El pensamiento del Che y la reforma universitaria
de Córdoba en Cuba
The thought of Che and the university reform of
Córdoba in Cuba
Autores:
Dr.C Alfredo Méndez Leyva
MS.c Manuel
Lozano Dieguez
MS.c Kirenia Matos Guzmán
Institución:
Universidad de Guantánamo, Cuba
Correo
electrónico: mendez@cug.co.cu
Resumen
El artículo presenta los resultados del análisis de las
concepciones e ideas de Ernesto Che Guevara acerca de la Reforma universitaria
de Córdoba, y su incidencia en la Reforma universitaria de 1962 en Cuba. Se
realizó el análisis del contenido de sus discursos y documentos insertados en
el contexto histórico social de la Revolución cubana. También se valoran las
ideas de otros pensadores latinoamericanos que influyeron en la formación y
desarrollo de una filosofía de la praxis en el Che, así como el rol asumido por
él que lo convirtieron en el principal agente catalizador del proceso de la
Reforma Universitaria en Cuba. En el trabajo se revela el significado de una
concepción muy poco reflexionada en la actualidad por la comunidad
universitaria, y su pobre socialización como parte de la cultura universitaria
tan necesaria para todos los que de una forma u otra gestionan los procesos
universitarios en época de cambios, ante los retos y amenazas de la
globalización neoliberal y el imperio del mercado: el vínculo existente entre
la educación superior y el desarrollo social visto desde la responsabilidad
social universitaria, lo cual se convierte en agente movilizador del
comportamiento necesario de las instituciones universitarias cubanas y
latinoamericanas.
Palabras clave: Reforma Universitaria Córdoba,
Responsabilidad Social Universitaria, Reforma Universitaria Cuba, Cultura
Universitaria y Ernesto Guevara.
Abstract
The article presents the results of the
analysis of conceptions and Ernesto Che Guevara's ideas about university reform
of Córdoba and his reflection in the implementation of university reform of
1962 in Cuba. The Cuban accomplished the analysis of the contents of his
discourses and documents inserted in the historic social context of the
Revolution herself. Also they apprise ideas another Latin American philosopher
that influenced the formation and development of a philosophy of the praxis in
the Che, as well as the Role assumed by him that they turned it into the
principal catalytic factor in the process of The University Reform in Cuba. At
work the significance of a conception comes to light too little reflected as of
the present moment for the university community, and his limited socialization
as part of the university culture so necessary for all those that one way or
another they have to intervene in the university processes in time of changes
in front of the challenges and threats of the neoliberal globalization and the
empire of the market: The existent relation between higher education and the
social development seen from the university social responsibility becomes
factor motor of the necessary behavior of the university institutions Cubans
and Latin Americans.
Keywords:
Reform University Córdoba, University Social Responsibility, Reform University
Cuba, University culture and Ernest Guevara.
Introducción
Estudiar las ideas
de Ernesto Guevara (Che) sobre la Reforma universitaria de Córdoba, y su
proyección personal al proceso de implementación de las transformaciones de la
educación superior cubana, desde su visión y actuación en la implementación de
la Reforma universitaria de 1962 en Cuba, es una oportunidad para identificar, reflexionar,
interiorizar y divulgar la vigencia de sus pensamientos filosóficos, políticos,
económicos y sociales en cuanto al rol de la universidad en la transformación
social, enfocada a un desarrollo sostenible.
Desde esta
perspectiva se propone como objetivo valorar el rol del Che como catalizador de
las influencias de la Reforma de Córdoba en las transformaciones educativas de
la Revolución Cubana. Rol que asume desde diferentes aristas de sus funciones
públicas como uno de los líderes de la Revolución:
Comandante del Ejército Rebelde, Jefe del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma
Agraria (INRA), Presidente del Banco Nacional de Cuba y
luego como Ministro de Industrias.
El enfoque histórico obliga a
situarse en el momento que vive la sociedad cubana actual, para comprender las
perspectivas y el rol de la universidad cubana en el proceso de implementación
de un nuevo modelo económico-social. Se hace necesario abordar cómo asumir el
perfeccionamiento de la Universidad cubana como manifestación de la continuidad
histórica entre la Reforma de Córdoba de 1918 y la Reforma Universitaria Cubana
de 1962, en una época de cambios y sin renunciar a las ideas de construir una
sociedad socialista próspera y sostenible. Es una idea que debe dinamizar la
gestión universitaria cubana. En esta línea de pensamiento resulta
imprescindible promover y divulgar las ideas del Che en cuanto al rol de la universidad
en el desarrollo social como una vía para concientizar y comprender los cambios
necesarios en el funcionamiento de las Instituciones de Educación Superior
(IES).
Asumir las ideas del Che
acerca de la universidad y mostrar la vigencia de su pensamiento a 100 años de
la Reforma de Córdoba (1918), Argentina y a los 56 años de haberse iniciado la
Reforma Universitaria en Cuba (1962), es el principal objetivo del artículo y
de cierta manera contribuir a resolver, desde la gestión institucional, uno de los problemas formativos de la universidad
cubana actual señalado por Díaz-Canel (2012, p.3), quien expresó: «Hoy
constituye una de las ausencias formativas que tenemos porque- los ideales de la reforma- no está
incorporada al patrimonio de alumnos y docentes. Debemos ser capaces, a partir
de ahora, de trasmitir ese legado».
Por otro lado, el desarrollo
las acciones de superación como parte del Proyecto: «El Cuadro de Mando
Integral como herramienta de gestión para el alineamiento estratégico y el
despliegue del Liderazgo en las IES», ha permitido a los autores identificar la
cultura organizacional como uno de los factores fundamentales en el buen
desempeño organizacional, pero también como barrera para el cambio según admiten Chiavenato (2009); Robbins y Judge (2009);
Schein (2002). Desde esta misma perspectiva, a raíz del análisis de la
evolución del enfoque de dirección en las últimas dos décadas, se pudo establecer
que las IES en Cuba han experimentado cambios y migraciones casi permanentes,
bajo el liderazgo del Ministerio de Educación Superior (MES), y aún no se
alcanzan los niveles deseados en el cumplimiento de todos los objetivos
misionales, debido en parte a la insuficiente
preparación gerencial de los académicos, y algunas carencias de la cultura
universitaria para gestionar el cambio.
Al analizar las intervenciones
y escritos del Che sobre la reforma universitaria, se encuentran sus aportes,
no sólo con relación al modelo del profesional que se aspira a formar y los
métodos para educarlo, si no que se pueden establecer pautas de comportamientos
para los directivos y académicos para desplegar el liderazgo necesario, y éste
no será efectivo en la Universidad sin una fuerte cultura universitaria, a la
que llama todo el legado guevariano acerca del rol de la Universidad en la
transformación social. Lo que justifica la necesidad de analizar la vigencia de
su pensamiento y la necesaria incorporación al acervo cultural de la universidad.
Desde el punto de vista metodológico,
el trabajo se desarrolló sobre los análisis comparativos de algunas ideas y
conceptos del Che con las ideas de algunos pensadores latinoamericanos, que
fueron parte o sustentaron los fundamentos de los ideales de la Reforma de
Córdoba y la Reforma Universitaria de 1962. Del análisis se pudo revelar no
sólo el carácter innovador del pensamiento del Che acerca de la universidad, en
el preludio y desarrollo del proceso de implementación de la Reforma
Universitaria del año 1962 en Cuba, sino los aportes que realiza a la
conceptualización de la universidad.
La importancia práctica de los
resultados del estudio de su pensamiento y la Reforma universitaria, es que el
conocimiento obtenido puede ser utilizado durante el diagnóstico y gestión de
la cultura organizacional de la universidad, al tener nuevos elementos para
orientar, dialogar, argumentar y
convencer el cambio de actitudes y conductas de la comunidad académica ante las
exigencias de los nuevos retos sociales e institucionales a partir de los
aportes teóricos prácticos.
No se pretendió asumir toda la
historia de las Reformas Universitarias en Latinoamérica y sí resaltar algunos criterios
y aspectos señalados por diversos autores, entre ellos los cubanos: Hart (2003); Martin (2008); Tristá (2013), quienes refieren
aportes e ideas sobre el fenómeno de la Reforma Universitaria en Cuba. El nicaragüense Tünnennann (1998) por su
efectiva e integral valoración de la Reforma de Córdoba y de la Universidad
latinoamericana actual. Así como los argentinos Ponce (1961); Ingenieros (1913, 1920 y 1980); Giletta,
Villarreal, Galarza, Cañas y Aráoz (2009); quienes brindan elementos para
comprender los preceptos e ideales esenciales de la Reforma de Córdoba e
identificar su influencia y presencia en el pensamiento guevariano y el
contexto en que se desarrolló; y de esta forma comprender cómo se convierte en un
modelo de hombre que cada día incrementa su vigencia en América.
Desarrollo
El punto de partida del
análisis del pensamiento guevariano es el estudio de su paradigmático alegato
contenido en una epístola: «El socialismo y el hombre en Cuba», convertida en
documento básico para cualquier persona que quiera asimilar las ideas
socialistas y profundamente humanistas del Che sobre el hombre cuando expresó:
Todavía
es preciso acentuar su participación consciente-del hombre-, individual y
colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la
idea de la necesidad de la educación
técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son
estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la
total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como
criatura humana, rotas todas las cadenas de la enajenación (Guevara, 1965, p.12)
Ideas sobre el hombre y su
relación con la sociedad aún están vigentes, ya que reflejan la necesidad de
una educación integral de los profesionales que se forman en la Nueva
Universidad Cubana, término utilizado a partir de la creación de las Sedes
Universitarias Municipales (SUM) en el curso 2001-2002. Hoy se conocen como
Centros Universitarios Municipales (CUM), actualizado en su conceptualización a
raíz del proceso de integración de las IES para resarcir, por un lado, la
ruptura del modelo tradicional de la universidad definido en la Reforma de 1962
debido a la aplicación de la Ley 1306, de creación del MES; y por otro lado, la
búsqueda de mayor pertinencia, racionalidad e impacto social en la formación de
profesionales competentes y comprometidos con el proyecto socio-político cubano
y su Revolución en la nueva etapa del desarrollo.
La Ley 1306 se enfocó en dos
aspectos que caracterizaron al Sistema Cubano de Educación Superior: su
extensión y especialización hasta el año 2012, cuando comienza la reintegración
del sistema. Con respecto a la extensión, se basó en la creación de
instituciones universitarias, los Institutos Superiores, en todas las
provincias de Cuba, enfocados a la especialización en diversos campos como la
salud, la formación tecnológica, la formación del profesorado y otras áreas,
para dar respuesta a la explosión demográfica de esa época y ampliar las
ofertas a los graduados del nivel medio superior.
De cierta forma, este sistema
garantizaba la pertinencia del Sistema de Educación Superior, aunque según
Tristá (2013) «debe reconocerse que también incrementó de manera significativa
la complejidad organizativa del sistema de educación superior e implicó un
cierto nivel de duplicación de recursos y una acentuación de la dispersión
sectorial y disciplinaria» (p.127). Resolver este problema y otros relacionados
con la gestión del Sistema de Educación Superior en las nuevas condiciones socio
económicas, condujo al necesario perfeccionamiento actual (García, González y Fernández, 2016).
Las ideas y pensamientos
económicos, políticos, filosóficos y éticos que se extraen de los discursos y
escritos del Che, en cuanto al rol de la universidad en el desarrollo del
modelo cubano, no dejan de reflejar el intenso clima ideológico e intelectual
que existe en las universidades públicas, debido a una profunda lucha de ideas
e intereses de clases entre la ideología de la Revolución triunfante y los
preceptos pequeño burgueses imperantes en las universidades, y en la sociedad
en general. Aspectos que se intensificaron cuando se presentan las Bases
fundamentales de la Reforma de la Enseñanza Superior, se procede a su
implementación en las tres universidades públicas y el Che asume la tarea de
clarificar conceptos, principios y filosofía.
En el análisis de sus obras se
percibe cómo fue capaz de tomar, generar y transferir ideas a través del
diálogo permanente, ya sea con estudiantes y docentes o entre los dirigentes de
la Revolución, o con los cuadros administrativos subordinados en los organismos
estatales que dirigió. Entre ellos se destacan los aspectos relacionados con la
gestión de las IES, y en especial el rol de liderazgo en la formación de la
cultura organizacional.
La dirección y gestión de una
universidad resultará más eficiente y efectiva cuando los cuadros directivos,
funcionarios y docentes tengan un reconocimiento pleno de la naturaleza,
misiones y funciones de la misma. Por tanto, hablar del perfeccionamiento de la
universidad cubana actual no es posible sin hacer referencia a la Reforma
Universitaria en Cuba de 1962, ni a la Reforma de Córdoba de 1918, y de ellas
valorar su vínculo con el Che.
En el caso de Córdoba por la
incidencia en su formación personal y profesional, así como en su pensamiento
filosófico y humanista; y la Reforma en Cuba por constituirse en el espacio
histórico-concreto de la práctica social, en la que pudo desplegar y
desarrollar sus ideales y conceptos, base de su teorización sobre el rol de la
universidad en la transformación social, al mismo tiempo que se desarrollaban
en él nuevas cualidades de líder.
En la literatura cubana muy
pocos académicos han indagado en este campo desde las perspectivas de la
gestión universitaria, y por ende, valorar adecuadamente su legado como parte
de la cultura universitaria como institución social. Poco se ha divulgado al
respecto, si se aprecian en su justa medida el alcance de sus ideas y conceptos
para reconocer la unidad dialéctica entre necesidad y la posibilidad en la
transformación de la universidad. Por otro lado, revelar la necesidad de la
transferencia de su legado y su aplicación consecuente a los nuevos contextos
de las universidades en Cuba y en Latinoamérica.
La búsqueda de la coherencia entre
el discurso de la Responsabilidad Social Universitaria, las declaraciones de
principios de la misión y visión de la universidad y la práctica académica en
la gestión institucional, conducen a la necesidad de reflexionar sobre la
variable cultura organizacional y los aportes del pensamiento guevariano en
esta dirección.
Es importante volver a subrayar
que, su sólida formación teórica y política, su dedicación y entrega al
proyecto revolucionario cubano, y su experiencia adquirida como dirigente de la
Revolución cubana se fusionan para entregarnos un pensamiento que representa un
nexo obligado, y poder encauzar los cambios que deben producirse en la
actualización del modelo socioeconómico cubano e identificar el sustento del
lugar y rol de la universidad en este proceso.
La elocuencia y profundidad de
las ideas expresadas por el Che, reflejan una fuerte incidencia de su origen
argentino y formación cómo médico, aunque en la época en que cursó los estudios
no fue muy edificante para el enriquecimiento de la Academia; ya que se graduó
en 1952 y ese fue un periodo en la Universidad argentina post Reforma, según
análisis histórico de Giletta et al (2009).
En primer lugar, no se puede
dejar de resaltar la relación de su formación con las obras de Ingenieros (1913
y 1920), que tal vez haya ocurrido por auto estudio en su juventud. Otros más influyeron
en la formación de sus características personales y en la profundidad de sus
reflexiones, lo que solo se logra cuando se aprende de fuentes originarias si se
valora con objetividad su personalidad y devenir como símbolo de hombre
íntegro. El aporte de estos autores se convierte en un referente para
comprender la valoración crítica que hace el Che y de la que extrae
consideraciones muy valiosas, su intencionalidad queda clara cuando señala «Y
eso es lo que tratamos de analizar en estos momentos: las tendencias generales
de la Universidad respondiendo al núcleo social del cual sale, y sus deberes
revolucionarios para con la comunidad entera» (Guevara, 1959, p.1).
Estas ideas nacen del
conocimiento del llamado Movimiento o Reforma de Córdoba, Argentina, en 1918. Según
Tünnennann (1998), se instaura la llamada «misión social de la universidad»,
con la que se incorporó a la universidad en un nuevo quehacer al vincularla más
con la sociedad y sus problemas, de dedicarse a su pueblo, haciendo a éste
partícipe de su mensaje y transformándose en su conciencia cívica y social.
Los principios y postulados
del Manifiesto de Córdoba están en su mayoría plenamente vigentes y quizás
algunos todavía no se han cumplido a plenitud en este siglo XXI. Sin embargo, según
Tünnennann (1998) se han constituido en la propuesta universitaria más
transformadora e innovadora del siglo XX para las universidades en América
Latina. De cierta manera tributando a los diferentes paradigmas universitarios
a nivel mundial por su carácter integrador, su visión holística de la universidad
quien expresa:
Y es que el Grito de Córdoba no se ha extinguido. …. Cabe
llenar hoy de contenido el grito juvenil de indignación y poner la reforma al
día. Pero Córdoba sigue siendo para nosotros, la reforma por antonomasia. Con
ella entroncan todas las reformas posteriores (en Latinoamérica). De lo que se
trata ahora es de hacer arraigar la ciencia entre nosotros; de socializar la
Universidad y volcarla a la nación entera; de formar a los universitarios al
más alto nivel posible, con una conciencia social y crítica capaz de captar las
causas de nuestro subdesarrollo y dependencia; de lograr la mayor eficacia en
los servicios universitarios, a fin de que la Universidad esté en las mejores
condiciones de dar el gran aporte que de ella esperan los pueblos
latinoamericanos para alcanzar su verdadera independencia y realizar su destino
histórico (Tünnennann 1998, p. 127).
Por
otro lado, se hace referencia a la incidencia de ésta en Cuba, y al respecto se
señala:
En
Cuba, el Primer Congreso Nacional de Estudiantes presidido por Julio Antonio
Mella, acuerda, en 1923, luchar por los mismos principios enunciados por la
juventud cordobesa y expide una declaración de derechos y deberes del
estudiante, que incorpora los principales reclamos de la Reforma. El ideólogo
del Movimiento es Mella, para quien la reforma universitaria debía incorporarse
en un proceso más amplio de reforma social. Las leyes universitarias dictadas a
partir de 1931 incorporaron varios de los principios (Ibídem, 1998, p. 116)
No
hay duda de que, independientemente de las particularidades históricas
concretas de la Revolución Cubana, la reforma universitaria de 1962 en Cuba
también reflejó los ideales de la Reforma de Córdoba, pero insertada en un
proceso de profunda transformación social y político hacia un modelo social
que, por su carácter, creaba condiciones básicas para llevar a vía de hecho los
principios fundamentales de esta reforma. Las propias necesidades del cambio
social, político y económico de Cuba exigían el cambio en la redefinición de la
misión social de la universidad, tal como se había expresado en el Manifiesto
de los Estudiantes Universitarios (Mella, 2005).
Siguiendo
con esta misma idea acerca de la Reforma, Tünnennann (1998) señala sus
condicionantes históricos al expresar:
Producto
de circunstancias históricas y sociales muy claras, - (La Reforma)-no consiguió la transformación de la Universidad en el
grado que las mismas exigían, pero dio algunos pasos positivos en tal sentido.
Su acción, en cuanto al ámbito universitario, se centró más que todo en el
aspecto de lo que podríamos llamar la organización jurídica o formal de la
Universidad (autonomía y cogobierno) y menos en lo referente a la estructura
académica de la misma, que prácticamente continuó obedeciendo al patrón
napoleónico de facultades profesionales separadas (p.122).
Es decir, se continuaba con la
misma idea de la universidad como institución que se quería erradicar sin tocar
la esencia de la misma. En cambio, el Triunfo de la Revolución requirió de la universidad
cubana nuevas propuestas para cambiar las estructuras académicas, generar
nuevas carreras y nuevos métodos pedagógicos, desarrollar la investigación
básica y vincular la universidad con la producción y la sociedad en
general. Así, en relación con esta idea
el Che expresó: «...La educación y el desarrollo económico están constantemente
actuando entre sí y configurándose plenamente, y si pudimos nosotros cambiar
completamente el panorama de la Nación en los niveles económicos, mantenemos hoy,
sin embargo, la misma estructura universitaria…» (Guevara, 1960, p.7).
Idea que se puede ilustra
mejor con lo expresado por Martin (2008) al referirse al documento de la
Reforma universitaria en Cuba de 1962, donde la autora califica a la educación
superior anterior a 1959 como «un sistema desvertebrado; tocado por la
corrupción; inservible a los altos fines de la renovación y el desarrollo
económico, político y moral de nuestra patria» (p.126). Además, esta misma
autora identifica otras características: se había mantenido al margen y de
espaldas a la nación; reconocía la ausencia de carreras importantes para el
desarrollo, entre ellas las científicas y técnicas; se plantea entonces la
necesidad de lograr el nexo entre la universidad, el desarrollo de la economía
y la sociedad.
Desde estas perspectivas hay
coincidencia con lo señalado por Tristá (2013, 132), al referirse a la
estrategia de renovación de este nivel educacional, proclamando, entre otras,
las políticas siguientes:
•
La universidad debía estar en función de las necesidades del país, dando
prioridad a aquellas profesiones estrechamente vinculadas con el desarrollo
económico que se preveía, tales como la rama agropecuaria y medicina.
•
La investigación científica como un factor imprescindible de la enseñanza
superior.
•
La formación y superación de los profesores y su dedicación a la labor
docente-educativa a tiempo completo.
•
La expansión de la matrícula universitaria, etc.
Aspectos esenciales que hoy se
asumen desde la conceptualización de la Responsabilidad Social Universitaria
(RSU). La que Moreno define como:
Capacidad
que tiene la universidad de difundir y poner en práctica un conjunto de
principios y valores generales y específicos, por medio de cuatro procesos
claves: gestión, docencia, investigación y extensión. Así asume su
Responsabilidad Social ante la propia comunidad universitaria y el país donde
está inserta (Arcelús, Rodríguez, y Salcido,
2016, p.157).
La continuidad de las Reformas
en el Perfeccionamiento de la Educación Superior, deberá dar respuesta a su
principal reto: ampliar el acceso a los estudios superiores de manera
sostenible y con resultados equivalentes en calidad en sus diversas modalidades
de estudios, en correspondencia con las demandas locales y globales para el
desarrollo del modelo económico y social cubano.
La RSU en la preservación,
generación y desarrollo de la cultura de la calidad es un requerimiento de la
sociedad moderna. Si no se conoce lo que significa una cultura de la calidad
universitaria, nunca se tendrá una universidad pertinente con sus tiempos. El
proceso sustantivo de cualquier universidad moderna es la gestión del
conocimiento, y el conocimiento se gestiona para innovar y mejorar los procesos
en contextos sociales específicos. No se puede contemplar la universidad como
una realidad social anclada en el pasado, se necesita transformarla, para
ponerla a la altura de su tiempo, como un ente vivo y dinámico con una profunda
visión de futuro. Las universidades, por su esencia en el devenir histórico,
llegan a ser lo que son sus actores fundamentales: estudiantes y profesores.
Una visión de la nueva etapa del
Perfeccionamiento de la Universidad cubana, no puede ser coherente sin asumir
las ideas del Che como fuente de enriquecimiento filosófico, político,
cultural, ético y profesional de toda la comunidad universitaria.
¿Por qué se considera
importante retomar el pensamiento guevariano acerca del rol de la universidad
en el desarrollo social? La profundidad de su desarrollo intelectual, su nivel
de responsabilidad presente en sus obras y vida personal, más si se consideran
las ideas de Fidel, quien expresó a Ramonet (2006):
Sí,
porque ser excelente economista depende de la idea de lo que quiera hacer quien
dirige un frente de la economía del país y quien dirige el frente del Banco
Nacional de Cuba. Así que, en su doble carácter de comunista y economista, él
era excelente. No es porque hubiera llevado un título universitario, sino
porque había “leído mucho y observaba mucho”. Donde quiera que el Che ejerciera
responsabilidades, tenía que estar allí. Ya mencioné su tesón, su voluntad.
Cualquier tarea que se le asignara era capaz de desempeñarla (p.119).
En otro momento de la
entrevista enfatiza sus cualidades de hombre, como ser humano extraordinario y quien
era, además, un hombre de elevada cultura, gran inteligencia, y lo califica
como un modelo de hombre comprometido con su tiempo, en pensamiento y en
acción. Es decir, reconoce como el Che
se convierte por si mismo en el paradigma del ciudadano del siglo XXI por el
que tanto luchó.
En octubre de 1959, el Che expresaba
en la Universidad de Oriente: «… la universidad es la gran responsable del
triunfo o la derrota, en la parte técnica,
de este gran experimento social y económico que se está llevando a cabo en Cuba»
(p.126). Aquí destaca lo que hoy se reconoce como la Responsabilidad Social de
la Nueva Universidad Cubana, y que se puede relacionar con las ideas de Ingenieros
(1980), quien al respecto expresó:
La
universidad, en fin, en vez de ser una suma de escuelas profesionales-
facultades-, debe convertirse en una entidad que ponga al servicio de todos los
resultados más altos de la ciencia, a la vez que coordine los esfuerzos de la
investigación e imprima unidad a los ideales que renueva la conciencia social (p.167).
Es decir, se revela una dimensión
del quehacer universitario, de una de sus misiones, la universidad como
institución de servicios públicos. Comprender el concepto de conciencia social
permite mostrar la coincidencia entre las ideas reformadoras Ingenieros y el
rol que el Che, desde sus reflexiones, otorgaba a la universidad en tiempo de
Revolución. Por otro lado, Ingenieros (1920) enfatiza que:
…Las
instituciones se tornan inútiles cuando permanecen invariables en un medio
social que se renueva… La educación superior no debe mirarse como un privilegio
para crear diferencias a favor de pocos elegidos, sino como el instrumento
colectivo más apropiado para aumentar la capacidad humana frente a la
naturaleza, contribuyendo al bienestar de todos los hombres. Las ciencias no
son deportes de lujo, sino técnicas de economía social (p.101).
Sin embargo, para lograr esto
se requería como premisa una universidad más inclusiva. También, es el Che
quien llama la atención sobre este aspecto cuando recibía el Título de Doctor
Honoris Causa en Pedagogía por la Universidad Central Martha Abreu de Las
Villas, el 28 de diciembre de 1959, como reconocimiento a sus elevadas
cualidades intelectuales y su preocupación constante por la educación, la
ciencia y la cultura, y en especial por su interés por la Reforma General de la
Enseñanza y por la Reforma Universitaria; Guevara (1970) expresó:
…
¿qué tengo que decirle a la universidad como artículo primero, como función
esencial de su vida en esta Cuba nueva? Le tengo que decir que se pinte de
negro, que se pinte de mulato, no sólo entre los alumnos, sino también entre
los profesores; que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo,
porque la universidad no es patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba… (p.142)
Es decir, ya en 1959 hablaba
de la búsqueda de equidad social a través de la universalización de la
enseñanza superior. O aún más, Guevara (2012) haciendo el análisis de un
concepto de la economía política durante una charla, señala la necesidad del
pensamiento crítico:
La
teoría es indispensable para el desarrollo de la Revolución y para adquirir una
conciencia superior, pero debe estar siempre unida a la práctica. …, no todo es
como dicen los libros, los libros no pueden representar la realidad de Cuba,
muchos de ellos son escritos para otros medios o como sistema general de dar
conocimiento (p. 32)
Idea que conduce a la
necesidad de revisar los enfoques y métodos utilizados en la formación del
profesional, ya sea en el ámbito del grado o del posgrado, y que constituía uno
de los aspectos abordados por las Reformas universitarias según plantea Beltrán
(2012): «el enfrentamiento al verbalismo, el memorismo y el pasivismo,
calificándolos como «una inadmisible prevaricación docente». Para ello emitió
rigurosas disposiciones que aseguraban una enseñanza verdaderamente dinámica y
eficaz» (p.3).
Guevara también asumió el
vínculo universidad-empresa, cuando en diálogo con estudiantes hace referencia
al vínculo de las universidades con las organizaciones productivas e indica,
con una gran ética, aspectos esenciales para su implementación tanto por la
Universidad como del Ministerio de Industria. Entre otros aspectos, señala
algunas direcciones para lograr ese vínculo (2012, p.67):
·
Complementación del estudio
con el trabajo en la industria.
·
Los estudiantes de los
distintos años y cursos integrarían las brigadas técnicas estudiantiles.
·
Trabajo en la fábrica cada
año.
·
Investigaciones y práctica.
Si se
extrapolan estas ideas a la práctica social contemporánea, se tiene una guía
para garantizar uno de los principios básicos de la Educación Superior Cubana,
el vínculo de la práctica con la teoría y otras ideas acerca de cómo gestionar la
relación de la universidad con la sociedad y que se sintetizan a continuación:
…Lo
que hemos tropezado en muchos niveles ha sido, precisamente, eso, muy buenos
amigos, todos nos queremos muchos, cada uno en su organismo, y no nos acordamos
de que es necesario planificar y coordinar, planificar para el futuro y
coordinar para el presente (Ibídem, p. 69).
Estas ideas que pueden ser
extrapoladas al funcionamiento interno de la universidad organizada en
facultades, enfocadas a la formación del profesional, algo típico del modelo
napoleónico, y/o en departamentos, que es típico del modelo americano: como
vínculo de la enseñanza e investigación. Donde cada facultad aislada se
interesa solamente por un aspecto particular de las cosas y de las ciencias
propias, mirando un fragmento del saber o de la vida social, y siempre con el
criterio incompleto de la especialización. Quien desconoce el trabajo ajeno, poco
se puede motivar por considerar las posibilidades de una colaboración más
efectiva en la solución de problemas comunes.
Es frecuente que se obvie que
cada grupo de ciencias se renueva aprovechando los resultados obtenidos por las
ciencias de otros grupos; ignorar el horizonte cultural y científico de los
demás debe estrechar considerablemente el propio. Al respecto, Ingenieros
(1920) refiere que:
La
función de la Universidad debe consistir en la coordinación del trabajo de los
Institutos y Facultades especiales conforme a un criterio general procurando la
convergencia de todos los esfuerzos hacia determinados fines. Cuanto más se
divide el trabajo, más necesario es conservar el espíritu de síntesis (p. 68).
Si cada facultad debe dar la
competencia necesaria para ejercer dignamente una profesión de utilidad social,
no debe olvidarse que ella debe ser, al mismo tiempo, la parte de un todo más
amplio y más alto: la misión de la universidad consiste en fijar principios,
direcciones, ideales, que permitan organizar la cultura superior en servicio de
la sociedad. Pero, en este contexto tan difícil, lleno de desafíos económicos,
políticos, ambientales, tecnológicos y culturales para la sociedad cubana, en
lo particular y de manera general para la sociedad latinoamericana, lo que se
haga desde la universidad es aún mucho más importante que nunca antes (Ibídem, p.167).
La participación es el
resultado de procesos de formación y articulación de las personas con su
contexto que no se improvisan, se educan. Entonces, lo que se debe hacer es
construir, formular, teorizar desde los espacios universitarios las respuestas
a los desafíos históricos de la construcción de un socialismo cubano próspero y
sostenible. Aspecto que es resaltado por la idea expresada por Díaz-Canel en el
Balance del cumplimiento de los objetivos del año 2015 en el MES:
Crear
una «conciencia crítica» que ponga la realidad frente a la fantasía que nos
tratan de vender en medio de un mundo globalizado, donde no hagamos apología al
consumismo, aquí el tema no es solo de bienes materiales, aquí el tema es de
los bienes espirituales, de los sentimientos, de las emociones revolucionarias,
«del conocimiento y la cultura» que es lo que nos va a distinguir (2016, p.4).
Este planteamiento reafirma la
necesidad de valorar la vigencia del pensamiento guevariano, pues sin
conciencia social no hay socialismo. Del análisis a profundidad de estas ideas
y conceptos, emergen criterios para valorar los procesos sustantivos de una
universidad con responsabilidad y compromiso social ante el momento histórico
de la sociedad cubana, y del mundo globalizado en que se vive. Las concepciones
actuales sobre el rol social de la universidad cubana nacen en gran medida con
las transformaciones comenzadas durante la Reforma Universitaria de 1962.
Hoy se encuentran muy bien
resumidas en las misiones centrales en el accionar de la universidad:
preservación de la herencia cultural, investigación científica, formación de
profesionales y cumplimiento de la misión social. Pero, sin olvidar que, como
expresara Hart (2003):
Hoy
lo más trascendente de las reformas universitarias está en que nos enlazan con
la mejor tradición progresista de la educación y la cultura latinoamericanas,
nos enlazan históricamente con el movimiento iniciado en Córdoba en 1918…y los
invitamos a actualizarnos todos en esta historia. Argentina, Cuba y nuestra
América lo necesitan (p.3).
En el primer plano coloca el
rol de la universidad en la preservación de la herencia cultural de la nación
cubana, por lo que debe preocuparse por generar en la población sensibilidad
frente a la creación estética, crear conciencia histórica y capacidades para
comprender cuestiones que aparecen ajenas a la profesión por carecer de un
pensamiento crítico ante su realidad.
Si se valora la cultura como
el conjunto de ideas, creencias, actitudes y valores desde el cual se vive y
juzgan los actos de la vida; entonces no se limita sólo a su ingrediente
intelectual o técnico, junto a éste están los valores de orden estético y
ético, político y cívico que configuran la formación de los valores
profesionalidad y responsabilidad social en los profesores, alumnos y egresados.
El profesional universitario
como ciudadano de una sociedad socialista, democrática, inclusiva y humanista,
no debe sólo tener una formación exclusivamente técnica o teórica, o que rija
su comportamiento por los patrones coyunturales del mercado en cada momento
histórico. Sin embargo, no es extraño que se manifiesten entre los
profesionales algunas tendencias al consumismo, a lo material y a la banalidad,
que emergen del proceso de transculturación que genera la globalización del
mercado. La dependencia cultural en un mundo globalizado es dependencia total,
y la universidad debería ser un taller de generación, promoción y divulgación
de la cultura propia, y la asimilación de lo mejor de la cultura universal.
La investigación científica,
fuente y soporte de la cultura científica y tecnológica, es otro de los
procesos sustantivos de la universidad que se refuerza en Cuba. Es un factor esencial
para la solución de los problemas del subdesarrollo, y no un lujo que puede
cumplirse una vez solucionados los problemas coyunturales de escasez material; la
enseñanza superior y la investigación científica son condición necesaria y
previa al desarrollo económico-social, y no pueden ser vistas sólo como una de
sus consecuencias.
En esta dirección, son válidas
las ideas sobre las investigaciones y la práctica social de Guevara (2012,
p.68), cuando asume que: «Las tareas a realizar por las Universidad en
investigaciones, en asistencia técnica a la industria…, asistencia técnica que
podría ser dada por los alumnos y profesores, y en la capacidad de proyección
que pudiera tener». Su verdadera misión social está en aportar a la solución de
dichos problemas a través de sus funciones específicas; generación de
conocimientos científicos-tecnológicos y preservación de la cultura, y la
formación de profesionales aptos para solucionar los principales problemas que
acosan al territorio o al país, o a la humanidad con una adecuada gestión
institucional.
Conclusiones
Las
ideas del Che están en armonía con los ideales de la Reforma de Córdoba 1918,
aun cuando él fue un crítico profundo de las formas en que se desarrolló su
implementación. Los aportes teórico-prácticos reflejaban las necesidades
objetivas de la Reforma Universitaria de Cuba en 1962. La solidez de sus
ideales, con una visión socialista y antiimperialista de la Universidad coincide
con las ideas de otros intelectuales en cuanto al reconocimiento de la
responsabilidad social de las universidades latinoamericanas y el modelo de
ciudadano a formar.
Se
percibe que aún es insuficiente la divulgación y tratamiento de las ideas del Che
en cuanto a la función social de la universidad, y el caudal de ideas y aportes
prácticos no asumidos conscientemente, ni promovidos, ni materializados como
parte de la cultura universitaria, tan necesaria para mejorar la gestión de los
procesos sustantivos de las IES.
En
el plano formativo, el Che es símbolo e ideal de los pueblos de América; constituye
un modelo de profesional a imitar, pero no sólo para usar en lemas y consignas
de actos de propagandas, sino como una fuente de aprendizaje de los valores a
lograr en la comunidad universitaria: un profesional competente y comprometido
con el pueblo.
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