Especialización del locutor cubano en los medios masivos de comunicación
Specialization on mass media of the cuban radio host
Autor: José Ramón Cedeño Solanas
Institución: Dirección Provincial de Radio Ciego de Ávila, Cuba
Correo electrónico: jose.solanas@rsurco.icrt.cu
RESUMEN
La especialización profesional del locutor es un fenómeno de interés en la comunicación mediática cubana. El objetivo de este trabajo es analizar las disyuntivas actuales en este campo, mediante la aplicación de métodos teóricos como el histórico-lógico y el analítico- sintético en el nivel teórico, y la entrevista y la sesión grupal en el nivel empírico. Los resultados principales demostraron que la especialización es un proceso positivo en el desarrollo práctico y profesional del locutor.
Palabras clave: Especialización, Locutor.
ABSTRACT
The professional specialization of the speaker is a phenomenon of interest in Cuban media communication. The objective of this paper is to analyze the current dilemmas in this field, through the application of theoretical methods such as the historical-logical and the synthetic-analytic at the theoretical level, and the interview and the group session at the empirical level. The main results showed that specialization is a positive process in the practical and professional development of the speaker.
Keywords: Specialization, Radiohost.
INTRODUCCIÓN
Desde el origen de los medios de difusión masiva, en particular de la radio, existe un fenómeno vinculado de manera especial a la formación, evolución y desarrollo de estos. Involucra no solo al personal artístico responsabilizado con el producto radial, sino que repercute más allá y alcanza a influir en el público receptor.
En la actualidad, la especialización profesional ocupa a gran parte de los artistas, en el caso específico de la locución, es imprescindible detenerse en varias aristas que dan respuesta a determinados dilemas, con necesidad de análisis por parte de los responsables de utilizar la palabra como esencial componente de los códigos o elementos de la comunicación radial.
El locutor y prestigioso estudioso del tema Frank Guevara, en su libro La locución, técnica y práctica nos dejaba ver la problemática cuando apuntaba: «(…) locutor es todo aquel profesional que presenta, narra, describe, informa, anima, conduce, anuncia y despide programas de radio y televisión» (Guevara, 1999).
Más adelante, refiriéndose ya a las especialidades de esta disciplina señaló: « (…) en este punto específico, también existen ciertas interpretaciones que no creemos sean las más correctas por cuanto entrañan un desconocimiento en esencia del trabajo del locutor» (Guevara, 1999).
Se trata, en efecto, de algo dado en el proceso de búsqueda de métodos más eficaces de desarrollar el proceso comunicativo frente a nuestros micrófonos, en medio de la tecnología existente y la dinámica de la vida diaria. La tendencia en los tiempos modernos es designar personas con habilidades para determinados campos de la locución, que no necesariamente la desarrollen de forma integral.
¿Hasta dónde estos propósitos están acordes a los postulados históricos, tradicionales y funcionales de la profesión? ¿Cuánto implica permitir que algo válido como la especialización pase a ser protagonista ante la integralidad del locutor y no esta última base y fundamento de la primera?
Son interrogantes a analizar desde criterios extraídos de las características de la especialidad, con la perspectiva de defender una profesión que nació de la popularidad de la radio y que, por el lugar alcanzado durante su historia, resulta respetada, querida y admirada.
El tema tiene vigencia y es impostergable su inclusión en eventos y foros de discusión, por la importancia que reviste la comunicación mediática. Se carece de investigaciones precedentes en este campo que hacen oportunos la investigación y análisis exhaustivos.
¿Cuántas veces no escuchamos a través de la radio o vemos en la pequeña pantalla a los que se han dado en llamar «comunicadores» que hacen gala de grandes dotes para hacer reír, animar o simplemente resultan simpáticos, con errores de dicción e inadecuaciones léxicas incluidas, y que hacen la función del locutor?
El tema aquí propuesto no está dirigido a los que, como periodistas, conferencistas y otros hacen la función de locutores, estos merecen nuestro respeto y homenaje siempre que utilicen la palabra con propiedad. El análisis parte de la perspectiva de la locución como profesión única y su papel en nuestros medios.
Este trabajo debe valorarse desde la importancia misma de los profesionales de la palabra. Se trata no de un fenómeno aislado, está en juego su papel en nuestros medios masivos de comunicación, se le quiere extirpar de su raíz y esencia, y nos corresponde a nosotros analizar, enfrentar y resolver el problema.
Objetivos
Determinar los antecedentes históricos y la situación actual de la especialización del locutor cubano; así como el valor de esta en el proceso de desarrollo del profesional de la palabra.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente trabajo parte de una investigación exploratoria descriptiva. En una primera etapa se centró en la búsqueda de estudios anteriores relacionados con el tema y la aplicación de los métodos teóricos.
Una revisión bibliográfica exhaustiva mediante el método histórico–lógico permitió conocer la trayectoria real del fenómeno, sus leyes generales de funcionamiento y el desarrollo del proceso de la especialización. A partir de teorías expuestas por sus autores y su condicionamiento por las estructuras mediáticas y sociales en los diferentes períodos históricos, se puso de manifiesto la lógica interna de desarrollo de la especialización y su inserción progresiva en el campo profesional.
El método de analítico – sintético permitió delimitar la función del locutor, qué es la especialización y la influencia de esta última en los medios de difusión masiva; así como las múltiples interrelaciones entre estos.
Una vez realizada la exploración teórica de las fuentes y la búsqueda bibliográfica exploratoria, se estuvo en condiciones de aplicar los métodos del nivel empírico. En primer lugar, fue necesario obtener un conocimiento aproximativo del proceso investigado. Para ello se realizó un grupo de discusión con 7 profesionales de experiencia en el campo de la locución – seleccionados como muestra dentro de la población de 68 locutores de las tres provincias de la región central de Cuba.
Esta técnica cualitativa, de no más de dos horas de duración, incluyó el uso de medios de registro audiovisual que permitieron recopilar el debate abierto, las relaciones entre mantenedor y actuantes, la tendencia a la polarización o diseño y la decantación de las posiciones dominantes. Por último, se apreció a la convergencia o consenso.
Otro método de obtención de información primaria, basado en el planteamiento de preguntas orales o escritas, utilizado fue la encuesta. De esta se derivaron: descripciones objetivas y subjetivas del fenómeno de la especialización, y explicaciones basadas en la experiencia apreciable entre las diversas variables intervinientes.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Para comprender las disyuntivas actuales en el campo de la locución, en lo referido a la especialización de sus profesionales, hay que remitirse de forma obligada a los antecedentes históricos de la profesión en Cuba.
La radio cubana nace en medio de la llamada expansión industrial de los Estados Unidos y como consecuencia de la penetración cultural e ideológica del imperialismo. Es así como a Cuba llegaban en las primeras décadas del pasado siglo, las noticias del nuevo invento: «la radio telefonía», sujeto después a varios nombres entre los que perduró sencillamente el actual: «la radio».
Método tan novedoso de comunicación no podía menos que despertar la curiosidad de los cubanos quienes rápidamente se dispusieron no solo a permanecer como asiduos oyentes de las transmisiones foráneas, sino que se dieron a la tarea de emitir sus propias señales.
En el año 1922 comenzó la llamada etapa artesanal, caracterizada por el surgimiento de emisoras, encabezadas por la pionera 2LC de Luis Casas Romero, donde encontramos las primeras manifestaciones de la que más tarde se convertiría en profesión de miles de hombres y mujeres: la locución. Ahora, ¿quiénes eran las personas, desde el punto de vista artístico, que intervenían en la entonces naciente radio nacional? (Figura 1).
ETAPA ARTESANAL DE LA RADIO
PLANTAS CHIQUITAS EMISORAS MAYORES
(Equipos simples y muy rústicos) (Mayor complejidad técnica)
Los dueños (casi siempre técnicos) Se desagregan funciones.
realizaban todas las funciones y en Surgen las primeras
ocasiones las cedían a familiares, especialidades. Llega el
amigos y parientes. «empleado» a quien se remunera
Surge el «hombre-radio». para «hablar por radio», el
operador, los primeros escritores…
Figura 1 Descripción del personal que trabajaba según el tamaño de las emisoras
.
La complejidad tecnológica de la radio, influyó en la medida en que una sola persona pudiera desempeñar una o varias funciones. A esto se le adiciona que el nuevo medio fue capaz de despertar el interés de algunos para otros fines, y a las transmisiones con propósitos experimentales o eminentemente recreativos se le sumaron: contenidos, los primeros anuncios y otras manifestaciones más serias que obligaron a los dueños a utilizar cada vez más personas en su producción.
La radio era catalogada por los cubanos como: «sensacional, maravilloso milagro...» y en el centro de ella, estaba la figura que frente a los micrófonos amenizaba con su voz las transmisiones, por este motivo el locutor radial fue haciéndose cada día más popular hasta convertirse en una figura reconocida. Aún hoy no logra desprenderse de la imagen ante los oyentes de ser el responsable de todo lo que sucede en un determinado programa y provoca que el resto de los artistas pasen de forma inadvertida.
Las condiciones que se le imponían a la radio difusión a medida que evolucionaba, exigía de los artistas la inclusión en diferentes campos. El locutor, poseedor de las aptitudes naturales que comenzaban a identificarlo ante los demás, ya no se limitaba a animar actividades y presentar espectáculos, típicos de las transmisiones radiales de la época, sino que tuvo nuevos retos.
La necesidad de sostener los gastos de las emisoras determinó la llegada de forma oficial a partir del año 1926 del anuncio radial y como es lógico, debió asumir su lectura como una nueva faceta de su desempeño quien a diario hablaba a los oyentes a través de las ondas hertzianas. Aquellos que mejores lo hacían fueron los acreedores del calificativo que se le otorgara a un profesional de la palabra con un primer indicio de especialización: anunciador oficial.
Luego llegó el interés hacia la radio de otros medios que temiendo quedarse detrás, buscaron la forma de tener su espacio en el éter. Un caso singular fue el de los periódicos de la época que establecieron convenios con las emisoras. A cambio de que fueran publicadas sus programaciones y demás en las páginas de los diarios, se crearon los primeros noticieros radiales basados en las noticias contenidas en las publicaciones.
En los muchos locutores que sobresalieron en el campo de la lectura noticiosa encontramos un segundo rasgo histórico de especialización. Hubo también quienes se destacaron sencillamente por el timbre de su voz, uso de la técnica, interpretación magistral…, estos últimos fueron captados rápidamente por su popularidad y se convirtieron en los llamados «locutores estelares» de emisoras, firmas y demás.
En el largo camino seguido por la radio en Cuba, fueron surgiendo otras facetas para el profesional de la palabra. Imposible dejar de mencionar, por citar un ejemplo, al narrador de novelas, de importante papel en estas gustadas producciones radiales.
Así, con el perfeccionamiento de las formas tradicionales y el nacimiento y consolidación de otras nuevas, la radio dejó atrás la etapa romántica para transitar por las siguientes cargadas también de constante desarrollo. El locutor siempre estuvo presente como vanguardia y dueño de la palabra, armonizador del mensaje, voz del acontecer, protagonista de la magia infinita que despierta en sus oyentes.
Lo hasta ahora expuesto nos deja ver cómo la especialización del locutor fue consecuencia de la aparición de nuevas modalidades dentro de la radio que exigió una variante en su técnica. En la medida que incursionó en estos campos y demostró aptitudes, aceptadas en mayor o menor grado por el radio oyente, este profesional se dedicó a una u otra especialidad.
El hecho de definir y ajustarse a un solo campo dentro de la locución, es un elemento positivo para cualquier profesional. La especialización es un paso de avance dentro de la trayectoria del locutor. Ahora, dónde radica lo errado de la tendencia actual, por qué es tan peligroso y necesita ser rectificada, cómo hacerlo: son algunas de las preguntas a responder.
Especializarse es, según el Diccionario Cervantes, cultivar una rama de una ciencia o de un arte, limitar una cosa a uso o fin determinado. Nos especializamos para profundizar en una de sus partes ya sea porque nos gusta, como se dice habitualmente «nos queda bien» u otras razones, una vez que conocemos de forma integral esa ciencia o arte.
El ejemplo más claro está en la medicina: nadie ejerce una especialidad sin antes graduarse de médico integral. Es por esto que decimos que la especialización parte de la ciencia o el arte madre, no está aislada. Para llegar a una de sus ramas primero se debe conocer el árbol.
El error inicial es considerar locutor a alguien que tenga aptitudes, por ejemplo, para animar y que no domine el resto de los campos de trabajo. Aunque puede existir alguna que otra excepción de una persona que tenga condiciones muy sobresalientes para alguna especialidad, no llegará a ser locutor hasta que no las desarrolle todas, lo cual no provoca cambio en las aptitudes anteriores.
Casi siempre la tendencia actual viola el ciclo lógico de formación del locutor (Figura 2). Una vez que tenemos un individuo que nos manifiesta sentirse atraído por la profesión, o nos despierta cierta sospecha de aptitudes para convertirse en profesional de la palabra, lo primero es hacer una comprobación de esas condiciones, en otras palabras: un muestreo o prueba de aptitud.
INDIVIDUO CONDICIONES
NATURALES PREPARACION
INICIAL DESARROLLO
INDIVIDUAL
ESPECIALIZACION
Figura 2 Ciclo de formación del locutor.
En caso de resultados positivos pasamos a una preparación inicial que puede ser teórica (donde son incorporados los elementos de la lingüística necesarios) o práctica (técnica de la locución). Esta preparación complementa y favorece el desarrollo de las condiciones naturales. Luego la persona transita por todos los campos de la locución y demuestra cuál es más a fin a sus cualidades individuales.
Por último, presionado por esas aptitudes, la aceptación del público o intereses de su medio, accede a la especialización. Independientemente que es difícil esquematizar un proceso tan dinámico y cambiante como lo es la formación de un profesional, he querido representar lo que ocurre en la generalidad.
Es oportuno enfatizar cómo el proceso de especialización es el último en la cadena y no el primero. Si bien la preparación teórica no tiene que necesariamente anteceder a la práctica ni al desarrollo individual sino que puede alterarse el orden (como lo indica la figura 2), cambiar de lugar la especialización traería consecuencias negativas para el locutor.
Otra tendencia actual es restar importancia a los conocimientos de lingüística y a las condiciones básicas para el locutor de voz, dicción e interpretación ante la técnica de la locución (figura 3). Es necesario utilizar el ejemplo inicial para ilustrar esto. Muchos responsables de nuestros programas radiales (o televisivos) buscan para que conduzcan o animen sus espacios a personas con cualidades de improvisación, empatía o bis cómica, sin importar errores de dicción, cualidades de la voz. Esto constituye un error, sin contar el lugar que se le roba al locutor verdadero que sí combina los dos elementos anteriores de una forma armónica.
HABLAR CORRECTAMENTE LO QUE HABLAMOS
Figura 3 En la formación del locutor…
En el fenómeno de la especialización, es oportuno reflexionar además para determinar sus ventajas, limitaciones e importancia desde dos puntos de vista: el que tiene que ver con la comunicación y el organizativo o estructural (Tabla 1).
ASPECTOS POSITIVOS.
FACTORES COMUNICOLÓGICOS |
FACTORES ORGANIZATIVOS |
Mejor resultado en la comunicación al basarse en aptitudes individuales óptimas para el campo que se ejerce. |
Facilita el proceso de selección del elenco para determinada actividad. |
Logra una representatividad del género frente al oyente, quien es capaz de identificar esta cualidad del locutor. |
Permite identificar aptitudes individuales para luego hacer valoración del trabajo. |
Profundización en la técnica de la especialidad, produciendo aportes en muchos casos. |
Profesional apto para impartir conocimientos a otros artistas mediante talleres, cursos. |
ASPECTOS NEGATIVOS.
FACTORES COMUNICOLÓGICOS |
FACTORES ORGANIZATIVOS |
Estrecha la capacidad de comunicación del locutor, ya que esta se desarrolla en un solo campo. |
Limita la posibilidad de utilización del artista en una rama fuera de la suya. |
Impide la formación integral del artista.
|
Crea un desbalance entre cantidad de artistas que se dedican a una rama (puede ocurrir que hayas muchos en una y nadie en otra). |
Fracciona la función y objeto social. Esto posibilita la pérdida de su identidad y una confusión en el concepto de «locutor». |
Permite la utilización de «no locutores» que en realidad se escudan en sus aptitudes para una rama para ocupar el lugar de los reales profesionales. |
Tabla 1: Ventajas y desventajas de la especialización.
El análisis es oportuno de debate por cuanto hay que valorar hasta qué punto los aspectos positivos disminuyen los negativos. Si se hace con justicia y con sentido crítico veremos en la especialización del locutor determinadas ventajas que resultan significativas en ambos órdenes. Estos factores no deben desprenderse de las visibles consecuencias para el profesional de la palabra de hacer un mal uso del fenómeno.
Una vez conocidos estos parámetros de los cuales se derivan algunas de las conclusiones y recomendaciones a exponer, es preciso ubicar el fenómeno de la especialización dentro del desempeño práctico del locutor y los tres elementos que en él intervienen. Cuando el locutor se especializa lo hace en lectura de noticias, animación de actos, narración de novelas…No lo hace en la voz, en fono sintaxis o en inadecuaciones léxicas. Por tanto, la especialización ocurre en la llamada técnica de la locución, o sea, el momento de llevar a la práctica las diferentes funciones.
LOCUTOR
ESPECIALIZACIÓN
Figura 4. Elementos que forman el desempeño práctico del locutor.
CONCLUSIONES
No se puede ver el proceso de especialización como algo opuesto a la conformación de un locutor con facultades para desarrollar todas las especialidades. Nos especializamos como resultado del descubrimiento de aptitudes más idóneas para uno u otro campo de trabajo. Es un fenómeno muy valioso desde el punto de vista de la comunicación y la organización, pero siempre que se desarrolle en el momento preciso dentro de la formación de nuestros profesionales y no se utilice para escudarse ante el desempeño de las demás funciones que dan carácter social a nuestra profesión.
La especialización también es centro de polémica en las evaluaciones artísticas donde se discute si nuestros profesionales podrían llegar a evaluarse en la especialidad donde mejor se desempeñen. Prevalece hoy el criterio de que el proceso evaluativo valora la integralidad del locutor. Mejor resultado obtiene quien domine la técnica lo más cercano posible a las exigencias de cada una de las especialidades. Se trata de cómo ser profesionales con una labor más eficiente, eficaz y efectiva en todos, varios o una de las especialidades de trabajo que caracterizan la función social del locutor. Pensar y actuar de otra forma, contradice los requerimientos, tradición y perspectivas de nuestra profesión.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
López, O. L.: Historia de la radio en Cuba, Ed. Letras Cubanas, Ciudad de la Habana, 1981.
Guevara, F.: La locución, técnica y práctica, Ed. Científico Técnica, Ciudad de La Habana, 1999.
Thompson, J. B.: «La comunicación masiva y la cultura moderna. Contribución a una teoría crítica de la ideología en Revista Versión», Estudios de comunicación y política, Nro. 1, Vol. II, Universidad Autónoma- Metropolitana, Unidad Xochimilco, México 1991. Disponible en www.nombrefalso.com.ar/index.php?pag=100. Visitado el 20 de mayo de 2017.
López Vigil, J. I.: Manual urgente para radialistas apasionados, Artes Gráficas SILVA, Ecuador, 1997.
Mata, M. C.: «La Radio: Una Relación Comunicativa», En Revista Diálogos de la comunicación, No. 30, 1991. Disponible en http://www.dialogosfelafacs.net/76/articulos/pdf/35MariaMata.pdf. Visitado el 12 de septiembre de 2017.
Medina, I.: Desde el otro lado, Ed. Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2000.
Muñoz, J.J. y Gil, C.: La radio. Teoría y práctica, Ed. Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 1990.