Peñate, J.I.; Arroix, T.; Jiménez, M.P. y Galano, E.

Reflexiones epistemológicas sobre los hitos fundamentales…

Pág. 148-160

Recibido: 26/06/2022  Aceptado: 30/08/2022  Publicado: 30/09/2022

Universidad & ciencia

Vol. 11, No. 3, septiembre-diciembre (2022)

ISSN: 2227-2690 RNPS: 2450

https://revistas.unica.cu/uciencia/index.php

REFLEXIONES EPISTEMOLÓGICAS SOBRE LOS HITOS FUNDAMENTALES EN LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO CIENTÍFICO

EPISTEMOLOGICAL REFLECTIONS ON THE FUNDAMENTAL MILESTONES IN THE EVOLUTION OF SCIENTIFIC THOUGHT

Autores: Juan Ismael Peñate Hernández1

https://orcid.org/0000-0002-0812-4089

Tahimi Arroix Jiménez1

https://orcid.org/0000-0002-4736-5264

Marilyn Paula Jiménez Vega1

https://orcid.org/0000-0001-6661-9859

Evangelio Galano Rodríguez2

https://orcid.org/0000-0002-6563-435X

Institución: 1Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, Cuba

2Centro Universitario Municipal de San Antonio del Sur, Guantánamo, Cuba

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RESUMEN

El pensamiento científico es una forma de enfrentar la vida desde los fundamentos filosóficos que se corresponden con el desarrollo de la sociedad. El trabajo refleja la evolución que ha tenido este tipo de pensamiento en el devenir histórico donde ha desempeñado un destacado rol la práctica social; la revisión de diferentes trabajos hizo posible en lo epistemológico señalar los hitos de la evolución del pensamiento científico. El análisis de la evolución del pensamiento científico desde la óptica filosófica tiene en su centro la relación sujeto objeto el que se encuentra vinculado al contexto histórico y mediado por la práctica social lo que se manifiesta dialécticamente en las formas de pensar.

Palabras clave: Fundamentos filosóficos, Pensamiento científico, Práctica.

ABSTRACT

Scientific thought is a way of facing life from the philosophical foundations that correspond to the development of society. The work reflects the evolution that this type of thought has had in the historical evolution in which social practice has played an outstanding role; The review of different works made it possible epistemologically to point out the milestones in the evolution of scientific thought. The analysis of the evolution of scientific thought from the philosophical perspective has at its center the subject-object relationship, which is linked to the historical context and mediated by social practice, which is manifested dialectically in ways of thinking.

Keywords: Philosophical foundations, Practice, Scientific thought,

INTRODUCCIÓN

El vertiginoso desarrollo alcanzado por la humanidad en las últimas décadas ha impuesto la necesidad de procesar un creciente volumen de información de diferentes ciencias como resultados de las investigaciones que están aportando conocimientos al acervo cultural del hombre lo que requiere de una nueva forma de actuar frente a esta realidad. Esta avalancha de conocimientos científicos ha devenido un reto para todos y en especial a la filosofía.

Autores como Pérez y Gardey (2008); Moncada (2019), abordan como el desarrollo activo del pensamiento transformador del hombre en la lucha por adaptarse y transformar el mundo circundante, estas relaciones sujeto - naturaleza y sujeto - sujeto vino a ser la base para el desarrollo del pensamiento científico.

Investigadores como: Micheli y Iturralde (2016); Santillana, (2017) se refieren indistintamente al pensamiento científico y sus características, así como las posibilidades de formarlo desde horas tempranas. Aunque reconocen el papel que juega la práctica en este desarrollo.

Autores como Castellanos (2000); Castro (1960); Lenin, (1976) y Pla (2007) permiten brindar los fundamentos en el orden filosófico del papel que jugó y juega la práctica social como mediadora en el desarrollo del pensamiento científico.

En este sentido en hora temprana del proceso revolucionario cubano el comandante en jefe sentenció: “Cuba tiene que ser un país de hombres de ciencia (…) también hombres de pensamiento”. (Castro F. 1960, (s.p) como se aprecia las bases para el desarrollo de un país están en la ciencia, pero aparejado a estos hay que desarrollar la sostenibilidad en el tiempo teniendo en cuenta la relación hombre – mundo fuente inagotable del conocimiento, en este sentido juega un papel de suma importancia cultivar los valores humanos y un pensamiento científico para enfrentar las nuevas tareas.

El pensamiento científico es una forma de abordar los problemas de la vida por el hombre en sociedad y su desarrollo está estrechamente ligado al decursar histórico social en lo cual tiene un rol de primer orden la práctica. Ya en las sociedades clasistas y con el desarrollo de las fuerzas productivas se comenzaron a cuestionar, cómo era que los seres humanos se apropiaban del conocimiento, cuál era la fuente primaria de esos conocimientos, cómo se puede explicar la apropiación de esos conocimientos.

En análisis de los fundamentos filosóficos en el desarrollo del pensamiento científico se empleo el método lógico –histórico para la búsqueda de lo lógico en lo histórico dado ya que este tema ha evolucionado en el tiempo y permitió establecer algunos momentos cumbres en el desarrollo del mismo. El método analítico sintético permitió descomponer en parte los documentos trabajados y después de este proceso poder sintetizar lo que se presenta.

Para el desarrollo del artículo tendremos en cuenta los siguientes ítems:

En la investigación tiene por objetivo: Analizar la relación sujeto objeto vinculado al contexto histórico valorándose la dialéctica en las formas de pensar del hombre que deviene en un pensamiento científico.

DESARROLLO

El pensamiento científico en las sociedades precapitalistas

Las actividades que el hombre realiza en su quehacer diario se van diferenciando de acuerdo con la profundidad que se asume para realizar la actividad práctica transformadora; asumiendo los criterios de los investigadores Pérez y Gardey (2008) que él: “ser humano piensa para realizar cualquier tipo de actividad, desde las más sencillas y cotidianas (…) la diferencia entre el pensamiento cotidiano y el pensamiento científico radica en la profundidad y en los niveles de abstracción” (s.p), lo que ha hecho posible un mayor desarrollo de sus conocimientos.

Similar criterio tiene lo planteado por Moncada (2019) donde hace mención a:

La naturaleza humana se caracteriza por esa necesidad de conocer el mundo que lo rodea, esa exigencia por comprender e intervenir en las realidades con el fin de generar una mayor adaptabilidad y facilitar el modo de habitar y existir en el mundo. Es así, como desde sus inicios el hombre de forma perentoria ha estudiado los diferentes fenómenos con los que cohabita el mundo, hasta el punto de representar y dar sentido a la naturaleza a través del conocimiento. (s.p)

Este espíritu trasformador como elemento activo en la relación hombre naturaleza fue lo que permitió la desintegración de las comunidades gentilicias, donde un grupo de personas pasaran a formar la élite dedicándose a pensar mientras otros trabajaban.

La inquietud por conocer y comprender el universo, es el germen del pensamiento científico, que ha existido en nuestra especie desde sus inicios. Por eso hubo grandes practicantes de lo que en la Antigüedad se conocía como “Filosofía”, o “Filosofía natural” y que es el precursor directo de la ciencia moderna.

Las culturas orientales, entre las que se destacan China, India, Mesopotamia, Egipto y el mundo árabe en general desarrollaron grandes aportes en diferentes campos del conocimiento lo que se expandió por todo el Asia Menor y más tarde pasó a formar parte de la cultura occidental a través de la Grecia Antigua

Retomando lo planteando por Pérez y Gardey (2008) en el siglo VII y VI A.N.E tuvo lugar en Grecia uno de los movimientos intelectuales más poderosos de todos los tiempos que encabezaron los filósofos de los períodos presocrático, clásico y helenístico, que generó un cambio rotundo en el mundo de entonces y estableció las bases del pensamiento científico. Este acontecimiento consistió en pensar el mundo con una manera revolucionaria que apuesta por la razón como el instrumento del conocimiento y de dominio de la realidad.

Más tarde, en la Edad Media se fusionaron los avances realizados por las culturas orientales con los avances logrados por el mundo helénico, pero se produce un retroceso del conocimiento científico, las que se identifican con el valor exagerado de la teología sobre la razón, que se ocupa en pensar solo lo relacionado con Dios. Con el renacimiento entre los siglos X y XIII, hubo una renovación del pensamiento y se estableció la reflexión basada en la argumentación y la razón lógica.

Según los investigadores Pérez y Gardey (2008) con el Renacimiento se sentaron las bases para el estudio de la verdad como proceso objetivo que se expresa a través del conocimiento y la práctica en la ciencia con el uso del método científico; el cual se basa en una serie de pasos: recopilación de hechos, comprensión de los hechos a través de leyes, formulación de hipótesis a fin de explicar lo sucedido, comparación de los resultados experimentales con los esperados en la hipótesis desarrollada y la predicción de nuevos hechos.

Según los criterios de Plá León (2007) el problema del conocimiento en la filosofía moderna, tiene su partida de nacimiento en la obra del francés Renato Descartes (1596-1650), que tuvo el mérito de replantear para la filosofía ideas materialistas de la física y de todas las ciencias naturales que habían perdido en todo el largo transcurrir de la Edad Media. Sujeto (quien conoce) y objeto (lo que se conoce) vienen a plantearse por él como los términos contradictorios que conforman el problema del conocimiento. ¿De qué manera puede el sujeto “atrapar” al objeto? ¿Qué características le sirven al objeto para darse a conocer al sujeto? ¿En qué punto se identifican sujeto y objeto? Sobre estas preguntas empiezan los filósofos discrepar desde lo epistemológico.

El pensamiento científico entre los siglos XVI al siglo XIX

De los siglos XVI hasta mediado del XIX con el surgimiento del marxismo, los filósofos se movieron en la explicación de la relación sujeto – objeto en la apropiación del conocimiento, entre los que se encuentran: Baruch de Spinoza (1632-1677), John Locke (1632-1704), Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), George Berkeley (1685-1753), David Hume (1711-1776), Esteban Bonnot, Abate de Condillac (1714-1780), Inmanuel Kant (1724-1804), Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) referenciado por Lenin (1979).

Estos grandes pensadores pre marxistas aportaron a lo largo del trayecto de la historia diferentes ideas acerca del conocimiento de la relación sujeto - objeto. Descartes restauró un tema que se había perdido durante mucho tiempo, se trata de la relación del sujeto y el objeto, para él, sujeto es quien conoce y el objeto lo que se conoce, siendo este su principal aporte, al replantear que para la filosofía un problema que se había perdido en todo el largo transcurrir de la Edad Media.

Para Spinoza, otro gran pensador pre marxista, el pensamiento es acción y, por tanto, algo que se manifiesta, que viene de “fuera”, de la Naturaleza como un todo, y se revierte hacia “afuera”, en la práctica humana; de allí que la grandeza de su sistema se manifieste en la libertad subjetiva, es decir, conocer y trazar sus caminos según los rumbos de la Naturaleza. Luego John Locke resuelve las dificultades de la doctrina de Spinoza en la filosofía del empirismo, en la que aparece la conciencia individual frente a la realidad objetiva material, que es capturada por la primera a través de la experiencia del sujeto, por lo que Locke entiende como idea, el objeto del entendimiento cuando un hombre piensa.

Por otra parte, la teoría de Berkeley, conocida como espiritualismo inmaterialista, impuso un giro de corte relativista a la comprensión del conocimiento, desautorizando definitivamente la idea de que el contenido del conocimiento sea una realidad objetiva. La otra doctrina que floreció fue la del agnosticismo de David Hume, para él, las impresiones son aquellas percepciones que penetran con más fuerza en el espíritu, mientras que por ideas entiende aquellas imágenes debilitadas de estas percepciones en el pensamiento. De ahí la hipótesis central de Hume, que todos nuestros razonamientos relativos a las causas y efectos no se derivan más que del hábito, y que la creencia, es más exactamente un acto de la parte sensitiva de nuestra naturaleza.

Con Inmanuel Kant hay otro recomienzo de la filosofía, se trazo del problema en su forma dualista. Todo el sistema kantiano descansa en el principio de la radical separación del objeto respecto del sujeto, aunque no planteados ahora como distintas substancias, es decir, el sujeto no puede conocer realmente al objeto, puesto que su propia constitución no está en condiciones de ir más allá de lo que aporta la experiencia. En fin, los sistemas filosóficos que le siguen avanzan en la búsqueda de la síntesis y en el esfuerzo por borrar la dicotomía entre sujeto y objeto, entre la idea y la realidad. Pero no es hasta Hegel que el problema alcanza una verdadera solución dialéctica, aunque con un fundamento idealista, constituyendo el principal aporte a la teoría del conocimiento, el resolver definitivamente el problema que había reabierto Descartes.

Las obras de esos filósofos reflejan los avatares de la teoría del conocimiento en la filosofía moderna. La tarea del pensamiento que quedó planteada fue, la de dar una fundamentación materialista a la dialéctica como teoría del conocimiento.

Ahora bien, el sujeto activo y transformador no es la idea, como de algún modo pensaba Hegel, sino el hombre, ente material, quien con sus fuerzas naturales y los instrumentos que socialmente las potencian, alcanza los fines que de manera consciente se ha trazado. Mediante la práctica, unidad indisoluble de la idea y la acción, el pensamiento humano "sale" y "entra" de manera simultánea a la realidad exterior, enriqueciendo su contenido, a la vez que potencia su eficacia en un ciclo posterior de realización.

Por esta vía de investigación del pensamiento, Kant se sitúa en el campo de la lógica y llega a plantearse la tarea de unir en un solo sistema los principios fundamentales que la filosofía había desarrollado en dos siglos de duro trabajo; reconociendo a su vez que el estado natural del pensamiento era la lucha de estos principios que comúnmente aparecían al pensamiento como opuestos entre sí. Esto sitúa a la dialéctica en el centro mismo de la teoría del conocimiento y de la lógica como ciencia del pensamiento.

La dialéctica, entendida como doctrina de unidad de los contrarios, es la única teoría que puede dar un diagnóstico exacto de la forma en que trabaja el pensamiento, al establecer las categorías generales y necesarias de la ciencia, a la vez que con esto se convierte en lógica, en ciencia misma del pensamiento, superando las limitaciones que la lógica formal planteaba en esta tarea.

El punto de partida de Hegel–y gracias al cual puede superar el dilema kantiano– es la identidad entre el pensamiento y la realidad, entre el sujeto y el objeto. La comprensión hegeliana del asunto implicaba una revisión de lo que hasta el momento venía entendiendo la filosofía por “pensamiento”; ya que aquí el “pensamiento” no se limitaba a la capacidad subjetiva de representación de la realidad, sino a cierta forma objetiva de actividad del sujeto, a los esquemas –transmitidos de generación en generación– de actividad social de los hombres, esquemas que van a adoptar la forma de ciencia, de técnica y de moral.

Por eso la teoría del conocimiento, que hasta aquí ha venido a ser una especie de descripción de estos procesos estrictamente individuales de cómo el hombre va desarrollando la capacidad subjetiva del conocer, a partir de ahora va a sufrir un cambio sustancial.

Con Hegel se revoluciona todo el conocimiento, dejando sentadas las bases para una comprensión más exacta del proceso del conocimiento humano. Primeramente, porque rompe con esa forma tan estrecha de comprender al hombre. Para él, el hombre no es individuo, sino sociedad, “estado” (en una acepción que incluye todas las relaciones sociales en su conjunto). Segundo, porque –y en correspondencia con esto– entiende el proceso de conocimiento como un proceso social que no se agota ni comienza con la aprehensión subjetiva de la realidad, sino que incluye esto solo como un momento de un proceso más complicado. Este proceso más complicado tiene sus regularidades estrictamente lógicas, regularidades que son dictadas al pensamiento que actúa en correspondencia con la realidad. Ese pensamiento real existe fuera de las conciencias individuales, aunque no se produce sino con ellas; se presenta a cada individuo en la forma de categorías refrendadas por la experiencia colectiva, esquema de actividad que el individuo tiene que apropiarse si quiere desempeñarse con éxito en las actividades que se proponga. Se trata aquí de un pensamiento que actúa con total independencia, de si los hombres lo comprenden o no.

La lógica, que es la ciencia sobre el pensamiento, sobre las acciones conscientes de ese pensamiento, tiene que investigar justamente las acciones inconscientes del mismo, su objeto tiene que ser la actividad del pensamiento cuando “trabaja” sobre otro objeto (la Naturaleza o la Historia). Era necesario comprender entonces la lógica no en su forma, sino también en su contenido, en el reflejo de las contradicciones en el pensamiento. Se hacía necesario darle a la lógica un carácter dialéctico, que es lo mismo que decir: era necesario expresar las reglas del espíritu en forma de concepto, a lo que habían renunciado tanto Kant, como Fichte y Schelling.

Por último, hay que agregar que la comprensión hegeliana del pensamiento incluye también el proceso de “cosificación”, mediante el cual el pensamiento, a través de la práctica, se realiza, se transforma en “cosa” sensorialmente contemplada. La práctica es ya introducida por Hegel en la teoría del conocimiento, en calidad de criterio de la verdad de los conocimientos, como actividad que “realiza” los conceptos, existentes previamente en forma ideal.

En el prefacio de la obra de Lenin (1976) destaca:

La teoría del conocimiento, como en todos los otros dominios de la ciencia – escribió-, hay que razonar con dialéctica, o sea, no suponer jamás que nuestro conocimiento es acabado e inmutable, sino indagar de qué manera el conocimiento nace de la ignorancia, de qué manera el conocimiento incompleto e inexacto llega a ser más completo y más exacto. (p. 90)

El conocimiento es un proceso complejo donde la realidad se refleja y reproduce en la conciencia del hombre condicionada por leyes objetivas del devenir histórico social y la actividad consciente, formulados en los principios de la teoría dialéctico - materialista del conocimiento y de la lógica dialéctica ideas expuestas por Lenin (1979) donde expresó:

La dialéctica como conocimiento vivo, multilateral (con una multiplicidad de aspectos que aumentan eternamente), con una infinita cantidad de matices de cada enfoque y aproximación a la realidad (con un sistema filosófico que se convierte en un todo a partir de cada matiz)-he aquí un contenido inmensamente rico en comparación con el materialismo “metafísico”, cuya desdicha fundamental es su incapacidad para aplicar la dialéctica (…) al proceso y desarrollo del conocimiento. (p. 354)

Rodríguez (2001) analiza que: “sin pretender agotar el contenido de la lógica dialéctica Lenin esbozo los principios fundamentales de esta ciencia al establecer la diferencia entre el método filosófico que emanaba de la lógica formal y el método lógico dialéctico”, (p.107) por su parte conociendo las indicaciones e ideas expuestas por Lenin y la manera en que enunció los principios, la citada autora declarará para la lógica dialéctica los siguientes principios:

La doctora Rodríguez (2001) partiendo de las ideas expuestas por Lenin en la obra referenciada deduce dos principios fundamentales de la lógica dialéctica: el principio de la unidad de lo abstracto y lo concreto, el principio de la unidad de lo histórico y lo lógico, caracterizando de forma integral el movimiento dialéctico, de valor metodológico fundamental. La especificidad de lo antes mencionado, radica, precisamente, en que esos dos principios se integran y se sintetizan.

En teoría Marxista-leninista sobre el conocimiento reviste relevancia la relación sujeto–objeto. Por un lado, la comprensión ontológica de la dialéctica, que lleva a considerarla como teoría que estudia las “formas puras del ser”, junto a la teoría del conocimiento dedicada a las formas específicas del conocimiento y la otra (la lógica) a las formas específicas del pensamiento discursivo.

La práctica constituye otro elemento que media la relación sujeto- objeto, no identificable con el pensamiento ni con el objeto o fenómeno exterior, pues implica una relación en que ambos se engloban en un todo único desde las posiciones de monismo materialista. Si desde cierto punto de vista la representación es sólo comparable con una nueva representación y no directamente con los objetos y fenómenos existentes fuera de esta, concibiendo ambos en unidad dentro de los marcos de la práctica, es sostenible de manera inequívoca, que la representación y, en su sentido más amplio, la subjetividad humana tiene esos objetos y fenómenos como fuente y contenido.

La realización de la práctica social, transformadora por excelencia, ha dado lugar a que el hombre viva inmerso en sus resultados, en una naturaleza humanizada, sobre cuya base establece relaciones históricamente determinadas, criterio fundamental desde la cual se proyecta hacia el futuro. Así constantemente amplía su radio de acción, conformando una especie de espiral ascendente, delineada por el carácter universal de su actividad, con lo que rebasa el carácter de un ser puramente individual especializado.

El hecho real es que la sociedad humana perdura y se desarrolla mediante la sucesión de generaciones. Las nuevas se levantan sobre la base de los logros alcanzados por las anteriores para ascender a peldaños superiores de civilización y cultura; lo cual revela, a la vez, que el hombre, producto y a la vez productor de la Historia, imprime de manera continua la huella de su práctica -que de ese modo revela su carácter universal- en calidad de fuente de la cultura integralmente entendida.

De esta forma no es posible excluir a la ciencia, cuya importancia se acrecienta cada día en el conjunto de la vida social. Constituye la forma suprema del conocimiento y, entre otras, tiene esta característica que ha dado lugar a la aparición de una forma específica de actividad especializada. Es necesario precisar que para la ciencia la actividad práctica material consciente, constituye al conocimiento que hace posible conocer la realidad objetiva como un proceso que es finito e infinito. No, únicamente es el criterio de su veracidad, sino también su fuente y finalidad.

Asumiendo el criterio de Castellanos (2000) podemos plantear que:

El Conocimiento es inherente de forma esencial a la existencia del ser humano. Desde el momento mismo de su nacimiento, y en la medida en que éste entra en contacto con el mundo circundante y las personas, comienzan a construir y reconstruir permanentemente nuevos saberes y experiencias: deviene así un sujeto cognoscente activo, capaz de enriquecerse y completarse progresivamente como persona, y de abrir los horizontes para la transformación de la realidad y de sí mismo. (p.15)

Todo saber dimana de la relación del ser humano con la realidad, originada en la actividad práctica; esa realidad objetiva que existe independientemente de la conciencia, abarca tanto la naturaleza en su infinita diversidad, como la vida social, con las ricas formas de expresión de la cultura y los intercambios entre las personas durante su actividad vital material y espiritual.

La cognoscibilidad del mundo por el ser humano brota de su relación con una realidad concreta e histórica que tiene un carácter problematizador permanente, conduciéndolo a la búsqueda y descubrimiento de aquello que necesita para dar solución a los imperativos vitales.

Luego, el saber que la cognoscibilidad tiene su punto de partida en la práctica, en la interacción con el universo sensible, pero trasciende la inmediatez, reconstruyendo el mundo a nivel del pensamiento, para retornar nuevamente a la praxis: tal es el complejo y dialéctico camino del conocimiento.

La actividad práctica es un modo específico de existencia del hombre y un proceso permanente de intercambio – reflejo de la realidad, que se da en una relación contradictoria y presupone diferentes modalidades: comunicativa, cognoscitiva y valorativa.

Existe entonces un peculiar vínculo dialéctico de continuidad y ruptura entre el saber común y el científico. Este aparece genéticamente a partir de las premisas del conocimiento empírico-espontáneo, pero lo reconstruye y perfecciona sobre nuevas bases, otorgándole mayor objetividad y validez al proceso mismo y a su resultado.

Sin embargo, la evolución del pensamiento científico ha conducido a una progresiva desvalorización del saber popular, identificado con la ignorancia, legitimándose como única forma verdadera de conocimiento, el alcanzado por la vía de la investigación metódica.

CONCLUSIONES

Desde el siglo VII y VI A.N.E se establecieron las bases del pensamiento científico a partir de la relación sujeto objeto. Que consistió en pensar el mundo con una manera revolucionaria que apuesta por la razón como el instrumento de conocimiento y de dominio de la realidad. Entre los siglos X y XIII, hubo una renovación del pensamiento y la sensibilidad que estableció la reflexión basada en la argumentación y la razón lógica.

Con el renacimiento, definitivamente se sentaron las bases para el estudio de la verdad a través de la ciencia con el uso del método científico en lo experimental y racional. En la Edad Moderna el sujeto (quien conoce) y objeto (lo que se conoce) vienen a plantearse por él como los términos contradictorios que conforman el problema del conocimiento.

De los siglos XVI hasta mediado del XIX con el surgimiento del marxismo, los filósofos se movieron en la explicación de la relación sujeto – objeto en la apropiación del conocimiento. La mayoría separaban el sujeto del objeto del conocimiento. El sujeto con su conciencia individual sin nexos con la sociedad. Se sitúa a la dialéctica en el centro mismo de la teoría del conocimiento y de la lógica como ciencia del pensamiento. La lógica adquiere un carácter dialéctico, que expresa las reglas del espíritu en forma de concepto. Hegel representante cimero de la dialéctica idealista objetiva concibe la práctica en calidad de criterio de la verdad de los conocimientos y como actividad que “realiza” los conceptos, existentes previamente en forma ideal.

A diferencia del Marxismo considera a la práctica eminente social a través de la cual hombre como sujeto histórico social conoce y transforma la realidad objetiva en que vive. Posteriormente V.I. Lenin continuador más consecuente del Marxismo profundiza y establece las bases de la teoría dialéctico materialista del conocimiento, la unidad entre la Lógica- la dialéctica y la Teoría del conocimiento como una y la misma cosa y la vía dialéctica del conocimiento. De la contemplación viva al pensamiento abstracto y de este a la práctica como criterio de la verdad desde el materialismo.

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