Estudio descriptivo de los estilos de paternidad

Descriptive Study of Paternity Styles

Dangel Roque-Aguilar

dangel.roque@reduc.edu.cu

María Jústiz-Guerra

maria.justiz@reduc.edu.cu

Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, Cuba.

 

Educación y Sociedad

Vol. 16, No.2, Mayo-Agosto de 2018 (1-15)

ISSN: 1811- 9034 RNPS: 2073

Resultado del proceso de formación doctoral.

Recibido: 5 de septiembre de 2017

Aprobado: 12 de enero de 2018

Publicado: 5 de mayo de 2018

 

Resumen

El estudio de la paternidad es tan antiguo como la humanidad misma; desde la perspectiva de análisis de diferentes ciencias se coincide en apuntar su lugar privilegiado en la vida de los sujetos, por lo que adoptar un estilo acertado o erróneo como patrón para la educación de los hijos es de gran importancia. Aunque el fenómeno tiene un carácter sistémico, situacional y ordenado, puede desviarse en dependencia de factores inherentes a la propia familia. El artículo presenta resultados de investigación de diferentes estilos de paternidad en familias de estudiantes de preuniversitario. El estudio descriptivo causal realizado reafirma la influencia de los estilos de crianza en el desarrollo de la personalidad en estas edades.

Palabras clave: crianza, educación, estilo de paternidad, familia, preuniversitario

Abstract

Paternity is as old as humanity itself. From the perspective of analysis of different sciences it is agreed to highlight its privilege place in the life of the subjects which is of paramount importance in choosing an appropriate style as a pattern for the education of children. Even though this phenomenon has a systemic, situational and order character, it could deviate depending on inherent factors to family. The article offers research results of different paternity styles in families of pre-university students. The descriptive casual study reaffirms the influence of raising styles in the development personality at these ages. 

Keywords: raising, education, paternity style, family, pre-university

Introducción

La familia ha sido considerada a lo largo del tiempo el agente de socialización primario del individuo, por constituir la primera fuente de información acerca de su propia vida. Es el contexto donde se van adquiriendo los primeros hábitos, las primeras habilidades, las conductas que les acompañarán a lo largo de la vida; valores, normas y roles que juega dentro de la sociedad, así como las expectativas que desde muy temprana edad se proyectan sobre él (Jiménez, 2010).

Cuando los padres se relacionan con los hijos y realizan sus funciones, ponen en práctica tácticas que han sido denominadas estilos educativos, prácticas de crianza o estrategias de socialización, con la finalidad de influir, educar y orientar a los hijos para su integración social. Las prácticas de crianza a la hora de ser aplicadas se diferencian entre unos padres y otros, asimismo sucede con los efectos que estos ocasionan en sus hijos y las respuestas que obtienen de ellos.

Con las prácticas de crianza, los padres pretenden modular y encauzar las conductas de los hijos en la dirección que ellos valoran y desean de acuerdo a su personalidad, por ello, se relacionan con dimensiones como: el tipo de disciplina, el tono de la relación, el mayor o menor nivel de comunicación y las formas que adopta la expresión de afecto, logrando un desarrollo armónico y calidad de vida en el sujeto (Ossa, Navarrete & Jiménez, 2014).

Se considera pertinente estudiar las prácticas educativas desde las siguientes cuestiones: la problemática que surge a la hora de diferenciar un estilo de crianza de otro, la respuesta que causan en los hijos y el contexto social donde se desenvuelve la familia. Por no existir una tipología familiar concreta y detallada en el país, el análisis de estos estilos educativos es de gran importancia en el contexto escolar; ello permite tanto a docentes como familiares, reconocer y adaptar las situaciones educativas a las que se enfrentan, tomando las decisiones y medidas más efectivas a la hora de educar a los adolescentes.

La presente investigación pretende identificar los estilos educativos más usados por los padres a partir de una encuesta y un cuestionario aplicados a padres y estudiantes de preuniversitario para la realización de un estudio descriptivo de los estilos de paternidad, donde se ofrezca a padres y docentes los métodos y herramientas más efectivas a la hora de educar a los adolescentes.

La muestra a valorar fue tomada de una escuela de preuniversitario en una comunidad de riesgo (poca participación e interacción con la institución por parte de los agentes sociales, comunidad vecinal indiferente, grupos socialmente vulnerables, indisciplina social), donde el elemento situacional respondía a los estímulos necesarios y de variables para validar la investigación. Compuesta por un total de 1024 padres y 512 estudiantes cuya edad promedio es de 37,6 en el caso de los padres y 16,9 en los estudiantes. La población seleccionada como muestra constituyó un porcentaje elevado para validar la investigación.

Desarrollo

Fundamentación teórico-metodológica del estudio de los estilos de crianza

A partir de este momento elementos como padre/s, paternidad, tutor/es, adolescente/es e hijo/s, referirá en materia de contenido a ambos sexos (padre y madre; hijo e hija; hombre y mujer; niño y niña), dentro del mismo sistema educativo familiar.

Todo padre está en una posición especial, en virtud de la cual, traslada a sus hijos sus conceptos y su enfoque de la vida, por equivocados que estos sean. De pequeños, los niños no tienen otra alternativa que creer y guiarse por esos conceptos, porque no tienen acceso a otro punto de vista.

Los estilos educativos paternos constituyen uno de los elementos claves de la socialización familiar, concebidos mediante estrategias que los padres valoran como apropiadas y deseables para sus hijos, tanto para su desarrollo como para su integración social (Jiménez, 2010), por lo que en el ámbito de la sociología, la psicología y la pedagogía son frecuentes los trabajos sobre los estilos educativos de los padres y su influencia en el desarrollo integral del ser humano. Dichos estilos han sido definidos como esquemas prácticos que reducen las múltiples y minuciosas prácticas educativas parentales a unas pocas dimensiones que, cruzadas entre sí en diferentes combinaciones, dan lugar a diversos tipos habituales de educación familiar (Navarrete, 2011).

Se define a la paternidad como la capacidad de influir en los hijos para lograr su formación en las condiciones ideales que les permitan desarrollar integralmente sus capacidades y ubicarse sana, correcta y adecuadamente dentro de la sociedad, de manera que resulten enriquecedoras para su felicidad individual (Becoña, Martínez, Calafat, Juan, Fernández & Secades, 2012).

El estilo de paternidad se define como la forma en que se ejerce esa influencia; puede ser deliberada o inconsciente, verbal y no verbal, con palabras o con silencios y ejemplos, entre otros; es el patrón general de pautas de conducta paterna a través del cual, el padre influye en el desarrollo formativo de sus hijos. El estilo de paternidad refleja la salud psico-emocional de los padres, su inteligencia y cultura, así como la estructura y dinámica de sus relaciones de pareja (Nuño, 1998).

Se puede afirmar que el niño establece su criterio según la información que recibe de sus padres, y una vez establecido un criterio en los años de formación intelectual y moral, es muy difícil llegar a cambiarlo. Esto no quiere decir que el padre necesariamente sea malo; puede ser intencionalmente muy bueno, y aun así, algunos aspectos de su personalidad pueden dañar a sus hijos. Por ejemplo, se sabe que los niños que nacen durante el primer año del matrimonio de sus padres, sufren las consecuencias del proceso de adaptación que inevitablemente tienen que vivir sus padres.

Al abordar el tema de prácticas educativas sobre la crianza de los hijos, hay que referirse previamente a los antecedentes que lo originaron (proceso de transculturación, enculturación y aculturación), y a las tendencias globales de comportamiento, para posteriormente agrupar las prácticas educativas más frecuentes en la sociedad cubana actual, dado que los padres no siempre utilizan las mismas estrategias educativas con todos sus hijos ni en todas las situaciones, sino que estos estilos fluctúan en dependencia del momento y las tácticas que han sido más útiles anteriormente (Díaz & Morales, 2011; Ortiz & Moreno, 2015).

Según el proceso de transculturización al que fue sometido nuestro país en los diferentes períodos de conquista (comunidad primitiva, colonización, recolonización) y posteriormente en la revolución en el poder (triunfo revolucionario cubano), hicieron posible que la educación circulara por diferentes procesos de adaptación, tanto a las circunstancias sociales como a las de adaptación al medio y circuito familiar, por lo que se puede decir que somos el resultado de un grupo de estilos de crianzas que han evolucionado en dependencia de los factores sociales que han incidido sobre los núcleos familiares, criterios internos de estos grupos familiares y los heredados por las culturas precedentes (enculturación y aculturación); logrando consigo que su aplicación sea diversa en dependencia del vínculo socio-afectivo previamente adquirido (identidad cultural, valores, moral, ética, herencia).

Como ejemplo de este proceso cultural, surgen las familias tradicionales y progresistas; las primeras basan su crianza sobre el respeto previamente adquirido, como algo que se hereda y desde una educación puramente tradicional: dar la mano a los hombres, solo besar en la mejilla a las mujeres, los hombres no lloran, las mujeres para el hogar; la masculinidad o feminidad (todo puramente sexualizado), mientras que el segundo tipo de familias, esta es más abierta al cambio, donde los intereses varían en dependencia de la significación de los estímulos y cómo causan efecto dentro de sus integrantes: las mujeres son las que tienen el poder y la toma de decisión dentro y fuera del hogar, equidad e igualdad entre integrantes de la familia (familia liberal).

También se hace necesario para comprender los antecedentes o los factores que determinan estos estilos de crianza, tener en cuenta la eficacia de los diversos tipos de disciplina, las características del hijo y las de los padres, así como la interacción entre ambos (López & Trujillo, 2012). En este sentido, se postula que las prácticas educativas de los padres pueden estar determinadas por una serie de factores que se dividen en tres grupos:

Un primer grupo relacionado con el hijo: edad, sexo, orden de nacimiento y características de la personalidad. Un segundo grupo relativo con los padres: sexo, experiencia previa como hijos y como padres, características de la personalidad, nivel educativo, ideas acerca del proceso evolutivo y la educación y expectativas de logro que tienen puestas en sus hijos. Un tercer grupo relacionado con la situación en la que se lleva a cabo la interacción: características físicas de la vivienda y contexto socio-histórico-cultural (Balzano, 2002).

Al considerar los factores que determinan los estilos de crianza, se señalan los que contribuyen a una mejor práctica educativa como: estructura, afecto, control conductual, comunicación, transmisión de valores y sistemas externos (Núñez, 2013, citado en Guallpa & Loja, 2015). Los cuatro primeros hacen referencia a las relaciones intrafamiliares o microsistémicas; las últimas se refieren a la dimensión social o ecológica, hasta la que se extiende la unidad de análisis en el estudio de la socialización. La posición dentro de un sistema más amplio explicará en gran medida la toma de postura y modos de actuación del grupo social que es la familia (Guallpa & Loja, 2015).

Para dar respuesta al objetivo de la investigación se le prestó especial atención al bloque del cuestionario que aborda las tendencias actitudinales y de comportamiento que utilizan habitualmente las familias en el proceso educativo de los hijos/as. Dicho apartado está integrado por cuestiones que tienen, como hilo conductor, la implicación de los padres en la educación de sus hijos/as:

a)      principales estrategias o pautas educativas paternas;

b)     la disciplina familiar;

c)      la educación familiar en valores;

d)     fuentes de información que utilizan los padres para la crianza y educación de sus hijos;

e)      principales limitaciones o dificultades con las que se encuentran los padres en la tarea educativa.

Se utilizó en la investigación como técnica principal la observación mediante encuesta, y para ello se elaboró una adaptación con los cuestionarios Structural Systemic Perspective by Family Relationship and Parenting Styles: Integrative Model (SSF.FR/PS: IM) y Cuestionario de estilo educativo percibido por adolescentes (EMBU-A) y padres (EMBU-P) con 60 preguntas estructuradas en seis bloques: datos generales, datos sobre unidad familiar, organización de la vida familiar, recursos sociales y comunitarios, tendencias actitudinales educativas y percepción de la familia (Penelo, 2009; López & Trujillo, 2012).

Las preguntas fueron diseñadas de modo que, presentadas las diversas opiniones de padres y madres relativas al modo de comportarse en aspectos educativos con los hijos/as, las familias encuestadas señalaran aquellas que consideran reflejan más de cerca su comportamiento en la vida diaria, de modo que se pudieran agrupar los ejes dinámicos (sistémico, organizacional, situacional, disciplinario, seguridad y toma de decisiones) agrupándolos en cuatro grupos: estilo democrático, permisivo, autoritario e indiferente. Estos estilos fueron los más usados por los padres según la respuesta al cuestionario (Gimeno, Anguera, Berzosa & Ramírez, 2006; Torío, Peña & Inda, 2008; Linares, 2010; Hernando, Oliva & Pertegal, 2011).

Análisis de los estilos de paternidad en familias de estudiantes de preuniversitario

A partir de las respuestas ofrecidas en la encuesta y el cuestionario se elaboró la tabla 1 donde se recopilaron las opiniones de los padres a partir de su apreciación sobre qué estilo predominaba más en la crianza de los hijos y la opinión que tenían los hijos sobre qué estilo educativo usaban sus padres en la convivencia. A continuación se ofrece el índice valorativo llevado a una escala porcentual:

Tabla 1: Apreciación de los Estilos Educativos. Fuente: Elaboración propia.

Estilo

Porcentaje en los hijos

Porcentaje en los padres

Autoritario

48 %

41 %

Democrático

32 %

37 %

Permisivo

16 %

20%

Indiferente

04 %

02 %

Las opiniones fueron valoradas por los padres e hijos mediante una escala de intensidad, de uno a cuatro: muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo y muy en desacuerdo, para elaborar la tipología referida. Se calculan las variables promedio, eliminando los individuos que, en alguno de los ítems involucrados, no hayan respondido.

Como elemento resultante del cálculo de variables en correspondencia con las respuestas de la muestra (padres e hijos), se llega a la caracterización de los siguientes cuatro grupos en los que se han dividido los estilos de crianza como diseño integral-valorativo:

Autoritario

Según la opinión de los hijos, este estilo de crianza se caracteriza por el control de los padres; ellos fijan las reglas (ambos padres o individualmente), que de no ser cumplidas o pedir explicación de éstas, los hijos deberán enfrentar castigos y regaños. Son padres muy poco afectuosos y críticos frecuentes, los juicios están al orden del día. Los hijos se sienten que rara vez cumplen las expectativas de sus padres. Los límites son claros sólo para los padres; las reglas no suelen hacerse explícitas. Imposición inflexible de normas y de disciplina, independientemente de la edad de los hijos, sus características y diferentes circunstancias de vida.

Según los padres que utilizan el estilo autoritario de crianza, tratan de estar siempre en control y ejercerlo sobre sus hijos, buscan que se adapten a estándares previa y rígidamente determinados, mantienen poca comunicación con los hijos en dependencia de las circunstancias laborales o sociales, por lo que el estado emocional de la relación es deficiente, suelen centrarse en el comportamiento negativo, en lugar de lo positivo, usan sistemas de castigos firmes, agresivos y desproporcionados en relación al hecho que los origina, sin escuchar consideraciones, usualmente no toman en cuenta las necesidades e intereses de los de los hijos.

Democrático

Según la opinión de los hijos en este estilo de crianza, los padres van adecuando el control al nivel de responsabilidad y capacidades que muestran en cada actividad. La fluidez en la comunicación es uno de los factores que impera en este estilo, enseñar a valorarse y aprender las consecuencias de los actos tanto buenos como malos, tomándose el tiempo para brindar la explicación de los límites y las reglas. Las sanciones no son del estilo duro del autoritario (castigo) y a diferencia del permisivo, sí se cumplen. Las reglas son explícitas y no deja al adolescente adivinarlas, no las viven con disgusto, se cumplen por mutuo entendimiento. Son padres cariñosos y creativos, por lo tanto, la relación entre los integrantes de la familia se encuentra en un nivel equilibrado.

Según los padres que utilizan el estilo democrático de crianza, muestran confianza en sí mismos como padres y como personas, son exigentes pero amorosos y respetuosos, corrigen a sus hijos cuando es necesario y les dan explicaciones lógicas, comprensibles para ellos, acerca de los motivos de un castigo, favorecen el diálogo y la expresión de sentimientos, predican con el ejemplo de modo que los niños pueden “ver” lo que se espera de ellos, no usan el castigo físico, sus castigos son consistentes en el tiempo y coherentes entre ambos padres, el niño aprende qué castigo cabe esperar ante determinada conducta sancionable y sabe cuáles son las conductas sancionables a partir de los errores cometidos.

Como elemento clave para llegar a este estilo en particular, los padres y los hijos se mueven balanceadamente entre los estilos de crianza abordados en la investigación, pero mantienen mayormente el intercambio de diálogo a la hora de afrontar las situaciones entre las partes, permitiendo llegar a este estilo. Se pudieron conocer mediante la encuesta, determinadas cuestiones que permitieron a los padres llegar al estilo democrático y determinar cuándo se está en presencia de este estilo:

         Expresar con acciones o con palabras las emociones de un estímulo en particular causado por una acción de sus hijos

         Lograr el respeto de sus hijos en dependencia de sus características

         Enfrentar desafíos acordes con su edad

         Ser un buen ejemplo de lo que se quiere enseñar

         Ser consistente con lo que se quiere enseñar al hijo

         No ser permisivo en un momento y estricto en otro

         Estar de acuerdo al tomar una decisión determinada (ambos padres)

         Toda acción tiene una consecuencia positiva y/o negativa

         Dedicar tiempo a la diversión y a interactuar con ellos

         Lograr armonía y estabilidad en el hogar

         Cumplir con las expectativas que tienen de ellos sobre el futuro próximo

Permisivo

Según los hijos, en este estilo de crianza los padres ceden gran parte del control a los hijos, aunque ellos no estén capacitados para tomarlo. Cuando la situación obviamente se sale de control, tratan de fijar normas o castigos que nunca tienen seguimiento. Suelen creer en todo lo que el hijo dice. No se limita la libertad, así que no se explicitan los límites y los roles de autoridad son difíciles de entender por los hijos. Los padres permiten regir y dirigir sus propias actividades.

Según los padres que utilizan el estilo permisivo de crianza casi nunca castigan a sus hijos, no son exigentes ni controladores, son poco propensos a establecer normas (creen que así su relación es más armoniosa), son excesivamente cariñosos, tratan de adaptarse a las necesidades y peticiones de sus hijos, poseen escaso control sobre su conducta, el adolescente es quien tiene el control dentro de la familia y los padres suelen doblegarse frente a sus requerimientos y caprichos.

Indiferente

Según los hijos este es el estilo donde los estímulos no causan sensación dentro de los integrantes del núcleo, las relaciones no tienen consistencia y solo se dirigen hacia la individualidad. No le prestan importancia a los sucesos fuera de su alcance ni fuera de sus propios intereses, tienen el lema “cada cual por su cuenta”. Existe una ausencia de control, disciplina y exigencias, distanciamiento emocional (frialdad) y rechazo en la relación con los hijos. Relativamente son familias disfuncionales, con problemas de adicción, comunicación, desapego y con problemas de convivencia.

Según los padres que utilizan este estilo de crianza manifiestan que están muy centrados en sus trabajos o tareas para proporcionar comodidad y cumplir sus propias necesidades, desafíos personales, profesionales o en sus problemas, no ejercen control sobre sus hijos, consideran que ya son adultos y “saben lo que hacen”, tienden a no expresar afecto y no se comunican, en el hogar no se establecen normas o criterios que rijan la conducta de los hijos, en general no se preocupan de corregir a sus hijos y prefieren pasar poco tiempo con ellos.

Mediante los datos obtenidos con las técnicas aplicadas se pudo deducir que los estilos educativos paternos constituyen uno de los elementos claves de la socialización familiar, del desarrollo del sujeto y su accionar en la sociedad. El análisis de los resultados obtenidos permite exponer los efectos que ejercen cada uno de los estilos de crianza en los estudiantes preuniversitarios:

Efectos del estilo autoritario en estudiantes de preuniversitario

Este estilo de paternidad tiene como resultado el miedo hacia los padres, generalizándose ese miedo hacia otras figuras de autoridad; la obediencia se manifiesta a través de episodios de terror hacia dichas personas, creciendo en los estudiantes odio y rencor a los progenitores, además de conductas de sumisión o rebeldía muy marcadas. Este estilo tiene como principales características la supervivencia psicológica de las partes afectadas, la desintegración de caracteres emocionales y comportamentales, transformándose progresivamente en trastornos obsesivos-compulsivos, de ansiedad, depresión, anorexia, bulimia, problemas en el lenguaje y desarrollo del habla, entre otros. A los estudiantes que se mueven en dicha educación paternal les cuesta trabajo tomar decisiones, pero rara vez piden ayuda, ocultan sus emociones, se muestran dependientes de la pareja, aprenden a mentir y camuflar la realidad para lograr la aprobación de los padres; suelen tornarse agresivos, desobedientes y desafiantes ante las órdenes directas. Los estadios de euforia se manifiestan a través de comportamiento nervioso, inquietud, sobresalto y muy temperamentales, siendo los sujetos socialmente más impopulares y con mayor índice en problemas de aprendizaje y logros escolares.

Efectos del estilo democrático en estudiantes de preuniversitario

Este estilo responde a una reacción de respeto y balance entre los integrantes del núcleo familiar, hacia las figuras de autoridad y hacia sí mismos. Desarrolla en los adolescentes la autoconfianza, la creatividad, conciencia al tomar decisiones y responsabilidad. Permite el tránsito de la dependencia a la independencia, autonomía y autodirección. Socialmente se muestran competentes y armónicamente equilibrados a nivel cognitivo y emocional, por lo que están académicamente bien.

Efectos del estilo permisivo en estudiantes de preuniversitario

Fomenta el descontrol y la desobediencia social (escuela-familia-comunidad), las figuras de autoridad no ejercen influencia sobre ellos, las necesidades e intereses están por encima de las normas sociales o sus propios recursos, no reconocen límites o sus capacidades reales. Son adolescentes con problemas de adaptación y en ocasiones con problemas de autoestima, indisciplinados y manipuladores. Desarrollan diferentes trastornos emocionales-comportamentales como: agresividad, adicciones, trastornos del aprendizaje y déficit de atención. Manifiestan baja tolerancia a la frustración, lo que afecta el resultado en el ámbito escolar.

Efectos del estilo indiferente en estudiantes de preuniversitario

Carencia de un vínculo afectivo entre los integrantes de la familia, lo que ocasiona un distanciamiento emocional hacia otros (amigos, compañeros de escuela, pareja). Son impulsivos, rebeldes y desobedientes o retraídos y tímidos, su conducta carece de límites o se encuentra estrictamente limitada. El aislamiento, la baja autoestima, los conflictos emocionales en los que se ven inmersos y la inseguridad, crea una barrera entre lo externo y lo interno, por su nivel de autoritarismo son rígidos en las relaciones sociales, de pareja y entre pares, además carecen de sensibilidad a la hora de comunicarse y actuar con coetáneos; no le prestan atención a las necesidades de los demás.

A partir de lo anteriormente expuesto, es necesario insistir en los programas de educación y de orientación familiar, a fin de promover modelos de prácticas educativas eficaces y asertivas para modificar o mejorar las prácticas existentes.

En un momento en que la estructura familiar está cambiando, parece importante insistir en la elección de las prácticas educativas parentales. Los padres y madres disponen de modelos o técnicas disciplinares diversas dentro de un mismo núcleo familiar en dependencia de la propia educación precedida (Díaz & Morales, 2011), pero son las técnicas inductivas de apoyo educativo (o el modelo autoritario, democrático, indiferente o permisivo) las que más favorecen el ajuste social y familiar en correspondencia con el papel que juegan padre y madre dentro del núcleo y composición familiar, así como las circunstancias a las que son sometidas estos agentes familiares; de este modo surgen las diferentes respuestas a las situaciones de estrés y reacción en cada caso.

Como resultado final para la decisión de insertar las familias en cada estilo del escenario educativo familiar en el entorno socio-educativo-cultural, se logró dividir en tres aspectos en correspondencia a las respuestas ofrecidas en las técnicas aplicadas:

La estructura o composición de la unidad familiar:

         Tipología familiar (composición, inserción social, simetría social, condiciones de vida, número de integrantes, vínculo entre generaciones).

         Jerarquía (posición y toma de decisiones de cada uno de los integrantes dentro del núcleo familiar).

El funcionamiento y la organización cotidiana:

         Organización (división de las actividades a realizar por cada una de las partes que integran el núcleo familiar).

         Integración (unidad de cada una de las partes a la hora de realizar las actividades o el intercambio de roles en cada una de las actividades en dependencia de las capacidades y habilidades).

         Dinámica (desarrollo eficiente de cada una de las actividades propuestas a realizar, nivel de ayuda de cada una de las partes y el afrontamiento ante situaciones).

La educación que se transmite en cada período etáreo:

         Bio-psico-social (desde la preparación para la inserción en la sociedad, el desarrollo eficaz de la personalidad hasta la propia educación hacia una sexualidad responsable).

         Político-económica (formación de valores, principios éticos y normas sociales).

         Cultural-espiritual (relaciones socio-afectivas armónicas, relación con el entorno cultural y crecimiento personal).

En un momento en que se está haciendo latente un aumento de la conflictividad escolar y una pérdida de sintonía familia-escuela, conocer cuáles son las pautas y estilos educativos parentales, resulta un paso necesario para diseñar cualquier intervención y lograr reconectar los vínculos que permitan un mejor desarrollo integral del sujeto.

Conclusiones

A pesar de que se logró dar respuesta al objetivo general del trabajo, aún no se ha logrado definir un estilo único en la crianza de los hijos por parte de los padres, ya que la aplicación de un estilo es condicionado multifactorialmente. Cada estilo parental está sujeto tanto a las características de cada uno de los sujetos que integran el núcleo familiar como a las situaciones y condiciones a las que se enfrentan sus integrantes.

Para lograr un estilo democrático (por su armonía entre las partes) es necesario llegar a un consenso entre padres e hijos y la paridad entre cada uno de los progenitores o figuras paternas, debido a que si no se logra un acuerdo entre las figuras de autoridad, cada uno demostrará un estilo diferente ante cada situación. Se puede afirmar que el elemento situacional-estructural crea un ambiente donde las circunstancias juegan un papel esencial y detonante a la hora de intervenir por parte de la familia cubana actual y determina cada estilo a adoptar. El otro elemento que atenta contra cada estilo es la toma de decisiones, ya que no siempre existe un acuerdo total entre padre y madre, o cada uno elige un estilo diferente al otro, causando otra situación de conflicto en la crianza.

Los estilos educativos familiares abren una puerta a la intervención desde la escuela, en este contexto, sus prácticas son contradictorias, unas veces son democráticas y otras permisivas, por lo que es factible desarrollar programas de intervención que ayuden a desarrollar modelos poco contradictorios y mejor definidos. Si los adultos ofertan comunicación, atención, afecto y apoyo, el adolescente obtiene grandes beneficios para su desarrollo integral.

Esto lleva a proponer programas de formación para padres a fin de proporcionar una orientación psicopedagógica adecuada (conocimientos, estrategias y formas de intervención) en sus prácticas educativas y, en su caso, modificar o mejorar las prácticas existentes.

Referencias bibliográficas

Balzano, S. (2002). Las construcciones culturales sobre el éxito y el fracaso escolar y sus implicaciones sobre los modelos educativos en Argentina. Cultura y Educación 3(14), 283-296.

Becoña, E., Martínez, U., Calafat, A., Juan, M., Fernández, J. & Secades, R. (2012). Paternal styles and drug use: A review. Drugs: education, prevention and policy 19(1), 1-10

Díaz, D. & Morales, M. (2011). La reciprocidad en la parentalidad y rendimiento académico en adolescentes. Uaricha 8 (16), 25-35.

Gimeno, A., Anguera, M., Berzosa, A. & Ramírez, L. (2006). Detección de patrones interactivos en la comunicación de familias con hijos adolescentes. Psicothema 18(4), 785-790.

Guallpa, N. & Loja, B. (2015). Estilos de Crianza de los padres de estudiantes con bajo rendimiento. Tesis para la obtención del Título de Licenciatura en Psicología Educativa en la Especialización de Orientación Profesional. Universidad de Cuenca. Consultado el 31 de marzo de 2017 desde: http://dspace.ucuenca.edu.ec/handle/123456789/21872

Hernando, A., Oliva, A. & Pertegal, M. A. (2011). Variables familiares y rendimiento académico en la adolescencia. Estudios de Psicología 33(1), 51-65.

Jiménez, M. (2010). Estilos Educativos Parentales y su implicación en diferentes trastornos. Experto en Terapia Infantil y juvenil. Junta de Andalucía. Consultado el 31 de marzo de 2017 desde: http://www.juntadeandalucia.es/.../bfbb12cc-abc8-489e-8876-dd5de0551052.

Linares, E. (2010). Influencia del Estilo Educativo Familiar en el Rendimiento Académico del Alumnado. Universidad de Almería. 1-26. Consultado el 7 de abril de 2017 desde: http://repositorio.ual.es:8080/jspui/bitstream/10835/2416/1/Trabajo.pdf.

López, C. & Trujillo, A. (2012). Estado del arte de la relación entre los estilos parentales y el temperamento en niños y adolescentes. Grupo de investigación Contexto y Crisis de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Sabana. Consultado el 18 de marzo de 2017 desde: https://es.scribd.com/document/178546562/Claudia-Karina-Lopez-Reina-152714

Navarrete, L. (2011). Estilos de crianza y calidad de vida en padres de preadolescentes que presentan conductas disruptivas en el aula. Tesis para optar al grado de Magíster En Familia. Mención en Intervención Familiar. Universidad del Bío-Bío. Consultado el 10 de marzo de 2017 desde: http://cybertesis.ubiobio.cl/tesis/2011/navarrete_l/html/index.html

Nuño, R. (1998). S. O. S. Estilos de Paternidad. Free-ebooks.net (146). 1-83.

Ortiz, M. & Moreno, O. (2015). Estilos parentales: implicaciones sobre el rendimiento escolar en alumnos de educación media. Psicología SUAED. Iztacala: UNAM – FES

Ossa, C., Navarrete, L. & Jiménez, A. (2014). Estilos parentales y calidad de vida familiar en padres y madres de adolescentes de un establecimiento educacional de la ciudad de Chillán (Chile). Investigación & Desarrollo 22(1), 19-37.

Penelo, E. (2009). Cuestionarios de estilo educativo percibido por niños (EMBU-C), adolescentes (EMBU-A) y progenitores (EMBU-P): Propiedades psicométricas en muestra clínica española. Tesis Doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona: Bellaterra. Consultado el 1ro de abril de 2017 desde: https://ddd.uab.cat/pub/tesis/2009/tdx-0526110-145711/epw1de1.pdf

Torío, S., Peña, J. & Inda, M. (2008). Estilos de educación familiar. Psicothema 20(1), 62-70.