La Educación Superior en Cuba: Un espacio de inclusión
mediante las políticas públicas
The Higher Education in
Cuba: A space for inclusion through public policies
Autores:
Dra. C Olga Lourdes Vila Pérez
Dra.
C. Elia Natividad Cabrera Álvarez
Dra. C. Nereyda Emelia Moya
Padilla
MS. c. Onelia Rosa
Valladares Diez
Institución:
Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez, Cuba
Correo
electrónico: ovila@ucf.edu.cu
Resumen
La Educación Superior forma parte de las
conquistas sociales que ha mantenido durante más de 60 años la revolución
cubana. Constituye una de las obras más humanas y solidarias que se haya
desarrollado en el mundo. Su inversión es importante para acometer el
desarrollo económico-social de la nación, la cual se encuentra inmersa en la
actualización de su proceso de construcción socialista. Desde la economía política
como ciencia, es importante percibir a la Educación Superior, como una forma de
distribución y redistribución del producto social. Este componente dentro de
los otros niveles educacionales tiene sus peculiaridades y, aunque en Cuba los
ciudadanos tienen el derecho y el deber de acceder a estos servicios
enarbolando las banderas de igualdad y equidad, existen factores que inciden de
manera desfavorable en que no a todos llegue de igual manera. El objetivo de
este artículo consiste en proponer vías que redunden en el perfeccionamiento de
la Educación Superior y promuevan el acceso e inclusión a este tipo de
enseñanza mediante las políticas públicas. Los métodos utilizados se han
enfocado fundamentalmente en métodos teóricos tales como: lógico-histórico,
análisis-síntesis, inducción-deducción, y de los empíricos, esencialmente se
trabaja el análisis de documentos. Como técnica, el sondeo de opinión se
utiliza, para conocer criterios actuales sobre la problemática estudiada y el
abordaje de la misma por diferentes fuentes.
Palabras
clave: Educación Superior, distribución, acceso, inclusión
y propuestas.
Abstract
Higher Education is
part of the social conquests that the Cuban revolution has maintained for more
than 60 years. It is one of the most human and supportive works ever developed
in the world. Its investment is important to undertake the economic-social
development of the nation, which is immersed in the updating of its socialist
construction process. From political economy as a science, it is important to
perceive Higher Education as a form of distribution and redistribution of
social product. This component within the other educational levels has its
peculiarities and, although in Cuba citizens have the right and duty to access
these services by flying the flags of equality and equity, there are factors
that affect unfavourable in that not all of them come equally. The objective of
this article is to propose ways that result in the improvement of higher
education and promote access and inclusion to this type of education through
public policies.
The methods used have
focused mainly on theoretical methods such as: logical-historical,
analysis-synthesis, induction-induction, and empirical methods, essentially
working on document analysis. As a technique, opinion polling is used, to know
current criteria about the problem studied and the approach of it by different
sources.
Keywords:
Higher Education, distribution, access, inclusion and proposals.
Introducción
La distribución, acorde a las
necesidades sociales en Cuba, tiene un peso significativo en el
perfeccionamiento de las relaciones de distribución. Por tanto, a partir de sus
funciones en la construcción socialista, necesitan ser perfeccionados para el
bienestar de la población cubana.
Carlos Marx, eminente investigador y
economista, en su estudio acerca de las relaciones de producción capitalistas,
fundamenta en su obra Crítica al Programa
de Gotha, la distribución del producto social global a escala de la
sociedad. Tuvo en cuenta que uno de los fondos necesarios, a partir de la
riqueza colectiva producida, sería la educación y formación de los ciudadanos (Marx,
1975). Esclarece que la educación es una forma de distribución necesaria para
el nuevo régimen que se construye, y les corresponde a todos sus ciudadanos,
independientemente del aporte laboral de cada uno de los miembros a la sociedad.
El acceso a la Educación Superior
constituye uno de los componentes de la distribución que requiere ser mejorado,
en aras de favorecer la justicia social y la equidad ante las nuevas
condiciones que la realidad cubana impone. Se trata de lograr un mayor acceso a
esta forma de enseñanza, conociendo que en la actualidad la brecha en las
desigualdades sociales se amplía.
La Constitución de la República de Cuba,
siempre ha respaldado que los ciudadanos cubanos tengan acceso a la educación
desde la niñez hasta la vejez (Cátedras del Adulto Mayor). Este documento
magno, aprobado el 24 de febrero de 2019 como parte de su actualización, sobre
este aspecto afirma en el capítulo III referido a los derechos sociales,
económicos y culturales que: «La educación es un derecho de todas las personas
y una responsabilidad del Estado, la sociedad y las familias» (Constitución de
la República, 2019, p.13). Explica además, que el Estado garantiza a sus
ciudadanos servicios de educación gratuitos y asequibles, «…desde el preescolar
hasta la enseñanza universitaria de pregrado, conforme a las exigencias
sociales y a las necesidades del desarrollo económico-social...».
Asimismo, refuerza los principios de
igualdad, equidad y humanismo al esbozar en el artículo 40 que:
Todas
las personas son iguales ante la ley, están sujetas a iguales deberes, reciben
la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos,
libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo,
género, orientación sexual, identidad de género, origen étnico, color de la
piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o cualquier otra
distinción lesiva a la dignidad humana (Ibídem, 2019, p.11)
Lo expuesto anteriormente invita a
indagar en el comportamiento de este componente en las condiciones actuales,
donde la nación cubana ha realizado disímiles transformaciones en ramas y
sectores de la sociedad. En esta dirección, el rol de la educación se presenta
con un mayor dinamismo para alcanzar resultados superiores. Se hace
imprescindible sintetizar la experiencia cubana, y a partir de su estudio,
proponer nuevas vías que contribuyan a una mejor utilización de la distribución
y redistribución a escala social.
En la transición socialista cubana, el
funcionamiento de esta forma de distribución se ha visto limitada, pues además
del insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas y de errores en la
implementación de la política económica, entre otros elementos, existen
factores que restringen este desempeño. Es imprescindible mejorar la composición
del estudiantado y su acceso no solo por decreto, como lo refiere
Desarrollo
Antecedentes
teóricos sobre el tema
Sobre la problemática abordada y en
materia de equidad y justicia social, existen diversos autores que le dan
tratamiento desde diferentes enfoques. Desde la perspectiva teórica, en este
análisis resultan interesantes los criterios de investigadores como Blanco (2003),
García (2005), García y Sánchez (2006), entre
otros; quienes plantean como tendencia la necesidad de elevar la eficiencia en
la aplicación de la distribución a través de los Fondos Sociales de Consumo
(FSC). Se precisa además, la correlación existente entre éstos y la
distribución mediante el aporte laboral, así como el papel determinante de la
educación para acceder al empleo.
Otros investigadores proponen acciones
que permitan una mejor utilización de los FSC, sobre todo a las familias con
mayores desventajas sociales, que contribuya a elevar el nivel y calidad de
vida de las mismas, y propender a la disminución de las desigualdades sociales.
Tal es el caso de Ferriol, Castiñeiras y González (1995), los cuales coinciden
en la necesidad de derivar en una mayor direccionalidad y selectividad de la
distribución, mediante los fondos sociales de consumo con énfasis en el sector
de la educación de la población.
De igual forma, Vila y Carrillo (2016),
defienden la idea de que a partir de las nuevas condiciones históricas
concretas en que Cuba edifica el proceso de construcción socialista. Las
autoras enfatizan en que la distribución por esta vía exige de un replanteo, de
manera que se priorice a la población más desfavorecida y la protección a la
clase obrera, no solo mediante políticas integrales, sino con la implantación
de medidas de aseguramiento para su bienestar (p.23).
Por otro lado, Echevarría y Díaz (2014),
esbozan diferentes ideas relacionadas con el papel de la educación, como
garantía de equidad en la sociedad cubana. Mientras que los análisis realizados
por Rosales, Esquenazi y Galeano son de trascendencia significativa, ya que
enfatizan en que la educación desde el plano de la igualdad cumple un papel
decisivo, pues un mayor nivel educacional, por lo general, permite obtener
mejores empleos. Afirman que: (…) «sobre la base del acceso a una educación de
mayor calidad se convierte en un eje articulador de los cambios productivos, la
participación ciudadana y la movilidad social»
(2017, p.142)
El sector educacional es la base del
desarrollo sostenible de cualquier nación. Según García (2019), no hay cultura
ni crecimiento sin una enseñanza de calidad, accesible e inclusiva (p.1). La Educación
Superior se coloca como palanca imprescindible del desarrollo económico y social
no solo presente, sino en el futuro; por ello el país
de manera sistemática recurre a su perfeccionamiento pues es una condición
elevar la calidad de la enseñanza en todos los órdenes, sin embargo, existen
factores que necesitan de un análisis particularizado, pues afectan dicho componente provocando
determinados grados de iniquidad para ingresar a este tipo de enseñanza.
A continuación se muestran los
siguientes:
v Existen
diferencias en el nivel de ingresos y, por ende, de las familias, lo que influye
en determinada medida que los componentes de los FSC no sean utilizados en la
misma magnitud por éstas.
v Composición
de los núcleos familiares (este indicador demográfico incide decisivamente en
la proporción de los fondos per cápita de los miembros). Mientras más grande es
la familia, el promedio per cápita en la utilización de esta forma de
distribución es mayor. La presencia de un número elevado de hijos u otros
miembros en el núcleo familiar, constituye un reflejo propio del subdesarrollo.
v Las
diferencias entre las distintas regiones y zonas geográficas en el país como
condición objetiva, también influye en la utilización desigual de esta forma de
distribución por los miembros de la sociedad, sobre todo las familias de más
bajos ingresos.
v De
lo anterior se deduce que en los territorios más apartados puedan existir menor
desarrollo de las redes institucionales, escuelas, centros especializados,
profesionalidad, nivel de los maestros y profesores, entre otros. No obstante, en la actualidad hay mayores
avances a partir de la ejecución de programas sociales en las localidades más distantes.
v Diferencias
en el nivel educacional y cultural (a menor calificación y nivel cultural,
menos ventajosas deberán ser las condiciones de trabajo y el interés y motivación
constante del hombre por elevar la superación y, por ende, sus capacidades).
v La
insuficiente utilización del tiempo libre por los grupos sociales como parte de
las necesidades espirituales, las cuales dependen a su vez, del nivel de
ingresos. Ello también refuerza las diferencias socioeconómicas entre los
miembros de la sociedad.
Estos factores, en el período de
tránsito, aún persisten durante un largo período, ejerciendo una influencia
contraproducente que actúa directamente sobre el nivel de distribución y
utilización de los FSC. Este aspecto, en el caso de Cuba, se muestra con mayor
agudeza en la etapa actual. En este sentido, «la acción del estado sobre estos
factores en la búsqueda de vías que contribuyan a una utilización más eficiente
de los fondos y lograr su vinculación armónica con la distribución con arreglo
al trabajo, es definitoria» (Vila, 2012, p.79)
La disponibilidad de los recursos dentro
de los FSC y su utilización, ha sido centro de debate en el contexto
internacional en los últimos años, en lo fundamental, por el déficit financiero
interno y los desequilibrios en el orden macroeconómico que presenta la
economía cubana, como parte de sus limitaciones. Para el desarrollo de
programas integrales se necesitan cuantiosas sumas, las cuales quedan en el
plano de la recuperación económica, los incrementos en la productividad, las
entradas de ingresos al país y la posibilidad de desarrollar inversiones que
respondan a estas actividades.
Vale precisar que «a pesar de los
enormes avances en esta esfera, los medios destinados a ella aún se utilizan de
forma desigual por las diferentes clases, grupos sociales y regiones del país» (García,
1999, p.101). Ello permite reflexionar que los problemas que ha venido
afrontando la economía, no admiten que estos fondos generen igualdad en todos
sus componentes. En cuanto a su utilización, erosiona en cierta medida la
inclusión, por tanto es necesario promover dentro de las políticas públicas
acciones que redunden en resolver esas incongruencias.
El Estado ha desplegado durante estos
años cuantiosos recursos de todo tipo en el desempeño de los mismos. Los gastos
sociales destinados a la educación, desde el 2000 hacia la actualidad, representan
como promedio el 41% del total.
Se sostiene entonces, que de forma tendencial
se ha incrementado la distribución a través de los FSC y dentro de ellos, la
incorporación prácticamente masiva desde el año 2004, fundamentalmente con el
proceso de universalización, en el acceso a
En la construcción socialista cubana es
indispensable resolver los problemas de la eficiencia económica. Para ello, es
de urgencia mejorar el desempeño individual del hombre. Por tanto, en la medida
que la distribución mediante los FSC se perfeccione, contribuirá a garantizar
una mejor reproducción de la fuerza de trabajo y del bienestar de todos los
miembros.
En este análisis se toman en cuenta el
componente de la Educación Superior, por su peso y decisiva importancia en el
futuro comportamiento de las relaciones de distribución. Además, en las
condiciones actuales se necesita lograr una proporción óptima entre los
diferentes componentes de los fondos. Se necesita lograr novedosos avances, a
partir del estado de vulnerabilidad que pueden presentar sus beneficiarios para
acceder a este tipo de servicio.
La
Educación Superior: eje
fundamental en la distribución colectiva del producto social
La Revolución, desde sus inicios,
realiza diversos programas para eliminar las secuelas heredadas del
capitalismo. Por la necesidad de superar las propias contradicciones congénitas
del subdesarrollo y en la búsqueda de la justicia social, se priorizó la esfera
social por encima de los niveles de eficiencia económica. El sector de la
educación constituye un ejemplo de lo expresado. En este sentido, la Educación
Superior se convierte en uno de los ejes fundamentales de la distribución
colectiva, es decir, forma parte de las necesidades sociales que deben ser
resueltas por la sociedad, formando parte de la redistribución del producto
social creado por sus miembros.
Esta forma de distribución no es
complementaria sino vital en la eliminación de los males heredados de la
sociedad anterior, como ejemplo: el analfabetismo, la pobreza y la exclusión. Por
su esencia y componentes principales, ha sido considerada el embrión de la
futura distribución comunista, partiendo del criterio de que se realiza en lo
fundamental, con carácter gratuito (salud, educación, deporte) y, en algunos de
sus componentes, se establecen pagos en condiciones ventajosas (subvencionados),
tomando en cuenta la diversidad de los elementos que lo integran. Para lograr
el desarrollo económico era imprescindible, al menos, satisfacer determinadas
demandas sociales.
Como resultado, en las condiciones
actuales este sector se ha constituido como el pivote del crecimiento
económico-social; aunque persisten dificultades en el funcionamiento del mismo.
La educación tiene entre sus objetivos elevar el nivel cultural de la población.
Mientras el hombre adquiera mayores conocimientos, será capaz de utilizar sus
capacidades, habilidades y destrezas en función del desarrollo social, lo que
en determinada medida, también propiciará acceder a mejores condiciones de
vida. La calificación incide en la creación de una nueva actitud hacia el
trabajo, en la formación de valores, en la capacidad creativa del hombre y en
el despliegue de todas sus fuerzas en función de la producción social.
También juega un papel esencial en
disminuir las diferencias socioeconómicas de los miembros, en específico, entre
los tipos de trabajos y su correspondencia con los niveles de ingresos, entre
la ciudad y el campo, y propende a la adquisición de conocimientos y hábitos
laborales.
En el período 2000-2015 se realizaron
diferentes acciones encaminadas al acceso de oportunidades a este componente.
Desde el 2000, la apertura de diversos programas sociales ha enriquecido el
desarrollo educacional, lo que se torna como una particularidad de la nación. Algunas
transformaciones importantes se mencionan a continuación:
v En
el curso 2000-2004 se crea un plan de profesores emergentes como respuesta al
déficit de educandos en la enseñanza primaria.
v Se
diversifican las formas de educación, en este caso la preparación de Profesores
Generales Integrales (PGI) para la educación secundaria.
v Los
planes de formación integral para jóvenes.
v Se
crean las escuelas de trabajadores sociales e instructores de arte.
v El
desarrollo y expansión de cursos de capacitación de nivel superior para obreros
y técnicos.
v La municipalización de la enseñanza en los
territorios y zonas del país.
v Creación
de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), y la creación de politécnicos
en esta especialidad, que forman técnicos medios (2008).
v La
reducción de la cantidad de alumnos por aulas (20).
v La
incorporación de medios audiovisuales, computación u otros equipos en los
diferentes niveles. La formación de profesores especializados en informática.
v La
reparación de escuelas y creación de base material de estudio.
v A
partir del 2008, se comienza a rescatar las escuelas de oficio, los
politécnicos de especialidades, como agronomía, entre otros.
Específicamente,
dentro de
Así queda expuesto en
los Lineamientos del VI Congreso del Partido sobre la política económica y social
para los próximos años, en el No. 152, y es ratificado en el VII Congreso de
esta organización por la máxima dirección del país.
Esta esfera alcanza avances notables, no
solo desde el punto de vista interno en la formación del capital o potencial
humano, sino que también muestra resultados relevantes en la arena
internacional. Sin embargo, a pesar de constituir una actividad priorizada por
el Estado, los medios destinados a ella aún se utilizan de forma desigual por
las diferentes clases y grupos sociales.
En cierta medida,
Este componente, por sus propias
características, tiende a la diferenciación y al elitismo social. Ello
restringe la posibilidad del alcance de la profesionalidad en los diferentes
sectores sociales. Investigaciones realizadas en la década de los ochenta,
reconocían la existencia de factores seculares heredados del subdesarrollo,
situación que puede conllevar a que las familias transmitan estas influencias
negativas a las nuevas generaciones de forma sucesiva, colocando a estos
hogares en desventaja en relación con otros grupos sociales.
En esa década, algunos estudios sobre la
auto-reproducción de la intelectualidad, basados en muestras tomadas en
Estudios más recientes confirman que un
detalle muy importante, al que debe prestársele máxima atención pues marca una
brecha de equidad fundamental, es el papel de las redes sociales. No basta con
tener calificación, sino también relaciones, información, contactos. En este
sentido, Espina (2011) expresa: «Todo
este cuadro revela que las oportunidades creadas por la reforma desde los años
noventa no se reparten equitativamente y refuerzan iniquidades preexistentes» (p.
71).
Los cambios actuales, promovidos con la
contracción de las matrículas, pudieran atentar también contra la equidad
resultante. La incorporación de estudiantes a esta forma de enseñanza, mediante
los exámenes de ingresos como vía obligatoria para el curso regular diurno, sin
duda alguna pudiera incidir de manera significativa en la exclusión social. Aunque
no se trata de absolutizar, los hijos de aquellas familias con bajos niveles de
calificación, o que no proceden de hogares de intelectuales, no siempre tienen
la suficiente motivación, conocimientos, hábitos e intereses bien definidos
para adquirir estudios superiores.
Investigaciones de la década de los setenta,
ideólogos burgueses acuñaron el término de la división genética del trabajo en
el socialismo. El máximo exponente de esta idea es el norteamericano Witt,
tomando por norma, que los hijos de médicos, ingenieros, maestros, entre otras
ocupaciones, continuaban con este tipo de estudio por generaciones en esos
hogares. Resume que la mayoría de los hijos de obreros y campesinos, continúan
siendo obreros y campesinos (1984, p. 59)
Se reflexiona que no se trata de esa división
en el trabajo que argumenta este ideólogo capitalista. En el país se trabaja
desde las enseñanzas anteriores por reorientar a los jóvenes en diversidad de
ocupaciones (carreras u oficios), que pueden acceder desde las ciencias
básicas, hasta las ciencias sociales. No obstante, sí se observan algunos
rasgos de esta índole en la sociedad. En una sociedad en construcción
socialista como la cubana, lo característico es ir eliminando, de manera
paulatina y gradual, las diferencias socioeconómicas de sus miembros a través
de acciones y recursos que emplea el Estado para ello.
En otros casos, existen familias que
presentan dificultades para enfrentar los estudios superiores, incluso económicos,
pues aun cuando este servicio es gratuito, se necesita, entre otros elementos,
de recursos monetarios para el pago a los repasadores
privados, lo que ofrece ventajas a determinado grupo de estudiantes. Los
jóvenes provenientes de diferentes grupos sociales no tienen igual formación.
No es ocioso recordar que, aunque la Educación
Superior en Cuba es gratuita, se encuentra influida a su vez por el nivel de ingresos
de los hogares, y es importante prestarle atención a este asunto pues esta realidad
se puede extrapolar de padres a hijos. La existencia de remesas, de regalías a los
profesores, del pago por otras vías, siempre beneficia en alto grado a aquellos
alumnos en que los padres tienen otra posición social mejor orientada, en
comparación de aquellos que no se encuentran ubicados laboralmente en instituciones
que puedan darles prebendas y utilizar recursos propios de la familia para resolver esta situación.
Se concuerda con Álvarez de Zayas, en su
análisis efectuado sobre la masividad y el elitismo, quién expresaba: «Algunos
consideran la masividad como sinónimo de falta de calidad. Otros entienden que
para que haya calidad es imposible que todos se eduquen. La respuesta tiene que
ser dialéctica» (2002, p. 63). Todos los hombres no son iguales, se distinguen
por sus capacidades intelectuales, hábitos, disposiciones, aptitudes con p y con c, intereses, formación, cultura; pero sí tienen el derecho a
educarse, al menos, en la realidad cubana. Es partidario de que todos los
ciudadanos tengan la posibilidad de formarse, de prepararse para ser obreros
altamente calificados en la sociedad en que viven.
Es cierto que, durante un determinado
período histórico, cuando la sociedad se dispone a garantizar la educación para
todos, se improvisan profesores y maestros, y no todos reúnen la formación y
características necesarias para la labor docente. Este es uno de los factores
que atenta de manera significativa el acceso a la Educación Superior, la
formación es un proceso que requiere de eslabones para llegar a una meta
superior y para ello se necesita vencer curriculums, programas de enseñanza,
condiciones para esa enseñanza y comportamientos afectivos alumno-profesor.
Por otro lado, los planes no deben ser
rígidos en su totalidad. No solo por la necesaria flexibilidad que se adecua a
los intereses y características de la región, el maestro y el aula, sino porque
deben brindar respuesta a los gustos, intereses y motivaciones de cada escolar,
lo que puede implicar una cierta distribución y diferenciación de los alumnos.
Lo importante es conocer, a través de investigaciones sistemáticas, en qué
medida se realiza ese ajuste dado en tiempo y en el contexto, fuera de ello, la
instrumentación de cualquier medida puede perder efectividad.
Lo expuesto anteriormente da lugar a un
distanciamiento entre los mismos estudiantes, no solo por su capacidad
cognitiva, inteligencia o esfuerzo, sino, según expresara el investigador
García, por factores extra pedagógicos que inciden en estas disparidades y limitan
la posibilidad del acceso a todos los miembros de la sociedad por igual (1984,
p.56). Se asume este criterio y se enfatiza en la pertinencia de los mismos en
las condiciones actuales.
Entre
los factores considerados se encuentran:
v Bajo
nivel de ingresos en comparación con otros grupos sociales.;
v Situación
familiar en cuanto a nivel cultural.
v Estructura
socioeconómica.
v Aspectos
sociodemográficos.
v Infraestructura
socio-cultural
v Nivel
de los maestros y profesores (calidad de la enseñanza).
Un análisis de las causas para una
utilización más efectiva de este componente de los FSC, se hace inevitable en
las condiciones actuales. Las vías para priorizar el papel protagónico de la
clase obrera, campesina y su descendencia es responsabilidad de la sociedad y
de las políticas que se instrumenten. Ello obliga al establecimiento de nuevas
acciones que permitan tener una mayor representación de los grupos socialmente
más desfavorecidos y mantener como principio la justicia social. Este
componente deberá conducir a la posibilidad real de aumentar el nivel de vida
de las nuevas generaciones y al desarrollo de sus capacidades,
independientemente de las condiciones concretas de sus hogares.
Entre las vías propuestas para atenuar
esas diferencias, se muestran las siguientes:
a) La
apertura de programas dirigidos a sectores sociales más desfavorecidos, que
propicie un mayor acceso de éstos a los servicios gratuitos de la educación, se
coloca como una de las vías indispensables. En ello el Ministerio de Educación
Superior (MES) tiene que realizar, en determinados momentos, la aplicación de instrumentos
(encuestas, entrevistas profesores-padres-alumnos-directivos de los diferentes
niveles educacionales), que le permitan conocer las expectativas de un grupo de
jóvenes, intereses, motivaciones, necesidades, y de cómo establecer una
equivalencia entre blancos, negros y mestizos, así como mejorar la composición
social.
b) La
apertura de repasos con la calidad y profesionalidad requerida por los propios
docentes de las instituciones preuniversitarias, con una atención más
diferenciada para aquellos estudiantes con menos recursos económicos, pero
interesados en acceder a estudios superiores; es importante continuarla y
perfeccionarla. Se conoce que existen profesores, los cuales dentro de sus
mismos planteles proponen a estudiantes repasos y reciben en la mayor parte de
los casos, ingresos por este concepto, siendo su propio profesor del año, lo
que también erosiona los valores de estos educadores.
c) Como
sugerencia, el MES y el Ministerio de Educación (MINED), en la enseñanza
preuniversitaria, deberán realizar estudios y pesquisajes que identifiquen
algunas prácticas ajenas a la construcción socialista, que puedan derivar en la
deformación de valores morales en los educandos y de éstos hacia los alumnos,
en relación a cómo acceder al ingreso a este tipo de estudios, así como la
procedencia social de los estudiantes. Se deberán implementar acciones internas
en los planteles relacionadas con el soborno, regalías y prebendas de padres a
profesores, con el objetivo de que sus hijos logren notas meritorias que le
permitan alcanzar las carreras deseadas. De igual forma, reprender al docente
que pueda recaer en cualquiera de las manifestaciones expuestas.
d) Tener
en cuenta la composición social de quienes acceden es importante. Se hace impostergable
realizar estudios e investigaciones sistemáticas sobre el acceso a partir de su
condición social, es decir, las de sus padres. Estudios realizados han
detectado que, aunque hay mayor homogeneidad en relación con la raza, y en el
país no existe discriminación de ese tipo (al menos legislada), hay mayor
presencia de blanquinización de los estudiantes. También se ha detectado en
determinadas carreras, la poca presencia de personas de raza negra y mestizos
(periodismo, relaciones internacionales, licenciatura en turismo, lengua inglesa,
entre otras). Ello también limita el acceso de estudiantes procedentes de
hogares con pocos recursos, donde no siempre los padres tienen el poder
adquisitivo necesario para enfrentar determinados gastos relacionados con la adquisición
y permanencia de sus hijos en la carrera.
En investigaciones realizadas en los años
ochenta (1989), se comprobó que el total de los graduados universitarios a
partir de 1965, el 40,8% procedía de familias obreras, siguiendo en importancia
los hijos de los intelectuales, que constituían el 18,7% del total. A su vez, la
estructura de los graduados era como tendencia de un 73,2% de blancos, 14,7% de
negros y el 21% de mestizos y personas de procedencia asiática. Posteriormente
se entronizan con la situación económica de los noventa, lo que agudiza
determinadas diferencias y se generan otras (García, 1999, p.101).
e) Se
hace imprescindible dar continuidad al perfeccionamiento de la educación,
teniendo en cuenta la formación de la fuerza de trabajo calificada en
correspondencia con las necesidades actuales del desarrollo económico. Este es
un elemento esencial, Cuba como una economía en transición socialista, también
tiene dentro de sus peculiaridades la división social del trabajo (nivel de especialización
de los productores en esferas productivas y de servicios). Dicho elemento
supone que se deberá tener una proyección lo más ajustada posible de los
profesionales que necesita realmente el territorio. En ocasiones, se han
formado más especialistas o profesionales en una rama determinada, trayendo con
esto un subempleo de la fuerza laboral, hacinamiento de especialistas en una
localidad, donde la demanda de éstos no siempre es necesaria. Por tanto, es un
componente importante a reordenar.
f) En
la misma medida en que los conocimientos y la innovación adquieren mayor
importancia en la sociedad, y la propia economía tiene la tendencia de moverse
hacia las actividades de servicios de mayor valor agregado, y nuevos modelos
productivos y de gestión, el peso de la educación instructiva o básica va
siendo menor, y aumentan las exigencias de las nuevas demandas y perfiles
ocupacionales. Esto conlleva a una mayor preparación de los profesores en
nuevos saberes y perfiles, y como producto final, obtener un profesional cada
vez más preparado en el ejercicio de su profesión para hacerle frente a las
demandas sociales. Hoy el conocimiento se coloca como un alto valor y se
incorpora en el costo del producto y/o servicio terminado.
Una sociedad que posea altos niveles
educativos, tendrá más posibilidades de asimilar con mayor rapidez los cambios
tecnológicos, mostrar importantes resultados en materia de innovación, así como
el logro de mejores niveles de competitividad y productividad, cuestión que
impacta en la disminución de la brecha de productividad- innovación;
eficiencia-producción y en la calidad.
g) Otra
vía necesaria la constituye corregir las desviaciones en cuanto a la formación
de especialidades en los diferentes niveles (superior, técnicos, obreros calificados).
Potenciar las especialidades de obreros calificados y fuerza técnica en
sectores como la agricultura y el sector de la construcción, aunque no son los
únicos, se hace indispensable en las condiciones actuales.
Las propuestas presentadas no se advierten
como solución única a un asunto tan complejo, contradictorio y con disímiles
interpretaciones; las mismas pudieran ser enriquecidas teniendo en cuenta el
contexto y condiciones socio históricas donde se desarrolle este proceso.
Algunos investigadores podrán estar o no de acuerdo con las vías expuestas, sin
embargo, la problemática abordada tiene la intención de poner mayor atención a
este logro de la revolución durante más de 60 años.
Si bien el sistema educacional, y dentro
de éste, la Educación Superior, ha tenido resultados significativos en la arena
internacional y en el país, hay que observar también determinadas desviaciones que,
a tiempo, pueden ser solucionadas y obtener mejores resultados en cuanto a los
beneficios de la población cubana.
Lo planteado conlleva a la estricta observancia
de las vías propuestas y otras, que investigadores, pedagogos, sociólogos y
otros pudieran aportar en función de eliminar o atenuar determinadas
contradicciones, y lograr una mayor justicia social y equidad en el ingreso a
los estudios superiores.
Conclusiones
Acceder a
Referencias
bibliográficas
Álvarez de Zayas, C. (2002). La Pedagogía como ciencia. La Habana: Editorial
Pueblo y Educación.
Blanco, R. (2003). El principio de distribución socialista: De cada cual, según su
capacidad, a cada cual según su trabajo en la etapa actual de la economía
cubana. Trabajo de investigación. La Habana.
Constitución de la República de Cuba (2019). Título IV: Derechos, deberes y garantías.
La Habana: impreso en empresa de Artes gráficas Federico Engels, pp.11-14.
Echevarría, D. y Díaz, I. (2014). Empleo y
territorio: desafíos actuales para la equidad en Cuba. En O. E. Pérez y R.
Torres (comps.), Miradas a la economía
cubana. Desde una Perspectiva Territorial. La Habana: Editorial Caminos,
pp. 83-96.
Espina, M. (2003). Efectos sociales del reajuste económico: Igualdad, desigualdad y
procesos de complejización en la sociedad cubana. La Habana: CIPS.
Espina, M. (2011). Controversia. El Período
especial veinte años después. Revista
Temas (No, 65).
Ferriol, A., Castiñeiras, R. y Gutiérrez, A.
(1995). Política Social: Enfoque y Análisis. En Cuba. Investigación Económica. (No. 3), pp. 11-23.
García, R. (1984). La necesidad de elevar la
eficiencia social de los fondos sociales de consumo en las condiciones de la
construcción del socialismo. Economía y Desarrollo, (No. 81), pp.
47-63.
García, R. (1999). Desarrollo humano,
Justicia social y Período especial. Revista
Contracorriente, (No.15-18), pp. 92-104.
García, R. y Sánchez, R. (2006). Las relaciones
de distribución en el sector socialista. En R. Sánchez et. al., Economía Política en la Construcción del
Socialismo: Fundamentos Generales, cap. 6, La Habana: Editorial Félix
Varela, pp. 158-197.
García, A. (2019). Educación en Cuba: ¿un
gasto o una inversión? Recuperado de http://www.granma.cu/cuba/2019-03-10/educacion-en-cuba-un-gasto-o-una-inversion-10-03-2019-22-03-46
García, C. (2005). Distribución y equidad: complejidad y soluciones en el Período especial.
Ponencia presentada en el Congreso Internacional Universidad y Sociedad, La
Habana.
Marx, C. (1975). Crítica al Programa de
Gotha. La Habana: Editorial Ciencias Sociales.
Partido Comunista de Cuba (2011). Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución. La Habana: Editora Política.
Rosales, S., Esquenazi, A. y Galeano, L.
(2017). La brecha de educación en Cuba con un enfoque de género. Revista Cuba Socialista, V. 158, (No. 1),
pp. 140-151.
Vila, O. L. (2012). Las relaciones de distribución en las condiciones actuales de Cuba (Tesis
de doctorado). Escuela Superior del Partido «Ñico López», La Habana.
Vila, O. L. y Carrillo, C. O. (2016).
Prospectiva para el perfeccionamiento de las relaciones de distribución en el
Consejo Popular Reina del municipio de Cienfuegos. Trabajo de investigación nominado al Premio Nacional de Economía Raúl
León Torras. La Habana.
Witt, N. (1984).
Nuevo curso de la Unión Soviética. Consideraciones sobre la necesidad de lograr
una proporción óptima entre la distribución con arreglo al trabajo (DCAT) y fondos
sociales de consumo (FSC). Revista Cuba
Socialista, (No. 81), pp. 27-42.