Educación y Sociedad ISSN: 1811-9034 RNPS: 2073 Vol. 21, No. 3, septiembre-diciembre (2023) |
El desarrollo de la actividad cognoscitiva en la primera infancia. Acciones para su estimulación
The development of cognotive activity in early childhood. Actions for its stimulation
Roxana María González-Pérez*
https://orcid.org/0000-0002-1253-2712
Diana María Pérez-Lara**
https://orcid.org/0000-0002-3112-7384
María Magdalena Justiz-Guerra*
https://orcid.org/0000-0001-9207-0556
*Universidad de Camagüey, Cuba.
**Centro Universitario Municipal Santa Cruz del Sur, Camagüey, Cuba.
Resumen
La estimulación de la actividad cognoscitiva constituye un elemento de vital importancia para el desarrollo de la personalidad de los menores, para ello, el objetivo se orienta a elaborar una propuesta de acciones que favorezcan el desarrollo de la actividad cognoscitiva en la primera infancia. Dentro de los métodos teóricos están: el histórico-lógico y el análisis y la síntesis que posibilitaron determinar los elementos esenciales a incluir en la elaboración de las acciones. Del nivel empírico, la revisión de documentos, la entrevista a psicopedagogos y familias. Se realizó una metodología descriptiva a partir de la experiencia pedagógica resultado de la práctica laboral de la autora principal, la que se concretó en un grupo del programa Educa a tu Hijo. Como resultados fundamentales se evidencia que las familias se motivaron para la realización de diferentes actividades, se incrementó el conocimiento sobre la estimulación para potenciar el desarrollo de los menores y mostraron su satisfacción.
Palabras clave: cognición, educación de la primera infancia, relación padres-escuela
Abstract
The stimulation of cognitive activity constitutes an element of vital importance for the development of the personality of children, therefore, the objective is oriented to elaborate actions that favor the development of cognitive activity in early childhood. Among the theoretical methods are: the historical-logical and the analysis and synthesis that made it possible to determine the essential elements to be included in the elaboration of the actions. At the empirical level, the review of documents, the interview to psycho-pedagogues and families. A descriptive methodology was carried out based on the pedagogical experience resulting from the work practice of the main author, which took place in a group of the Educate Your Child program. As fundamental results, it is evident that families were motivated to carry out different activities, increased their knowledge about stimulation to enhance the development of children and showed their satisfaction.
Keywords: cognition, early childhood education, parent-school relationship
Durante el curso del desarrollo histórico, el hombre fue capaz de desarrollar un nuevo tipo de actividad más allá de la simple actividad práctica: la cognoscitiva, que constituye un complejo sistema que está relacionado con todos los aspectos de la personalidad humana, por lo que incluye componentes estructurales intelectuales, motivacionales y volitivo-emocionales cuyo objetivo esencial es el conocimiento de las propiedades y las relaciones de los hechos y los fenómenos del mundo circundante.
La actividad cognoscitiva se incluye dentro del desarrollo de los procesos intelectuales y, si bien es cierto que en esta se desarrolla el pensamiento, su percepción del mundo que lo rodea, su memoria consciente, la dirección voluntaria de su atención, también está presente la necesidad de adquisición del conocimiento, el deseo de saber y de conocer la forma de solucionar problemas.
La primera infancia constituye una etapa fundamental en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad, pues en esta etapa la parte biológica y las experiencias con el medio completan la construcción del cerebro y esbozan la conducta humana. En la formación de la personalidad de los niños la educación inicial es clave. Además de contribuir a fundamentar las bases afectivas y cognitivas específicas, para relacionarse con el mundo, descubrirlo, edificarlo, integrarlo y cambiarlo.
En este sentido, la educación es la encargada sin duda alguna, de la estimulación del niño, tanto en la institución educativa, como en el seno familiar, la que se hace indispensable en la unidad de lo cognitivo y lo afectivo. El problema referente a la actividad cognoscitiva ha sido desde el punto de vista teórico suficientemente argumentado y ha constituido un eje central de trabajos de pedagogos y psicólogos entre los que se destacan: Rubinstein (1962), Pidkasisty (1972), Vygotsky (1982) y Talízina (1988), entre otros, los que han marcado pautas interesantes para posteriores investigaciones.
Del mismo modo, autores como: Pérez et al (2013), Talízina (2019), Hernández y Delgado (2019), Gómez (2020), Hinojosa y Córdova (2020), Sayonara et al. (2020), entre otros, han abordado lo referido a la actividad cognoscitiva desde diferentes perspectivas, como es la estimulación temprana para beneficiar el proceso de enseñanza aprendizaje, a infantes que necesitan de recursos adicionales para su desarrollo, a niños con altas capacidades intelectuales e incluso la estimulación temprana para garantizar una adecuada calidad de vida.
Por consiguiente, es necesario destacar que el psicopedagogo es una figura importante dentro de la institución educativa pues realiza una serie de acciones dirigidas a asesorar a los docentes y familias en aras de lograr un desarrollo integral en los educandos, por lo que interviene en diferentes aristas de su formación, en particular, la actividad cognitiva.
Durante la práctica laboral realizada en la primera infancia en la escuela primaria Renato Guitart Rosell, la bibliografía consultada sobre la temática y la propia experiencia de la autora se pudo corroborar que existen insuficiencias que limitan el desarrollo de la actividad cognoscitiva, ellas son:
Insuficientes conocimientos por parte de las familias para el desarrollo cognitivo de sus hijos.
Poca estimulación de las familias para el desarrollo cognitivo de sus hijos.
Los docentes no potencian la esfera cognoscitiva de los educandos para estimular su actividad.
Por esto, el presente trabajo tiene como objetivo: elaborar acciones que favorezcan el desarrollo de la actividad cognoscitiva en la primera infancia.
Para su desarrollo se tuvieron en cuenta métodos teóricos como: el histórico-lógico que permitió conocer la evolución de las diferentes posiciones teóricas acerca de los principales aportes de la actividad cognoscitiva, así como, para conocer cómo se ha desarrollado su estimulación en diferentes etapas. El análisis y la síntesis posibilitaron determinar los elementos esenciales a incluir en la elaboración de las acciones.
Del nivel empírico se utilizó la revisión de documentos para determinar los fundamentos teóricos sobre el desarrollo de la actividad cognoscitiva y el tratamiento que se le brinda en diferentes contextos educativos. La entrevista a psicopedagogos y familias con el objetivo de conocer el nivel de conocimientos que tienen sobre la estimulación de la actividad cognoscitiva en su ámbito de acción.
Se empleó una metodología descriptiva a partir de la experiencia pedagógica resultado de la práctica laboral de la autora principal de este artículo la que se concretó en un grupo del programa Educa a tu Hijo de la escuela primaria Renato Guitart Rosell del municipio Santa Cruz del Sur, en la provincia de Camagüey, por lo que las 15 familias de los menores conformaron la muestra, la que fue seleccionada de manera intencional al considerar como criterios de selección que los menores estuvieran en la edad comprendida entre cuatro y cinco años, próximos a cursar preescolar y la voluntariedad de las familias a cumplir con las acciones previstas.
La esencia del conocimiento humano es la actividad, que acontece de la relación sujeto-objeto y está establecida por leyes objetivas. Toda actividad está acomodada a fines, se dirige a un objeto y cumple determinadas funciones. En este sentido, varios autores han dado tratamiento desde la teoría a la actividad, tal es el caso de: Rubinstein (1962), Pidkasisty (1972), Vigotsky (1982), Talizina (1988), Pupo (1990), Lara (1995), González et al. (2001), entre otros.
En este sentido, se afirma que: “…actividad son aquellos procesos mediante los cuales el individuo, respondiendo a sus necesidades, se relaciona con la realidad, adoptando determinada actitud hacia la misma” (González et al., 2001, p. 91).
Otro autor define la actividad cognoscitiva como: “la acción o conjunto de acciones proyectadas con vistas a conocer un objeto o aspecto del medio; ese es su fin u objetivo previamente determinado” (Lara, 1995, p.43). Estos autores señalan que el objetivo de toda actividad cognoscitiva, es la obtención del sujeto de toda la obra histórico-social que le antecedió.
Las habilidades cognitivas permiten realizar todo tipo de tareas y estas no son innatas, es decir, hay que aprenderlas. Se pueden practicar, perfeccionar o contener según la actividad que se esté realizando. Así, este proceso tiene lugar desde que nace el niño y se mantiene durante el resto de su vida.
La primera infancia es la etapa de la vida que comprende desde el nacimiento hasta los 6 años. Durante la primera infancia los niños son activos, conocen, experimentan y crean su propio mundo con acciones, en otras palabras, van adquiriendo sus habilidades cognitivas según atraviesan las distintas etapas de desarrollo. En este sentido, atender a los niños desde las primeras edades es además de una prioridad una obligación del estado en cualquier país, independientemente a que su condición pueda estar asociada o no a una discapacidad (Maqueira, 2020).
Es por ello que de esta manera van avanzando en su conocimiento sobre los objetos, sus propiedades y cómo pueden interactuar con ellos. Esto incluye la exploración, manipulación, transformación, así como la agrupación, la seriación (por ejemplo, colocar de mayor a menor), la medición, el conteo, la representación a través de símbolos, la localización, entre otros.
Con relación a esto Vygotsky (1982) sustentaba que los niños a través de la interacción social en la comunidad en la que crecen amplían gradualmente su aprendizaje: logran nuevas y mejores destrezas cognoscitivas como proceso natural de su interacción con otros sujetos.
La instrucción de la primera infancia se complementa con la que se recibe en el hogar sin intención de reemplazar esta, facilitando la atención y educación necesaria para la formación integral del niño. Ha de ser centro de formación no solo el niño sino también las familias.
Sin embargo, al decir de Hernández & Delgado (2019), la actividad cognoscitiva de los menores se diferencia de otros tipos de actividad, en este sentido se destacan:
Que se realiza en la escuela.
El contenido está previamente determinado.
La asimilación de los conocimientos es un resultado de la actividad directa (p.28).
A pesar de realizarse en la escuela es necesario que exista la estimulación de la actividad cognoscitiva desde el contexto familiar ya que permite que los niños formulen preguntas sobre el universo a su alrededor y cómo funciona, cuanto más se estimulen las habilidades cognitivas desde el nacimiento, el desarrollo de estas será mejor, por ello el ámbito infantil es crucial. A su vez, una carencia o estimulación deficiente desembocará en un progreso inferior al que corresponde a su edad y precisamente es la edad la que hay que tener en cuenta para adaptar la estimulación cognitiva a cada una de las etapas del desarrollo.
Los procesos cognitivos están relacionados con el aprendizaje, la inteligencia y la experiencia, ya que permiten elaborar el conocimiento a partir de la información obtenida por los sentidos. Realizar tareas específicas de estos procesos permite adquirir más habilidades y de manera general benefician el funcionamiento de los procesos cognitivos, es por esto que se hace de vital importancia contribuir a la actividad cognoscitiva desde la primera infancia.
Las primeras pautas están correspondidas con la salud mental, y son muy afines a los principios que decretan la salud física, como son la actividad física, correcta alimentación balanceada y una buena relación con el sueño y el descanso. Por otra parte, la base educativa es un pilar fundamental, por tanto, el aprendizaje es la base para el desarrollo del tratamiento cognitivo.
Igualmente, acciones habituales como la narración de cuentos en la primera infancia para estimular principalmente la imaginación o la ampliación de conocimientos, la práctica de deportes, la identificación de colores, letras y números, cantar canciones para ejercitar la memoria, aprender a tocar un instrumento musical, entre otras actividades, posibilitan el desarrollo adecuado de la actividad cognoscitiva.
En otro orden, investigaciones recientes de neurociencias demuestran la importancia de la estimulación musical para la actividad cognitiva, pues además de que benefician la fabricación de las conexiones neuronales también favorecen la destreza, capacidades y habilidades. Es por esto, el dinamismo musical trasciende en otras esferas del ser humano (Cuervo y Ordóñez, 2021), además, benefician también el resto de los procesos cognitivos, como la memoria y la imaginación.
En esta etapa es fundamental el juego, agradable en sí mismo, permite interactuar con el entorno y aprender de él, además de transferir los aprendizajes a la vida real, y junto a esto es la actividad innata y propia de la infancia, que les permite aprender jugando, observando, escuchando y haciendo las cosas por ellos mismos, la imaginación y la creatividad que se despliega a través de este son claves y se ha demostrado que los niños que juegan constantemente muestran una salud mental más positiva, vínculos afectivos más sólidos y amistades más consolidadas que los que juegan menos.
Es decir, esta actividad está encaminada a conservar las tareas ejecutivas y mantenerlas el mayor período posible, a extender el volumen funcional y el cometido en las tareas diarias, a optimizar el bienestar y la calidad de vida. Además, crea un ambiente que facilita la actividad motora, el juicio y el raciocinio.
En esta misma línea de ideas, se adquieren beneficios como: mejorar las habilidades vinculadas a los procesos psíquicos cognoscitivos como la memoria, la atención, se propician actividades de reflexión, creatividad, habilidades visoespaciales, la percepción, imaginación y conocimiento. De esta forma se contribuye a su autoestima, confianza y seguridad ante los resultados particulares y la escuela. Además, responde a la necesidad natural de pertenecer a la sociedad, incorporado al contenido natural de adaptación.
En otros aspectos, la estimulación de la actividad cognoscitiva, influye de modo muy positivo puesto que contribuye a la independencia, al incremento de las competencias sociales (relaciones interpersonales, respeto de las normas, respeto a los demás, saber escuchar, respetar los turnos y ponerse en el lugar del otro), además, mejora la comprensión de los términos abstractos y la simbolización de los conceptos, aumenta y optimiza la capacidad comunicativa: comprensión y expresión, tanto oral como escrita, estimula el aumento de la motivación sin aburrimiento, la generalización de los diferentes aprendizajes a otros contextos y la comprensión de la importancia del aprendizaje para desenvolverse en la vida.
Fomentar la estimulación cognitiva durante la niñez es un factor que ayudará a proteger la salud mental en la tercera edad e incluso prevenir el Alzheimer, enfermedad progresiva que afecta la memoria y otras importantes funciones mentales, de ahí que, el cerebro se puede entrenar y como beneficio primordial se elevan las capacidades a la hora de realizar diversas actividades, las que permiten instruirse y recordar información necesaria que puedan integrar a la historia e identidad de la persona.
La relación familiar y su lazo emocional positivo con el infante en el transcurso del proceso de estimulación temprana es un aspecto que conlleva a una respuesta efectiva tanto en el niño como en los progenitores partícipes.
A continuación, se proponen algunas acciones que se pueden realizar con las familias y docentes desde la institución educativa y que favorezca la estimulación de la actividad cognoscitiva.
Impartir temas a los docentes relacionados con la estimulación de la actividad cognoscitiva.
Ofrecer bibliografía actualizada sobre la temática.
Utilizar las diferentes vías de orientación familiar, tales como: charlas educativas, escuelas de educación familiar y murales monotemáticos, para instruir a las familias sobre las diversas formas de estimular la actividad cognoscitiva de sus hijos.
Entre las actividades para el desarrollo de las habilidades cognitivas en la infancia que pueden realizar los docentes y las familias se encuentran:
Estimulación de la percepción
Adivinar los objetos por su sonido: Se sacan varios objetos sonoros de una caja. Se van enseñando uno a uno mientras se hace que suenen. Luego, se introducen en la caja de nuevo. Ahora, sin que el niño mire, se van sacando los objetos otra vez. El niño deberá adivinar cuál es el objeto que está sonando.
¿Quién hace el ruido? Se trata de una actividad para jugar en grupo, ya sea con la familia o con otros niños. Sentado y con los ojos tapados, el niño deberá señalar a uno de los demás participantes. Después, le pedirá que haga el sonido de un animal. Deberá adivinar quién está haciendo el sonido, y para ello puede ayudarse del tacto.
Unir los puntos: El niño traza líneas de unos puntos a otros, cada uno marcado con un número y en orden. El resultado final será el dibujo de una figura. Esta actividad también desarrolla la memoria visual y numérica, así como la coordinación óculo-manual.
Estimulación de la atención
¿Para qué sirve? Se guardan varios objetos, dibujos o recortes de revista de la misma temática en una caja. El niño los va sacando y debe decir qué es cada cosa y para qué sirve.
Elementos comunes: Se presentan una serie de dibujos de objetos y se le pide al niño que solo seleccione aquellos con características en común. Por ejemplo, «cosas que usamos en la cocina». Entrena la atención selectiva y la memoria semántica.
Encontrar las diferencias: Se le presentan dos imágenes muy parecidas entre sí. El niño deberá marcar las diferencias de formas y colores que encuentre.
Sopa de letras: Se le presenta al niño una serie de dibujos cuyos nombres deberá encontrar y señalar en una sopa de letras. Este juego también trabaja la memoria visual y la asociativa.
Estimulación de la memoria
Recuerdo de objetos: Se colocan en una mesa diez objetos o juguetes. Después de diez segundos, se tapan con una manta. El niño deberá expresar en voz alta todos los que recuerde.
Pintar lugares: Se le pide al niño que dibuje un sitio específico, como su parque favorito o la casa de los abuelos. La calidad del dibujo no importa tanto como los detalles que sea capaz de recordar y plasmar en el papel.
Encontrar la pareja: Se colocan parejas de cartas boca abajo. El niño levanta una carta y, si la siguiente levantada es la pareja de la primera, se quedan boca arriba; si no, ambas cartas vuelven a colocarse boca abajo. El juego termina cuando todas están boca arriba. Esta actividad entrena la memoria episódica y la de trabajo, así como la atención selectiva.
Estimulación de las funciones ejecutivas
Discriminación de figuras: Ya sea por color, tamaño, forma, etc., permite al niño aprender a clasificar a partir de las distintas características de los objetos.
Crear categorías: Es una versión más compleja que la anterior. Se presentan una serie de dibujos y el niño deberá clasificarlos en función de rasgos comunes. Este ejercicio facilita el aprendizaje de nuevos significados y su almacenamiento de forma duradera. Por ejemplo, de un grupo de animales, dividir en mamíferos, aves, reptiles, etc.
Crear una historia: Dentro de una caja se colocan diferentes imágenes sin relación entre sí (objetos, animales, etc.). Se le pide al niño que saque tres o cuatro papelitos y que invente una historia que conecte las imágenes que han salido. También se puede jugar en grupo: cada niño sacará una imagen y, por orden, irán creando la historia entre todos.
Interpretación de pistas: Un juego muy divertido y que suele gustar mucho es el de esconder pistas en casa y que, mediante la interpretación de cada una, se llegue a la siguiente. Un adecuado razonamiento y deducción terminarán conduciendo al niño al premio final.
Estimulación del lenguaje
¿A qué te recuerda? Se dice una palabra en voz alta y el niño debe responder inmediatamente con otra relacionada que se le venga a la cabeza. Por ejemplo, ante «cielo» el niño podría responder «azul». La evocación de palabras contribuye a la mejora de su vocabulario y al desarrollo de su competencia lingüística.
Nombrar partes del cuerpo: También se le puede pedir que señale, a su vez, la zona en cuestión. Este ejercicio también ayuda a trabajar el esquema corporal.
Crear una frase: Se le da al niño varias palabras y se le pide, con cada una de ellas, que escriba o diga una oración en voz alta.
Como resultado de la introducción en la práctica de las acciones descritas anteriormente se corroboró que las familias se motivaron en la realización de diferentes actividades para estimular el desarrollo cognitivo de sus hijos, incrementó el conocimiento sobre la estimulación para potenciar el desarrollo de los menores y mostraron satisfacción en las diferentes sesiones de trabajo programadas.
La primera infancia es el tiempo clave para la adquisición de las habilidades cognitivas por lo que su estimulación y la calidad con la que esta se realice influirán decisivamente durante el transcurso de la vida del niño. La orientación a las familias es de vital importancia para el desarrollo de la actividad cognoscitiva de sus hijos. Existen diferentes actividades para el desarrollo de las habilidades cognitivas en la infancia que pueden realizar los docentes y las familias y la adecuada orientación asegura su correcta estimulación.
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