REFLEXIONES EPISTEMOLÓGICAS SOBRE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA COMUNIDAD

EPISTEMOLOGICAL REFLECTIONS ON PHYSICAL ACTIVITY IN THE COMMUNITY

Autores: Ortelio Quintero Gómez

Niurka Elena de la Torre Vázquez

Modesta Mayo Abraham

Institución: Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, Cuba

Correo electrónico: ortelio@unica.cu

Resumen

En el presente trabajo se fundamenta la necesidad de realizar cambios epistemológicos significativos en la concepción del proceso de la Actividad Física Comunitaria mediados por los procesos de reflexión-teoría-reflexión, profundizando en la concepción teórica del conglomerado de relaciones sociales generadas en el contexto de la comunidad y sus tendencias históricas. Estos urgentes cambios obedecen al actual desplazamiento que se está produciendo desde los fundamentos epistémicos de la Actividad Física Comunitaria hasta la actuación articulada de los actores locales en sus programas para el mejoramiento de la comunidad, desplazamiento que permite desmontar la práctica social empleada por los actores locales para la articulación entre ellos, dentro del proceso y la proyección de espacios de aprendizajes desde el conocimiento de la acción-reflexión-acción para que surja una práctica transformada.

Palabras clave: Actividad Física, Comunidad.

ABSTRACT

In this work, the need to make significant epistemological changes in the conception of the process of Community Physical Activity mediated by the processes of reflection-theory-reflection is grounded, deepening the theoretical conception of the conglomerate of social relations generated in the context of the community and its historical trends. These urgent changes are due to the current displacement that is taking place from the epistemic foundations of the Community Physical Activity to the articulated action of the local actors in their programs for the improvement of the community, displacement that allows dismantling the social practice employed by the local actors for the articulation between them, within the process and the projection of learning spaces from the knowledge of the action-reflection-action so that a transformed practice emerges.

Keywords: Community, Physical Activity

INTRODUCCIÓN

Los avances epistemológicos que hoy tienen lugar en el mundo académico sobre el desarrollo de la comunidad y el trabajo comunitario en el contexto de transformaciones de la Cuba de hoy demandan de la integración de fuerzas, de vínculos entre los pobladores más allá de la simple relación entre estos, exigiendo de estructuras sociales relacionadas con objetivos comunes en el modo de pensar y actuar, sostenidas en un sistema de interacciones en el espacio ocupado, pertinentes con herramientas metodológicas específicas para orientar procesos de desarrollo.

Por tanto, se puede afirmar que la actividad física en la comunidad presupone la construcción de relaciones cuyas dinámicas que condicionan las visiones de cada espacio territorial, demandas y expectativas que los miembros de la comunidad revelan en su desarrollo histórico; por lo que, su compromiso con ella y la integración de sus fuerzas permite no desvirtuar sus propósitos y sistema de relaciones.

Desde esta perspectiva en cada escenario social, la actividad física evidencia significados y expresiones de sus demandas, ya sea innata y/o unida a la evolución humana, adquiriendo formas y matices dirigidos a la utilidad, supervivencia, expresiones lúdicas, artísticas y deportivas que adquieren importancia en la vida de los pueblos y de los diversos grupos asentados en las comunidades, de ahí la variedad de manifestaciones revelada por Martínez de Osaba (2009) en su obra científica Cultura Física y Deportes: Génesis, Evolución y Desarrollo. (Hasta la Inglaterra del Siglo XIX) la cual es aceptada por los autores al fundamentar epistemológicamente su evolución basada en las siguientes etapas:

Ø  la necesidad de ejercitación física en la comunidad primitiva, como medio de subsistencia para enfrentar las fuerzas de la naturaleza y su sustento alimenticio.

Ø  la actividad física destinada a la preparación militar, educativa, higiénica, de defensa personal, formación de hábitos utilitarios y con fines recreativos en las culturas del Oriente Antiguo.

Ø  su orientación a la educación integral de los ciudadanos en instituciones como: la escuela, la palestra, y el gimnasio, expresión de la actividad física institucionalizada en la Grecia Antigua.

Ø  los ejercicios físicos con fines militares o forma de recreo, dirigidos a la ocupación del tiempo libre en la época feudal.

Ø  las concepciones humanistas y renacentistas de la actividad física con carácter educativo para preservar la salud y desarrollar habilidades en la Europa de los siglos XV al XVIII.

Ø  los juegos y tradiciones aborígenes, absorbidos posteriormente por los colonizadores en América.

Estas manifestaciones de la actividad productiva, física y espiritual se entremezclan, aunque no estructurada en la formación de las costumbres, conductas y determinación de los rasgos del carácter de los hombres en la sociedad.

Teóricamente en Cuba, el enfoque de la actividad física comunitaria ha trascendiendo lo puramente metodológico para adentrarse en su sentido formativo, en la medida que responde a las necesidades e intereses de los pobladores de cada contexto, de ahí sus enormes potencialidades encaminadas al incremento de la competencia social en función de la solución de los problemas. En la actualidad este tema ha sido objeto de análisis por diferentes investigadores Toro (2004), Ruiz (2006) y Navarro y Paz (2008) que han insistido en la formación y desarrollo de hábitos, habilidades del movimiento corporal y capacidades físicas que contribuyan a: el desarrollo físico, la formación integral, la satisfacción espiritual y la salud de las personas, la formación de hábitos y conductas de vida saludables que propicien un intercambio positivo entre los miembros de la comunidad, pero aún es insuficiente el tratamiento en la transformación de los modos de actuación responsables de los pobladores en el escenario comunitario por medio de su participación en los programas desarrollados mediante la actuación articulada de los actores locales.

Esta perspectiva tratada por los autores anteriormente citados evidencia la articulación entre el componente educativo, la formación integral y la formación de hábitos y conductas de vida saludables, esencialidades de la orientación didáctica de la actividad física apoyada por la conexión entre las formas organizativas, las instituciones educacionales, los proveedores de los servicios de salud, los colectivos laborales y los propios individuos, con el objetivo de multiplicar los actores locales y sus nexos con la comunidad.

Además, concretamente en el orden endógeno hoy en Cuba existen otras dificultades, que han retrasado tanto la difusión como la aplicación de los programas de la actividad física comunitaria. Los resultados obtenidos reportan una inadecuada posición de los actores locales y entre sus posibles causas se declaran:

Ø  en los documentos normativos del proceso de la actividad física en la comunidad existen indefiniciones con respecto al papel responsable de los actores participantes y a las funciones a desempeñar en este proceso.

Ø  los programas de la actividad física carecen de indicaciones que conduzcan a que los actores locales se integren de manera sistémica junto a las estructuras de la comunidad como componentes de su articulación.

Ø  en los programas de formación de los actores locales comunitarios no aparecen reflejados con profundidad su relación con los programas de la actividad física.

Ø  las necesidades manifiestas por los actores locales sobre el particular, en función de trabajar la articulación en la práctica, no se han determinado y, por tanto, no se han atendido.

Ø  la preparación para elaborar, implementar, armonizar intereses y construir consensos es limitada en los actores locales, lo que demuestra que no se ha superado el obstáculo del sectoralismo en el ámbito local.

El análisis epistemológico del objeto plantea un acercamiento a la necesidad de planificar y sistematizar las acciones sobre la comunidad desde el punto de vista de la Actividad Física Comunitaria (AFC), referentes inmediatos encontrados en los estudios realizados por: Gómez (2006), aporta un enfoque social a la teoría de la Cultura Física en los profesionales mediante la educación comunitaria; Torres (2009), potencia una posición de intervención por programas de orientación en la actividad física en la comunidad; Pérez (2006) formula la atención a los programas de la actividad física en las comunidades mediante el diseño de la Maestría de Amplio Acceso de Actividad Física en la Comunidad para mejorar la calidad de vida de la población; Navarro y Paz (2008) diseñan los programas de actividad física con énfasis en la estructura y la dosificación de los contenidos y Cotelo (2015) se refiere a la dinámica del proceso de formación del profesional en el contexto comunitario. Sin embargo, sus aportaciones teóricas y prácticas evidencian la necesidad de activar la actuación articulada, la mancomunidad de esfuerzos y la cooperación entre sectores que garanticen su éxito en la comunidad.

Las reflexiones epistemológicas tienen el propósito de dotar a la comunidad universitaria de los conocimientos más actuales para que el proceso de reflexión-teoría-reflexión conlleve a una práctica transformada en el contexto local la comunidad.

DESARROLLO

El juego y el deporte son en el hombre necesidades fisiológicas, cuanto más vive este en contacto con la naturaleza. Estas necesidades se manifiestan por alternar en la vida los actos de utilidad inmediata con los del placer desinteresado de ejercitar el cuerpo con un sentido educativo y estético.

Para entender desde cualquier posición la actividad física en Cuba es importante comprenderla desde su práctica, mediante la cual se puede transformar la sociedad, asumida como uno de los principales propulsores del desarrollo social. El análisis histórico tendencial de este proceso se inicia a partir del año 1901, transitando por dos etapas: la primera, desde 1901 a 1959, caracterizada por la exclusión social y el profesionalismo y una segunda, desde 1959 hasta la actualidad, con una concepción basada en el enfoque inclusivo y participativo. El análisis de cada etapa permite identificar los acontecimientos que han contribuido a proporcionar su valor social en la época actual según las investigaciones de los autores.

Primera etapa (1901-1959), exclusión social y el profesionalismo.

Los inicios del siglo XX en Cuba se destacan por la presencia de los gimnasios, creados durante el siglo anterior y resultado de los estudios de medicina realizados por jóvenes cubanos en Francia, cuyos conocimientos trasladaron a nuestro país. Estas instalaciones no se crearon solamente en la capital, sino en Cienfuegos y Matanzas, lo que no significó que las masas populares se beneficiaran de ellas; no obstante, su influencia dentro de la juventud facilitó la sistematicidad en la práctica deportiva y la aparición de deportes como: béisbol, baloncesto, voleibol, atletismo, esgrima y fútbol en una etapa posterior.

En el 1902 se extiende a la Habana una sucursal de la Asociación de Jóvenes Cristianos que tenía su fuerza principal en Inglaterra y los Estados Unidos con una labor centrada en el ejercicio físico, su presencia había sido notada con la introducción del baloncesto, la difusión del béisbol, el atletismo, la gimnasia, los deportes náuticos y la creación de clubes entre los que se destacan la fundación del Habana Yacht Club y Vedado Tenis Club, los cuales dan notable impulso al tenis y al inicio de las sociedades deportivas en Cuba, así como a la expansión de los deportes, negocio con carácter exclusivista de discriminación racial y de género.

La Dirección General de Deportes creada en 1938, tuvo como responsabilidad la organización y propagación de los diferentes deportes; sin embargo, por causa de la escasa ayuda de los gobiernos de turnos no pudo acometer un amplio plan de construcción de instalaciones deportivas y celebrar competencias con carácter popular, al no poder vencer el obstáculo del exclusivismo deportivo de los clubes.

Durante la etapa, el acceso a las manifestaciones físico deportivas es limitada a determinados sectores de la población, pues no existe el deporte masivo, prevalece la práctica deportiva dentro de instituciones dirigidas a la clase privilegiada, poseedora de los recursos económicos y el poder político, la que se beneficia de la explotación indiscriminada de las facultades físicas del deportista.

Las instalaciones deportivas y los medios para su práctica están solo al alcance de los grupos minoritarios que crean espacios en clubes para satisfacer las necesidades de determinadas prácticas, existe la discriminación racial y de género, mientras los gobiernos dan prioridad a la constitución de los llamados Club de Cazadores en todas las provincias, forma de recreación de la clase dominante. Se desatienden las solicitudes de la población de crear espacios con condiciones para la práctica de los deportes, pues solo tiene acceso a estas el dos por ciento.

En las zonas rurales vinculadas a la actividad económica de la industria azucarera y en los bateyes de los ingenios se practica el béisbol, principal distracción para sus pobladores, condicionado por la espontaneidad y bajo su propia organización, a los que se suman los torneos y las peleas de gallos. Se acentúa en estas prácticas la tendencia al profesionalismo, la discriminación y la estratificación de las prácticas deportivas.

Del análisis de la etapa los autores piensan que existe como tendencia en su comportamiento el desarrollo de la práctica deportiva y de educación física vinculada al sistema político, económico y social imperante, limitada a las minorías privilegiadas en el acceso a las instalaciones deportivas, los clubes y escuelas, hacia la práctica por las masas populares del béisbol y los juegos tradicionales en los barrios y bateyes azucareros, con limitaciones en la implicación de las autoridades locales en su desarrollo.

Segunda etapa (1959 hasta la actualidad), la concepción de la actividad física con un enfoque inclusivo y participativo.

Se parte que el triunfo de la Revolución cambió el panorama de la actividad física en Cuba, la creación del INDER en la gestión de las actividades deportivas y recreativas en la comunidad y el vínculo entre la actividad física y la sociedad por su carácter social, abierto, no elitista; se instituye como una verdadera red dinámica de interacción social, son aspectos que consolidan la institucionalización de la AFC estructurada jerárquicamente en relación con los diferentes niveles de organización estatal y la división político-administrativa, cuestión fortalecida con la creación de los órganos del Poder Popular y la atención de las autoridades locales a los espacios para la práctica de los deportes, la recreación y la educación física.

De 1959 a 1979 es un período de transformaciones básicas del proceso de atención socio deportivo a la comunidad. En esta etapa se asientan los verdaderos orígenes de la AFC en Cuba, cuando comienzan a producirse profundas transformaciones políticas, económicas y sociales, que en breve tiempo dan a las mismas un carácter socialista y que tendrían como base un marcado cambio en la formación del profesional de la Cultura Física 1979–1984: período de ampliación del proceso de atención socio deportiva a la comunidad.

En 1979 se creó una institución que sería el centro de la AFC, los combinados deportivos, que contribuirían al desarrollo del deporte, la atención a la captación de talentos deportivos y las actividades recreativas, más aún no se lograba una marcada atención al desarrollo de la actividad física en el tratamiento de algunas patologías.

Es a partir de 1984 que se fortalece la atención a la actividad física comunitaria en la solución de problemas colectivos de salud, con la puesta en práctica de la experiencia del médico y la enfermera de la familia, en esta fecha se inicia la aplicación de la Cultura Física Terapéutica en Cuba, la cual se desarrolla con dos sentidos: uno como trabajo profiláctico, evitando el surgimiento de algunas enfermedades y el mantenimiento de la salud y otro, con el uso del ejercicio físico terapéutico como medio fundamental de reducir los riesgos de determinadas enfermedades.

Se caracteriza esta etapa por la concepción de la actividad física con una proyección inclusiva y participativa como proceso para aproximarla a los lugares de residencia de la población, la creación de instituciones como: los CVD, CD y la red de centros formadores de profesores de esta área del conocimiento, que cumplirán varias tareas: el cuidado de la población comunitaria, el diseño de programas para la atención a la salud, el cuidado a la dinámica demográfica y la concepción de una educación para la vida saludable desde lo individual, familiar y comunal, aunque con limitado reconocimiento de los programas, los beneficios que aportan a la salud y el necesario vínculo actividad física y actores locales como elemento integrador en la comunidad.

En general, el análisis posibilita establecer que el proceso de la AFC ha transitado desde la institucionalización con énfasis en su carácter social y la creación de nuevos ámbitos para la diversificación de los espacios, hasta la atención de la población mediante sus programas; no obstante, se reconoce la necesidad que los actores locales comunitarios no solo entreguen los servicios que son propios de ellos, sino que de manera articulada atiendan las necesidades sociales o prevengan problemas que tienen complejas, diversas y relacionadas causas en sus orígenes.

Para abordar el papel a desempeñar por la Universidad en el proceso de la Actividad Física Comunitaria (AFC) es importante analizar conceptualizaciones relacionadas con el proceso de construcción colectiva de los modelos gestados en la comunidad sobre la base de diferentes interacciones de actores, con una apropiación social del conocimiento y de sus impactos económicos y productivos, como factor decisivo en las transformaciones sociales.

Los autores consideran que los contenidos conceptuales y el proceso, estará determinado por la participación y el poder ejercido por cada actor local, los cuales ocupan posiciones diferentes en la estructura de poder y en el acceso a los recursos, con intereses frecuentemente contrapuestos que solo la integración podrá viabilizar.

La realidad de las comunidades y su modelo de desarrollo es objeto de numerosas investigaciones; en Latinoamérica Arocena (1995) y Giorgio Solfa, (2012) reconocen que no existe un modelo único de referencia para las comunidades; sin embargo, dos elementos forman parte de su noción: "la identidad local y el territorio"; por consiguiente, el contexto debe ser abordado como el espacio donde se manifiesten los actores fundamentales identificados como: la familia, la escuela, los medios, las empresas y las universidades.

En Cuba, la comunidad es un territorio organizado donde se conjugan las dimensiones económica, social, ambiental y cultural, argumentos considerados en el diseño de iniciativas en localidades urbanas y rurales con notables impactos; se destacan las desarrolladas en los territorios de: Yaguajay, Mella, Contramaestre, Placetas, Jatibonico, Fomento, Manicaragua, Martí y Pinar del Rio con la convicción que un modelo para el desarrollo social de la comunidad es resultado de una elaboración basada en la diversidad de cada localidad con la asesoría y participación de la universidad de cada territorio.

Las investigaciones de Lazo (2002), Limia (2004), Guzón (2006) y Becerra (2008), se enfocan en temas comunes presentes en todas las experiencias generalizadas en el contexto local y que los autores de la presente investigación deducen son importantes para analizar la perspectiva de la AFC en el contexto local:

Ø  el protagonismo de la universidad en los programas de la AFC.

Ø  una visión de desarrollo fundamentado en el ámbito local.

Ø  necesidad de crear un Grupo Gestor como instrumento de apoyo a la toma de decisiones.

Ø  énfasis en la capacitación sistemática para facilitar los cambios de mentalidad necesarios y utilización de las capacidades locales.

Ø  consolidación del complejo de actores locales y las interrelaciones entre ellos.

Ø  importancia de los agentes externos, impulsores de la gestión innovadora y tecnológica del territorio.

Ø  El concepto de desarrollo se orienta al impacto social de su auto-transformación

Es de destacar las investigaciones que aportan al desarrollo de las comunidades basado en la gestión de la capacitación, la integración y la participación social, las que retoman la problemática de las “alianzas de las hélices” donde intervienen la calidad de vida y el desarrollo sostenible; la gestión tecnológica y la gestión medioambiental, así como la gobernabilidad con incidencia en la sostenibilidad de las prácticas participativas, desarrolladas desde las universidades y que incluyen la visión de múltiples emprendidas por Quiñones (2005), Boffill, Reyes y Salazar (2009) y Artigas (2014).

Estos criterios le permiten reflexionar en el protagonismo de los proyectos de investigación de las universidades para emprender la diversidad de procesos desarrollados en la comunidad y en la necesidad de establecer un orden jerárquico para integrar habilidades, conocimientos y valores en el quehacer comunitario, distinguir la integración social comunitaria producto de la vinculación social, la colaboración y coordinación comunitaria y añadir nuevos métodos y estilos de trabajo en los procesos de la AFC que se desarrolla en cada contexto local.

Objeto de investigación son los Centros de Estudios Comunitarios adscriptos a la Educación Superior de cada territorio, para alinear las demandas de las comunidades con el perfeccionamiento en la gestión de sus procesos, en los se incluye la AFC, según se detalla en la tabla 1.

Las investigaciones de los Centros de Estudios permiten asegurar a los autores que en Cuba, la comunidad tiene una labor importante como escenario de participación de los ciudadanos entendida en su sentido más integral, no solo como respuesta a la movilización, sino intervención activa en todo el proceso social, desde la identificación de necesidades, la consecuente definición y formulación de políticas hasta la ejecución, pasando por la implementación y control del desarrollo de la actividad física en torno a dichas políticas, con proyectos dirigidos por las universidades.

Tabla 1 Aporte de los Centros de Estudio

 

Centros de Estudios

Principales Aportes

Universidad Central de Las Villas

Aporta el autodesarrollo comunitario, la acción transformadora real de la comunidad como un proceso de crecimiento en salud donde la participación y la cooperación son cada vez más conscientes.

Universidad de Las Tunas

La reflexión acción para reforzar el componente educativo de la comunidad y enriquecer las Zonas de Contacto Interacciónales de Potencialidades Comunitarias (ZOCIPC).

Centro de Estudios de Dirección y Desarrollo Local de la Universidad de Granma

El desarrollo sociocultural de las comunidades y de la AFC y el deporte en las montañas con integración e interdisciplinaridad, en función del desarrollo social sustentable.

Centros de estudio de la Universidad de Holguín

Despliega su actividad científica relacionada con la actividad física terapéutica en la comunidad.

Centro Memorial Martin Luther King (CMMLK)

Construir, por medio del trabajo grupal contextualizado relaciones sociales sustentadas en el protagonismo popular, el diálogo entre el saber científico y el saber popular, la comunicación horizontal, el respeto a la diversidad y la asunción de valores como la solidaridad, la equidad y la justicia social en las prácticas cotidianas.

Centro de Desarrollo Local y Comunitario (DEDEL)

Exhibe positivos resultados científicos-técnicos, introducidos en la práctica social con énfasis al desarrollo sostenible e integral de las comunidades.

Centro de Investigación Científica del Deporte

Dirige sus investigaciones al desarrollo del Deporte para Todos desde una dimensión sostenible y ambiental en las comunidades.

 

El Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación de Cuba (INDER)

expone en el Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica (SCIT) (1998, p:2) su posición con relación a la actividad física en la comunidad al plantear “(…) la actividad física es manifestación plena del mejoramiento físico y espiritual del pueblo cubano”; así mismo lo revelan Paz (2003) y Montero (2008), cuando despliegan los fundamentos teóricos de la Cultura Física en Cuba y el Sistema Organizativo de la Cultura Física y el Deporte, interpretaciones que a criterio de los autores trascienden desde atender las demandas de la actividad física coherente con las condiciones reales y las necesidades de las personas implicadas mediante el desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica, enfocada al desarrollo de la comunidad, hasta su consolidación en la práctica por medio de la interacción hombre-actividad física, donde coexisten la intención, el objeto, el sentido y la acción para desentrañar la naturaleza del proceso en la comunidad.

En la realidad se produce una coexistencia de diferentes lógicas de actuación en el ámbito de la AFC, como resultado de las investigaciones de Sosa (1999), Fulleda (2004) y Torres (2009) con una noción de educación permanente de la población para el empleo de su tiempo libre; todo ello con una concepción sistémica de la recreación, para la práctica de actividades lúdico-recreativas, deportes recreativos y del espectáculo deportivo, orientado el desarrollo del trabajo comunitario participativo, con la intención marcada de propiciar el autodesarrollo y la preparación

teórico-metodológica de los profesionales, sin embargo, se ha constatado que aún prevalece una concepción orientada a la recreación física limitada a la sistematización de una cultura de intervención de las estructuras comunitarias en la solución a problemáticas del ámbito.

Si se tiene en consideración el insuficiente tratamiento de la actividad física y sus programas en el contexto de la comunidad, se comparten los criterios emitidos por Navarro y Paz (2008) al referirse a un modelo de AFC dirigido a la promoción de salud, estimulando en la población cubana de todas las edades la práctica de actividades físicas con un carácter educativo en la formación de estilos de vida saludables, organizado por programas con una dinámica diferente en la que se transita entre la teoría y la formación práctica comunitaria para convertir a cada comunidad en una infinita área de actividad física y salud, aunque en su sustento teórico y metodológico no es suficientemente tratado considerar a la universidad y su trabajo científico para alcanzar la producción social de los servicios deseados.

Los autores valoran de positivos los resultados prácticos derivados de las investigaciones de la Maestría de Amplio Acceso de Actividad Física Comunitaria con orientación en la población comunitaria de la salud y bienestar mediante el tratamiento metodológico de los diversos programas que actúan en cada contexto.

Los referentes anteriores permiten hacer énfasis en la importancia de dirigir el proceso hacia todos los sectores (residencial urbano, sectores residenciales urbanos con características especiales, sector laboral, sector rural y de montaña y los servicios de actividades físicas recreativas para el sector escolar) para construir una dinámica entre los fundamentos organizativos de los programas y sus indicaciones metodológicas; sin embargo, se ha constatado que los fundamentos teóricos para su implementación en el medio social son limitados al no describir la actuación de los representantes de las estructuras de la localidad y sus vínculos para alcanzar los objetivos deseados en la organización, planificación y ejecución de estos.

Después de analizadas las aportaciones de las investigaciones, y de las indicaciones para la concepción didáctica metodológica de la AFC, se ha podido interpretar su aproximación a la teoría y la necesidad de su abordaje basada en los supuestos siguientes: apropiación de la teoría de la AFC a partir de la praxis del Sistema Organizativo de la Cultura Física y el Deporte, valoración de las esencialidades de la recreación física y el deporte en el contexto comunitario y su

aporte socio cultural a la comunidad para que emerja un nuevo conocimiento, asunción desarrolladora del desempeño de los actores locales comunitarios como condición para la transformación de la AFC.

Los supuestos se asientan en criterios metodológicos que derivan en la actuación articulada de los actores locales, resaltando la visión contemporánea desde una perspectiva participativa.

CONCLUSIONES

La AFC en Cuba inicia su desarrollo a partir de 1959, cuando se emprende el proceso de creación de condiciones para iniciar un verdadero movimiento popular en la educación física y los deportes. La creación del INDER con la función de organizar, dirigir y orientar la actividad física en todas las áreas, consolida las aspiraciones de los cubanos arrastradas desde antes de 1959 y que se concretan en el acceso a las instalaciones deportivas y el disfrute de una práctica saludable, desechando así la exclusión social.

Las premisas y requisitos para el trabajo comunitario que aquí se sugieren, junto a otras ideas y nociones esbozadas permiten construir los fundamentos epistemológicos (solo como punto de partida teórico) de la actividad física y sus programas en la comunidad.

Las expresiones de la AFC y sus programas presuponen un modelo con articulación de actores locales y participación social como componente esencial del proceso, con interdependencia entre los factores que se distinguen para alcanzar las buenas prácticas en la realidad de la comunidad.

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