La orientación familiar para prevenir las carencias afectivas en niños de preescolar
Family counseling to prevent affective deprivation in preschool children
María Jústiz-Guerra
maria.justiz@reduc.edu.cu
Nayibis Guevara-Gómez
nayibis.guevara@reduc.edu.cu
Ana Jústiz-Guerra
ana.justiz@reduc.edu.cu
Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, Cuba.
Educación y Sociedad
Vol. 15, No.3, Septiembre-Diciembre de 2017 (93-107)
ISSN: 1811- 9034 RNPS: 2073
Resumen
La importancia de la familia como núcleo de socialización primario y la repercusión de su adecuado funcionamiento en el contexto histórico cubano en la infancia preescolar, se analizan en el presente artículo. Se presentan los resultados investigativos de dos cursos escolares a partir del uso de métodos teóricos y empíricos de investigación. Las consecuencias de la falta de afecto familiar para el desarrollo de los infantes de edad preescolar se revelan en el estudio realizado a siete familias del grupo de preescolar de la escuela Joaquín de Agüero del municipio Guáimaro en Camagüey, a las que se les implementa una propuesta de actividades de orientación familiar que generó transformaciones en el funcionamiento de estas familias.
Palabras clave: carencias afectivas, familia, orientación, prevención
Abstract:
The importance of the family as the nucleus of primary socialization and the repercussion of its adequate functioning in the Cuban historical context in preschool children are analyzed in the present article. The research results of 2 school courses are presented based on theoretical and empirical methods. The consequences of lack of family affection for the development of infants of pre-school age are revealed in the study carried out with 7 families of the preschool group of Joaquín de AgüeroSchool of the municipality Guáimaro in Camagüey, to which a proposal of activities of family orientation which has generated transformations in the functioning of these families is being implemented.
Key words: affective deprivation, family, orientation, prevention
Introducción
La familia es, en la actualidad, centro de la atención de múltiples disciplinas científicas: la Sociología, la Demografía, la Antropología y el Trabajo Social, entre muchas otras. En particular, para la Psicología tiene un significado peculiar por ser el primer núcleo socializador del ser humano, lo cual le atribuye una gran significación para el desarrollo integral y armónico de la personalidad de sus miembros.
En este contexto, la familia asume retos para mantener sus principales funciones; a pesar de las crisis y dificultades sociales, económicas y demográficas de las últimas décadas, se reafirma como el primer núcleo de socialización, siendo mucho más que una unidad jurídica, social y económica, aunque sus contextos de actuación y su funcionamiento se han modificado. A nivel social se produce una potenciación del papel de la comunidad y la familia[1], en particular como agentes socializadores generadores de influencias para la solución de sus propios problemas.
Desde las primeras etapas de la vida de los niños, es de vital importancia que se les brinde afecto, cariño, estima y estimulación emocional, que lo ayuden a sentirse bien. Las muestras de afectividad positiva fomentan el deseo de aprender, la motivación, las buenas relaciones entre iguales, el ajuste emocional y la confianza básica, entre otros beneficios para la autoestima y la formación integral. Sin embargo, la falta de los sentimientos que se manifiestan en esta esfera conocidos como carencias afectivas o alteraciones por carencia relacional, es la principal causa por la que los niños adquieren alteraciones y/o trastornos de personalidad desde las edades tempranas.
Un acercamiento a la situación que se analiza permitió develar insuficiencias en siete familias de niños del grupo de preescolar de la escuela primaria Joaquín de Agüero, del municipio Guáimaro en la provincia Camagüey, seleccionadas con criterio intencional de acuerdo con lo siguiente: carencias en la esfera motivacional afectiva de los infantes asociadas a la proveniencia de familias disfuncionales, inadecuadas relaciones interpersonales entre los miembros de la familia, así como deficiente uso de métodos educativos y escasa comunicación entre padres e hijos. A partir de esta situación se propuso como objetivo demostrar la efectividad de una propuesta de actividades de orientación familiar para la prevención de las carencias afectivas en niños de edad preescolar.
La utilización de métodos del nivel teórico, analítico-sintético e histórico-lógico permitió el estudio de las fuentes bibliográficas referidas a la orientación familiar y la prevención de las carencias afectivas en el preescolar. En cuanto a los métodos del nivel empírico, la observación, entrevista y el análisis de los productos de la actividad permitieron constatar las manifestaciones de la esfera afectiva en los niños de edad preescolar durante el proceso educativo, las manifestaciones afectivas en el ámbito familiar y escolar de los niños de edad preescolar y constatar el lugar que tiene el niño en su núcleo familiar.
Desarrollo
El tema ha sido abordado por diversos autores (Arés, 1990, 2007; Castro, 1996; Sampayo, 2008, 2016; Marcos, 2009; García, 2010 y Villalobos, 2014); estos autores tratan el tema desde diferentes aristas, aunque coinciden en afirmar que la familia es la encargada de educar a sus integrantes a través de una influencia sistemática y organizada para que resulte funcional.
En la convivencia familiar, está la apropiación de valores, convicciones y actitudes, además se adquieren hábitos, normas de comportamiento y estilos de vida que se van consolidando y llegan a convertirse en tradiciones y costumbres familiares. De ahí la necesidad de lograr familias cada vez más conscientes y preparadas para conducir el proceso educativo en la convivencia familiar sobre la base del establecimiento de sólidos lazos de amor y mediante la comunicación. Las autoras se afilian a la siguiente definición de familia:
Grupo natural del ser humano jurídicamente, se organiza sobre la base del matrimonio, el cual suele definirse como una institución social en la que un hombre y una mujer se unen legalmente con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos. Por tanto la, existencia de una persona está estrechamente unida al ambiente familiar, este ambiente circunda su vida, sus triunfos y fracasos. (Arés, 1990, p.1)
Algunas de las causas que en la actualidad pueden alterar el funcionamiento de la familia son la comunicación intrafamiliar y la preparación de los padres para la educación de sus hijos, estas son determinantes en la organización de la vida familiar, es por ello, que se hace necesario que la escuela trabaje en aras de la orientación y se convierta en un agente transformador de la familia y la comunidad.
La satisfacción de las necesidades afectivas que ocurre a nivel familiar permite el desarrollo de la confianza básica, la seguridad y la autoestima tan necesarias en la vida de los individuos, constituye base de apoyo y estabilidad psicológica. En este sentido, resulta de gran importancia hacer referencia a la categoría orientación en su significado de ofrecer niveles de ayuda para solucionar problemas, desarrollar habilidades y elevar la autoestima y no de imponer puntos de vista de una persona sobre otra.
Según Collazo & Puentes (1990) la orientación debe considerarse como un proceso continuo y vital para el desarrollo adecuado de las tareas cotidianas a las que se enfrenta la familia por vez primera o para las cuales se necesita una preparación especial; en este caso se encuentra la orientación de la familia con respecto al cuidado y educación de los hijos, para que así estos logren una mayor independencia en sus actividades.
Las autoras se afilian al siguiente concepto de orientación familiar:
Es un tipo de orientación psicológica que constituye un proceso de relación de ayuda o asistencia que promueve el desarrollo de recursos personológicos de miembros de la familia a través de la reflexión, sensibilización y la asunción responsable de los roles para la implicación personal de sus miembros en la solución de problemas y tareas familiares; realizada por niveles según las características del funcionamiento familiar y las necesidades básicas de aprendizaje de los adultos y su descendencia con el empleo de diversos procedimientos, métodos y técnicas de orientación. (García, 2010, p.11)
Se considera que este concepto abarca todo lo referido a una adecuada orientación familiar y toma en cuenta a toda la familia, su funcionamiento y necesidades principales para su adecuado desarrollo. Al desarrollar la orientación a la familia se reconoce que los padres de una comunidad, de una escuela, tienen sus características individuales, por tanto se debe respetar esa diversidad de comportamiento y estilos de vida familiar.
Estas peculiaridades, desencadenan múltiples líneas de trabajo preventivo, cuyo fin es orientar debidamente a las familias hacia una convivencia y un estilo de vida adecuado para todos sus miembros. En relación con esto, aumenta el interés por la prevención si se toma en cuenta la existencia de múltiples factores que amenazan el desarrollo adecuado de las familias, las conductas antisociales, la salud, la sexualidad, el uso del tiempo libre y la forma en que se enfrentan los eventos negativos o positivos de la vida, entre otros.
Se asume la definición de prevención que plantea: “Es la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias físicas, mentales y sensoriales o a impedir que las deficiencias, cuando sean producidas tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas” (Bell, 1997, p. 37); se considera ajustada a los propósitos de la investigación, ya que va encaminada a la adopción temprana de medidas para impedir que se produzcan las deficiencias y también a que después de producidas, no tengan consecuencias mayores.
Muchos de los problemas en el desarrollo infantil se pueden evitar o ayudar a que las consecuencias sean menos frustrantes, si se atendieran desde las edades más tempranas por lo que corresponde a las instituciones educacionales y a la familia asumir el liderazgo y la dirección del trabajo de educación preventiva de los niños, como líneas fundamentales de la visión científica de la prevención.
Con respecto a los niveles por los que transita la prevención, las autoras se adscriben a los siguientes criterios por su utilidad para dirigir acciones preventivas hacia los niños de infancia preescolar que hayan manifestado síntomas de carencias afectivas en el contexto familiar:
Prevención primaria: Tiene como objetivo evitar que aparezcan las manifestaciones, los impactos o acontecimientos que pueden alterar la formación y desarrollo normal de una familia o de la comunidad en la que esta se encuentre insertada.
Prevención secundaria: Está dirigida a evitar que las manifestaciones dejen secuelas, consecuencias o que se agraven más y sean nocivas para vida familiar.
Prevención terciaria: Está encaminada a la corrección y/o compensación de las manifestaciones ya surgidas, y de los daños que se hayan podido causar. (Torres, 2003, p.108)
Los niños de edad preescolar son capaces de expresar sus sentimientos de amor, tristeza, celos, envidia, curiosidad y orgullo. Asimismo, son capaces de apreciar, percibir, esos sentimientos en quienes los rodean, de ahí la importancia que tiene para ellos crecer en un ambiente sano, rodeado de amor y comprensión, para así evitarles problemas cuando se inserten en la comunidad.
Para estos infantes es imposible lograr una maduración correcta sin el calor afectivo que le pueda brindar una familia en cualquier circunstancia de la vida. Con respecto a esto, González (2010) plantea que los niños necesitan recibir amor, que es el nutriente espiritual más importante que existe para lograr una personalidad equilibrada, pero ellos por sí mismos no pueden ni buscar ni dar, porque el amor se cultiva, por supuesto a la vez que reciben amor, reciben afecto, también van cultivando, aprendiendo y prodigando, porque en el proceso de humanización de los seres humanos, el factor amor y afecto fue decisivo; el amor existió, existe y existirá para que nuestros niños puedan desarrollarse sanos, equilibrados y con afecto.
La afectividad asigna una sensación subjetiva frente a cada acontecimiento de la vida y por tanto, constituye una orientación para las conductas de los niños y niñas, e influye en toda su personalidad. Al no cubrir estas necesidades de amor, el niño puede sentir no haber sido amado lo suficiente y de forma adecuada. Estos sentimientos de malestar, que pueden ser transitorios, si no reciben tratamiento, se pueden convierten en carencias afectivas, entendidas como la situación en la que se encuentra un niño que ha sufrido o sufre la privación de la relación con su madre, o de una persona que sustituya esta función, y que padece el déficit de atención afectiva necesaria en la edad temprana.
Este es un estado que afecta a todas las edades, culturas y clases sociales y la evolución de los niños que lo manifiestan, depende en gran medida, de su situación social de desarrollo, lo que permite establecer patrones definitorios del comportamiento desde su infancia a la edad adulta. En la sociedad actual no pocas familias están inmersas en una actividad intensa, con horarios laborales poco adecuados para la conciliación familiar, por lo que son muchos los niños que viven faltos de afecto, de cariño y de las relaciones afectivas necesarias para su correcto desarrollo. No es necesario que el niño sea objeto de causas extremas como el maltrato, negligencia, abandono, separaciones o divorcios traumáticos, para verse en una situación de carencia afectiva más o menos grave.
Los niños que no se sienten queridos por sus padres, que se desarrollan en un ambiente frío, hostil, agresivo o negligente pueden acabar desarrollando trastornos psicológicos más o menos graves. Las consecuencias de las carencias afectivas sufridas durante los primeros años de vida son, con frecuencia, irremediables. Algunos de estos síntomas son: problemas con el control de los impulsos, con cambios bruscos de conducta y respuestas agresivas; desconfianza generalizada; deficiente desarrollo del lenguaje y habilidades sociales; déficit de atención; trastornos de ansiedad y dificultades para expresar sentimientos y problemas para modularlos.
El diagnóstico inicial que se realizó a las siete familias y 11 niños, arrojó que los infantes tienen carencias en la esfera motivacional afectiva debido al carácter disfuncional de las mismas, la falta de afecto y la poca preocupación de los padres por su educación, además de resaltar que la mayoría de los padres son jóvenes e inexpertos. Esto se hizo evidente en el mal comportamiento en el aula y en las relaciones interpersonales, en las que se constató agresividad, hiperactividad y ansiedad. Las dimensiones seleccionadas para desarrollar la caracterización, así como los criterios para su evaluación son los que siguen:
Bien (B). |
Regular (R). |
Mal (M). |
Dimensión 1: Relaciones afectivas en el seno familiar |
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Cuando el 98% de los niños en la escuela, comparten con sus compañeros y maestros; cuando tienen un ritmo de aprendizaje acorde con su edad y son activos en el tiempo de juego. |
Cuando el 50% de los niños en la escuela, comparten con sus compañeros y maestros; cuando tienen un ritmo de aprendizaje acorde con su edad y son activos en el tiempo de juego. |
Cuando menos del 20% de los niños en la escuela, comparten con sus compañeros y maestros; cuando tienen un ritmo de aprendizaje acorde con su edad y son activos en el tiempo de juego. |
Dimensión 2: Relaciones interpersonales de los niños en la escuela |
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Cuando existe buena comunicación y relación entre los miembros de la familia. |
Cuando la comunicación y relación entre los miembros de la familia no es la mejor. |
Cuando la relación y comunicación entre los miembros de la familia se hace muy difícil. |
Dimensión 3: Interés y satisfacción de la familia por conocer sobre las carencias afectivas |
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Si el 60% de los padres tienen interés en conocer sobre las carencias afectivas. |
Si menos del 50% de los padres tienen interés en conocer sobre las carencias afectivas. |
Si el 20% de los padres tienen interés en conocer sobre las carencias afectivas. |
Se aplicaron métodos y técnicas de investigación como la observación a actividades del proceso educativo, entrevista a los padres, a la maestra y al niño y técnicas como el dibujo con el tema Mi familia y yo. En la observación a dos actividades programadas y de juego se comprobó que la totalidad de los niños asisten con regularidad, son puntuales y entusiastas; sin embargo en ocasiones, se manifiestan inquietos o llegan a la indisciplina a pesar de la buena preparación y el apoyo de la maestra. Manifiestan disposición por aprender y por participar en las actividades de la escuela.
En la entrevista a los padres se comprobó que solo el 15,4% de los padres asiste a la escuela para conocer sobre el aprendizaje de sus hijos. En el 76,9% de los hogares hay una buena comunicación, sin embargo en el 84,6% no se muestra de forma evidente el afecto y cariño. El estilo educativo que predomina en las familias es el liberal, representado por el 30,8% de los padres de los infantes. Solo un 38,5% de los padres conocen cuáles son los intereses y necesidades del niño preescolar.
En cuanto a las actividades que se proyectan en los hogares para satisfacer las necesidades de sus hijos, de la muestra escogida, el 53,8% de las familias dicen que le dan ánimo en la realización de las tareas, 23,1%, estimula los logros y las buenas acciones de los niños y el 15,4% comparte su tiempo libre con ellos.
La aplicación de la técnica del dibujo ofrece los siguientes resultados: el 71,4% de los niños pinta a la figura materna en primer lugar con trazos firmes e intensos, lo que revela un mayor acercamiento afectivo, generalmente aparece con un tamaño mayor que el resto de las figuras y tratan de acercarla a la mano de la imagen que representa al niño. Solo el 28,5% de los niños representa la imagen de la figura paterna. En el 100% de los casos las figuras se pintan en distintos niveles y desorganizadas. No se aprecian figuras escondidas.
En general se pudo constatar que están evaluadas de M en la dimensión 1, cuatro familias, que representan el 57% debido a la falta de conocimiento de los padres sobre la vía más correcta de requerir a sus hijos y de comunicarse de forma asertiva. No tienen una adecuada preparación para cubrir las necesidades básicas de sus hijos. Esto provoca que los infantes no mantengan buenas relaciones interpersonales en su hogar y lo manifiesten en la escuela, además vean la casa como un lugar de maltrato y no de descanso y serenidad.
Una familia, que representa el 14%, está evaluada de bien en este aspecto, en el hogar convive el menor con su mamá y abuelos maternos, brindan afecto y preocupación por el niño, cada miembro cumple con sus tareas, estimulan al niño cuando actúa correctamente, lo corrigen cuando hace lo contrario y pasan tiempo con él. Dos familias están evaluadas de regular (28,5% del total), debido a que en algunos momentos maltratan al niño y no le brindan el afecto necesario. Los padres están separados y cada uno educa al menor de forma que le quita la autoridad al otro padre y se ofenden delante del niño.
En la dimensión 2, están evaluados de mal seis niños (54,5%); en este caso se constató que los menores se muestran agresivos, no responden a las actividades desarrolladas en el aula, otros se aíslan del grupo, se manifiestan temerosos y en ocasiones lloran. Se encuentran regular cinco niños (45,4%), debido a la poca integración con el grupo, poca manifestación de estados afectivos positivos y muy poca muestra de afecto a sus coetáneos. No hay ningún infante evaluado de bien en esta dimensión.
En la dimensión 3, se encuentran categorizadas de mal, cinco familias (71%), estas no manifiestan ningún interés en conocer nada relacionado con el tema afectivo ni con la vida de su hijo en la escuela, manifiestan que los encargados de educar afectivamente a sus hijos son ellos, no la escuela. Se encuentran evaluadas de bien dos familias (29%); las mismas piden que se les brinde información sobre cómo pueden ayudar a sus hijos y manifiestan preocupación por la realización de las actividades que se orientan, además se interesan por la evolución de sus infantes.
El análisis teórico realizado y los resultados de los instrumentos aplicados permitieron determinar las regularidades siguientes en el diagnóstico: la influencia de la familia es asistemática en lo que incide la falta de comunicación y de interés por los logros del desarrollo de los niños; en las familias muestreadas se detectó que la mayoría son padres jóvenes e inexpertos; las familias están compuestas por varias generaciones; los padres están separados o en proceso de separación y las familias manifestaron poco interés en conocer sobre el tema del tratamiento posible a las carencias afectivas.
A partir de una definición operacional de las autoras, en este trabajo se definen las actividades de orientación familiar como espacio participativo en el cual, la escuela y la familia (como agencias socializadoras), pueden reflexionar sobre las acciones educativas más relevantes que deben integrarse en el proceso formativo de sus hijos bajo el ejercicio democrático de la participación grupal.
Las actividades responden a los propósitos de: facilitar un nuevo espacio de colaboración entre padres y maestros; contribuir a elevar la cultura pedagógica, psicológica y de salud de la familia; promover el apoyo de la familia a las tareas docentes educativas que realiza la escuela y preparar a los padres, madres y otros miembros de la familia a fin de que puedan detectar a tiempo problemas o trastornos que pueden afectan a los infantes.
Las actividades se fundamentan desde presupuestos filosóficos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos de acuerdo con la complejidad del tema y las características peculiares del núcleo teórico familia.
La dinámica experimental se aplicó en el 1er semestre del curso 2016 -2017, se desarrolló el 100% de las actividades previstas, aprovechando los espacios destinados a la educación familiar, para ello se tuvieron en cuenta las características grupales e individuales de la muestra seleccionada, la flexibilidad en el pensamiento y la acción en cada una de las actividades y la cooperación de los participantes. En cada una de las tareas participaron un promedio de 15 personas entre familiares o representantes, responsables, psicopedagogo y la maestra; se desarrollaron en un tiempo promedio de 30 a 45 minutos, entre los medios fundamentales utilizados se encuentran presentaciones de power point, postales, hojas de papel, lápices y con la responsabilidad de la psicopedagoga. A continuación se ilustra con dos actividades:
Actividad # 1
Charla educativa Tema: Educando con amor
Objetivo: Brindar herramientas a los padres para la prevención de las carencias afectivas.
Introducción
Se comentan las ideas siguientes: La mayoría de los padres deben querer lo mejor para sus hijos y les desean una vida mejor y más estable en todos los aspectos. Este tipo de cuestionamiento viene a la mente porque los padres relacionan educación con escuela. Pero la educación va mucho más allá del concepto escuela. Para educar adecuadamente no se necesita tener mucho dinero, no se necesita la mejor escuela, ni las mejores ropas. Lo que se necesita en realidad es desear intensamente que a través del amor que nosotros expresemos a nuestros hijos puedan ser educados de manera conveniente.
Desarrollo
Educar a los hijos va mucho más allá de procurarles todas las satisfacciones que requiera su cuerpo para que se desarrolle de manera notable. Si queremos educar integralmente a nuestros hijos debemos verlos como personas con muchas necesidades, las cuales deben ser suplidas. Todos los seres humanos somos espíritu, alma y cuerpo. De la misma manera, un padre debe educar el espíritu, el alma y el cuerpo de su hijo. Si entendemos esto no nos vamos a equivocar. El padre que ama a sus hijos va a valorar estos aspectos y a atender las diferentes necesidades que tienen sus hijos.
Por cierto, cada uno de nuestros hijos es diferente. Así como en la mano todos los dedos son diferentes y cada uno tiene una función particular, nuestros hijos también son diferentes y únicos.
Lo primero que el padre debe hacer es establecer un cimiento sólido, si no lo tiene será muy difícil que logre alcanzar las metas que tiene. Ese cimiento es el amor. El escritor Josh McDowell dice que “sin este cimiento nuestras vidas son, en el mejor de los casos, incompletas y en el peor, desesperadas”.
El amor no va a estar gobernado por las emociones, los sentimientos o los impulsos egoístas. No habrá rechazos aun cuando los hijos cometan faltas o se rebelen. El padre siempre buscará la mejor manera de corregir a su hijo. Al amar a nuestros hijos aprenderemos a darnos por ellos, a prestarles tiempo y atención.
Prestarle atención a un niño por insignificante que sea lo que hace, es una forma más de amarlo; abrazarlo, arroparlo a la hora de dormir y desearle las buenas noches es otra clara expresión de amor. A veces los padres no nos damos cuenta de lo importante que es eso para el sano desarrollo emocional de los pequeños de casa. Una muestra de amor de este tipo puede cambiar completamente algunas actitudes de nuestros hijos.
Conclusiones de la actividad: Se debatirá la siguiente idea: “Lo que seamos capaces de hacer para con nuestros hijos, será lo que ellos harán con nosotros cuando los necesitemos”. Se promueve una técnica de lluvia de ideas para recoger las impresiones de los padres.
Actividad # 5 Tema: Los padres presentes y a la vez ausentes del hogar.
Objetivo: Reflexionar acerca de las diversas consecuencias que pueden tener para la vida del menor la actitud del padre.
Introducción:
La psicopedagoga comienza la actividad preguntando sobre las causas que originan la ausencia de los padres de los hogares, esto genera un intercambio inicial que sirve de motivación. Después de escuchar opiniones, la psicopedagoga realizará una explicación acerca de las consecuencias negativas que esto puede ocasionar en la conducta de sus hijos.
Desarrollo
Después de esta pequeña introducción se les invita a observar la presentación electrónica del material “El nudo en la sábana”. Se orienta prestar atención a la idea a cómo en ocasiones no es necesaria la presencia de un ser querido para darle a demostrar que lo amamos, y que esta persona sepa lo importante que resulta para su familia porque esto repercute de forma positiva en su vida. Se sugiere que puedan hacer apuntes para el debate posterior. Los elementos fundamentales del material se reseñan a continuación:
En una junta de padres de familia de cierta escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible. Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres de la comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños. Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia. Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sábana. Eso sucedía todas las noches cuando iba a besarlo.
Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos. La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre, era uno de los mejores alumnos de la escuela.
El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquél padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo. Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.
Es válido que nos preocupemos por las personas pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo. Para que exista la comunicación, es necesario que las personas "escuchen" el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras.
Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad. Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aún y cuando el gesto sea solamente un nudo. Un nudo lleno de afecto y cariño. Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño, amor e integridad, piensen en ti.
Conclusiones de la actividad: Cada padre escribirá una nota en la que expresen lo que significó este cuento para él. Las ideas serán leídas por los participantes de manera que se socialice lo que más puede aportar a las buenas prácticas educativas de los padres.
Resultados de la implementación de las actividades
Después de haber llevado a la práctica escolar la propuesta de actividades de orientación familiar, se pudo apreciar que en las relaciones afectivas en el seno familiar, se encuentra evaluada de mal una familia (14,3%). Los padres aún golpean al menor, no lo estimulan cuando este lo merece y no le demuestran amor y comprensión, lo que no resulta favorable para la armonía familiar.
Se encuentran evaluadas de bien seis familias (87,5%) que han corregido su modo de actuación en el hogar con respecto al trato y las relaciones con los infantes. Ahora se tiene en cuenta la opinión de los niños para la planificación de actividades. Los padres tienen en cuenta las necesidades, motivaciones e intereses de los menores. Les dan espacios junto a ellos en las opiniones del hogar, permiten que ayuden en las tareas domésticas menos riesgosas con lo que ellos sienten que ocupan un lugar importante en la familia.
En las relaciones interpersonales del niño en la escuela se encuentra evaluado de mal un niño (9%): se muestra agresivo, falta el respeto a maestros y coetáneos y no participa en las actividades programadas en el centro; este resultado coincide con la familia evaluada de mal en el primer indicador. Se evalúan de bien, cuatro niños (36,3%): han erradicado las dificultades detectadas en el diagnóstico inicial y se han integrado al grupo obteniendo una adecuada evaluación en este componente del desempeño; comparten con el personal que les rodea, han desarrollados hábitos de cortesía y educación formal, y han fortalecido su autoestima.
Aún se encuentran seis niños evaluados de regular (54,5%): en ocasiones desobedecen y llegan a molestar a sus coetáneos. Con estos menores se continúa el trabajo supervisado por la psicopedagoga del centro escolar Joaquín de Agüero y el seguimiento a la familia.
En la dimensión 3, en seis familias (85%) se constata el interés por el tema, son capaces de entender la importancia del mismo y se destacaron en los debates realizados con la psicopedagoga. Solo una familia (14,2%) se mantiene en categoría de mal ya que no logró la motivación y el interés suficiente por resolver sus limitaciones. (Ver Figura1).
Figura 1: Resultados comparativos entre los diagnósticos inicial y final. Fuente: Elaboración propia.
Las tareas fueron aceptadas de forma positiva por los padres, quienes participaron de forma comprometida, aunque no todos alcanzan el nivel de implicación personal al que se aspira, lo que demuestra la necesidad de continuar implementando alternativas diversas para promover la preparación de las familias de los niños en estas edades y continuar con el seguimiento a las acciones educativas que se desarrollan en el grupo seleccionado con lo que los padres tendrán una mayor seguridad y confianza en el desempeño de su función educativa.
Conclusiones
Los fundamentos teóricos de la dialéctica materialista, el enfoque histórico cultural, el enfoque comunicativo y la relación individuo sociedad, permitieron sustentar científicamente, la importancia de la preparación de la familia para la prevención de las carencias afectivas en niños de edad preescolar.
El diagnóstico realizado reveló falta de preparación sobre las carencias afectivas, inadecuadas relaciones interpersonales entre los miembros de la familia, mal uso de los métodos educativos con el niño y escasa preocupación por la vida escolar de los niños. Sobre esta base se implementaron actividades de orientación familiar en función de la prevención de las carencias efectivas en los niños; se revela aceptación de las tareas, entusiasmo, interés, motivación y cooperación de los padres, así como cambios en los modos de actuación y estilos educativos y el enriquecimiento en los elementos teóricos relacionados con la afectividad en la etapa preescolar.
Referencias bibliográficas
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Villalobos, C. (2014). La afectividad en el aula preescolar. Reflexiones desde la práctica profesional docente. Revista Electrónica Educare 18 (1) 303-314. Recuperado 25/05/2017, de http://www.una.ac.cr/educare
[1] El Estado Cubano le presta especial atención a la familia, ejemplo de ello son el Código de Familia y la Constitución de la República de Cuba.