal manera que lo asimile como algo de él. Interacción y acción responsable ante la vida.
· Persuasión y participación consciente y activa del estudiante en su propia formación. La realización de cualquier actividad debe llevar aparejada la satisfacción de necesidades e intereses tanto individuales como sociales.
· Relación interpersonal comprometida; confianza y respeto hacia los demás; buscar en el joven sentido de pertenencia social y ciudadana para aprender a convivir en la familia y la comunidad, donde se sientan individuos activos y creativos.
Teniendo en cuenta estos requisitos el docente puede determinar indicadores para evaluar el protagonismo estudiantil desde la actuación de los estudiantes en su grupo. A continuación se muestra un conjunto de acciones que se han puesto en práctica en la educación universitaria, teniendo como sustento la contribución de los resultados alcanzados desde la actividad científica del proyecto en función de desarrollar el protagonismo estudiantil:
1. Conmemoración de efemérides desde la actividad protagónica de los estudiantes, fortaleciendo los valores sociales a educar.
2. Organización de talleres de intercambio en el grupo estudiantil sobre cultura de comportamiento social, donde se trate la cortesía y el porqué de su necesidad en el marco de las relaciones interpersonales.
3. Organización de rincones de la literatura, donde se realicen exposiciones relacionadas principalmente con la historia y la literatura de la región, siguiendo el protagonismo de los estudiantes.
4. Proyectos investigativos con vista a las jornadas científicas de estudiantes donde se indague sobre la historia, la literatura local y la participación social de la juventud en la esfera productiva.
5. Caracterización de los sectores económicos de la región y la participación que en ellos tiene la juventud.
6. Realización de encuentros con personalidades destacadas del territorio en educación y cultura, organizados por el grupo de estudiantes con personalidades.
7. Participación en la creación del rincón de la lectura desde los intereses de los estudiantes.
8. Ejecutar acciones por grupos en función de mejorar el entorno escolar en lo estético y ambiental según iniciativas de los estudiantes.
9. Caracterización de los centros de trabajo o empresas donde será su posible desempeño profesional.
10. Creación de medios de enseñanzas en función de su desempeño profesional.
11. Presentación de proyectos investigativos realizados por los estudiantes sobre la historia local y la literatura infantil-juvenil.
12. Participación en el trabajo socialmente útil.
Conclusiones
La proyección de acciones para erradicar las limitaciones que hoy existen en el proceso pedagógico en función de desarrollar el protagonismo estudiantil, constituye un reto importante de las ciencias pedagógicas en la actualidad, en la línea de educación en valores. Los requisitos que se ofrecen, para desarrollar el protagonismo estudiantil desde la actividad pedagógica profesional, constituye pauta importante para la puesta en práctica desde la universidad.
Los valores humanos se configuran mediante la actividad, promover el protagonismo estudiantil es condición básica y necesaria para su educación; encontrar desde la clase la implicación personal responsable y reflexiva de los estudiantes, constituye premisa esencial para la práctica del protagonismo.
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