Universidad & ciencia |
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Vol.13, No. 2, mayo-agosto, (2024) |
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ISSN: 2227-2690 RNPS: 2450 |
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Universidad de Ciego de Ávila, Cuba |
Tendencias históricas del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en el adulto mayor
Historical trends in the training process of the Physical Culture activist in the care of the elderly
Lourdes María González Benavente *, Milvia Carrera Sanamé *,
Misladys López Chaviano *
Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, Cuba
Recibido: 2024/02/25 Aceptado: 2024/04/30 Publicado: 2024/05/25 |
Cite este artículo como:
González Benavente, L. M., Carrera Sanamé, M y López Chaviano, M. (2024) Tendencias históricas del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en el adulto mayor. Universidad & Ciencia, 13(2), 207-217.
URL:https://revistas.unica.cu/index.php/uciencia/article/view/8563
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.11167654
La investigación enfatiza las tendencias históricas del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor por su importancia en el activista de la Cultura Física capaz de asumir los retos que emergen en los procesos sociales, de la cultura, deporte y sus dinámicas. Una capacitación que tiene en cuenta los aspectos externos y a la persona como sujeto integral, en el devenir con sus congéneres y en un proceso que transciende las barreras de lo inmediato para abordar la condición humana como potencialidad, en el rol determinante de transmisor de la Cultura Física y transformador de la sociedad: ser activista en una etapa de muchos restos, Las tendencias reveladas apuntan a la necesidad de capacitar al activista de la Cultura Física en elementos necesarios para su desempeño, por lo que se plantea como objetivo conocer las tendencias en las que transita la capacitación del activista de la Cultura Física.
Palabras clave: activistas; adulto mayor; capacitación del activista
Abstract
The research emphasizes the historical trends of the training process of the Physical Culture activist in the care of the elderly due to its importance in the training of the Physical Culture activist capable of assuming the challenges that emerge in social processes, culture, sport and its dynamics. A training that takes into account external aspects and the person as an integral subject, in the future with their fellow human beings and in a process that transcends the barriers of the immediate to address the human condition as potentiality, in the determining role of transmitter of Culture. Physics and transformer of society: being an activist in a stage of many remains, The trends revealed point to the need to train the Physical Culture activist in elements necessary for their performance, so the objective is to know the trends in the that goes through the training of the Physical Culture activist.
Keywords: activists; activist training; older adults
En los primeros años del siglo XX el activismo era guiado por personas que tenían un dominio de algún deporte y organizaban las actividades deportivas con sus propios medios, aunque de forma espontánea, fundamentalmente personas de alta posición social los que estudiaron en el extranjero, por lo general, organizaban un solo deporte, muchos de estos autofinanciaban estas actividades e incluso celebraban competencias regionales con mucha participación.
A partir del triunfo de la Revolución cubana el 1ro de enero de 1959 el deporte y la actividad física constituyen parte importante del pensamiento político de Fidel Castro citado por (Torre, 2002 p,9) quien expresó: “La actividad del deporte es necesaria para el país… “el deporte es fuente de voluntad, constancia, vigor físico y agilidad mental…¨ es por ello que dentro de las primeras medidas estuvo organizar el desarrollo de la educación física y el deporte para el pueblo.
Ese formidable empeño desde el triunfo de la Revolución hasta hoy, en función de generalizar el deporte y ponerlo al alcance de todos, va más allá de lo que se ha expresado en discursos y otros tipos de intervenciones, en diciembre de 1959 se decretan las primeras medidas para promover la organización deportiva revolucionaria, mediante la Ley 936 del 23 de febrero y se funda el INDER como organismo central encargado de planificar, dirigir y ejecutar los planes y programas de las diferentes actividades deportivas para todo el país, garantizando además la proyección internacional de estas.
En la propia Ley 936, se establece la creación de los Consejos Voluntarios Deportivos, se plantea como principio el logro de una masividad consecuente y de una práctica sistemática de las actividades necesarias para la participación directa de las masas en la organización y desarrollo de los planes, lo que a su vez transforma el pensamiento de que el deporte es un derecho de todos para convertirse también en deber de todos y facilitar las soluciones prácticas que conducen a un mayor nivel de posibilidades y de oportunidades de participación, se necesita la presencia de personas motivadas y entusiastas para formar parte del movimiento de activistas, que son los Consejo Voluntario Deportivo (CVD).
El movimiento del Consejo Voluntario Deportivo ha jugado un papel fundamental en el triunfo del deporte revolucionario desde su oficialización en 1961 de forma sistemática lo que ha hecho posible que sin todas las condiciones e incluso en aquellos momentos difíciles como han sido los últimos años se mantenga y logre su renovación, se precisa de su atención en la base y en las propias comunidades (Sarmiento, 2015).
Teniendo en cuenta estos elementos, se inicia el análisis histórico tendencial, a partir del 1ro enero de 1959. Se trazan criterios e indicadores, en correspondencia con los vacíos teóricos revelados en el epígrafe anterior.
Criterio:
Comportamiento del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor.
Indicadores:
Enfoques y concepciones del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física.
Nivel de desarrollo del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor, a partir del contexto comunitario.
Ello implica tener en cuenta las etapas fundamentales que permiten, desde lo histórico-lógico, exponer los principales procesos, que se ajustan al proceso investigado, por tal razón, se consideran las siguientes etapas:
Primera etapa de 1959-1976. Organización y desarrollo de la capacitación del activista de la Cultura Física.
Segunda etapa de 1976 hasta 1990. Proyección y reforzamiento de la capacitación del activista de la Cultura Física en el contexto comunitario.
Tercera etapa del 1990 hasta la actualidad. Afianzamiento del proceso capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor.
Para entender el proceso de capacitación del activista de la Cultura Física se impone realizar una valoración de cada etapa, lo que posibilita concretar las tendencias fundamentales por la que atraviesa este proceso formativo.
Se impone entonces, la necesidad de búsqueda de tendencias que contribuyan a perfeccionar, actualizar, ampliar el horizonte y espectro de la capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor desde su perspectiva pedagógica como conductor principal de la capacitación del activista en el adulto mayor. A partir del estudio histórico realizado se proponen tres etapas, sobre la base de considerar los principales acontecimientos y/o cambios más relevantes en el proceso que se investiga, estas son:
A partir del triunfo de la Revolución en enero de 1959, se intenciona la práctica del deporte, para ello se constituye la primera estructura que se encarga de dirigir este proceso, la Dirección General de Deportes, en cooperación con el Ministerio de la Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio de Educación y las organizaciones de masas, se crean las primeras células de este movimiento de activistas, aunque desde décadas anteriores lo hacían de manera no oficial, se comienza a gestar cuando se inicia la práctica de las primeras disciplinas deportivas, entre ellas se destacan: el béisbol, voleibol, atletismo y baloncesto. Esto fue posible, por la labor desplegada de quienes de manera voluntaria entregaron toda su energía, para llevar este pasatiempo a todo el país.
Varios autores abordan en sus investigaciones la historia de este movimiento CVD, en el deporte se destacan las siguientes: Bellido (2011); Freire (2010), Cotelo (2015); Suárez (2016), Suárez, et al, 2020), a partir de la década del 60, dirigidos por la recién creada Dirección General de Deportes (DGD), da paso posteriormente a la creación del Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación (INDER), se dedica el mayor esfuerzo a la organización del movimiento de activistas voluntarios deportivos, organizados en CVD.
A partir de aquí, este movimiento se convertiría en la columna vertebral del deporte y sus unidades de base en centros de trabajo, unidades militares, aglutinados a su alrededor. La influencia de las organizaciones políticas y de masas hizo de los Consejos Voluntarios Deportivo una fuerza participativa, con el principio de la masividad y la práctica sistemática de las actividades físicas, con la participación directa de las masas, con la vinculación de la población a los consejos. A través de sus activistas se garantizó la participación en distintas actividades: tablas, desfiles gimnásticos, pruebas Listos para Vencer, planes de la calle y de la montaña, así como en el deporte competitivo.
Se le otorga al INDER las facultades para organizar competencias deportivas y la Educación Física con bases científico técnicas.
Desde ese momento comienza el trabajo con la comunidad en función de la masividad; la propia ley concebía la creación de los Consejos Voluntarios Deportivos, hecho que ocurre el 19 de noviembre de 1961, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana durante la celebración de la Primera Plenaria Nacional, donde se oficializa su constitución. Su principal objetivo era satisfacer las demandas de la práctica deportiva en las comunidades.
Un elemento importante de esta etapa, es la contribución de estos activistas en la participación de eventos deportivos y recreativos, además en ocasiones asumían la labor del profesor por no contar con el personal técnico y especializado en las comunidades, y las posibilidades de superación, en lo que se refiere a la formación continua, eran muy limitadas, ya que los cursos, seminarios y talleres, eran escasos, y no permitían contribuir al desempeño del activista, el modelo formativo existente se centraba en la orientación por interés individual y no se estableció una planificación y organización de todo este proceso; por tanto, se requería fomentar acciones que se encaminaran a dar solución a este proceso.
En esta etapa se crea el INDER el 23 de febrero del propio 1961, un momento crucial lo marcó la Primera Plenaria Nacional, que sesionó durante los días 18 y 19 de noviembre en el Coliseo capitalino, como cierre de un proceso de seis semanas en las entonces seis provincias del país, en el que surgieron las bases para establecer planes de trabajo y crear los Consejos Voluntarios Deportivos (CVD), que llegaron a fomentarse con más de 100 000 activistas en la nación. (Suárez, et al. 2018)
Como elemento distintivo en esta etapa, se elabora e inicia la aplicación de una política de estímulo y superación atendida en su proyección por el organismo nacional y por el recién creado Departamento de Actividades Deportivas y Cultura Física, como estructura perteneciente a las direcciones municipales de deporte, se continúa con la celebración de los plenos municipales, se logra un progresivo crecimiento de las cifras de activistas y CVD, con respecto a la etapa anterior.
En el año 1979 se crean los Combinados Deportivos como una necesidad de fortalecer el proceso organizado de la Cultura Física, en particular dirigido al trabajo con los niños. Un elemento distintivo de estos años es la vinculación de activistas a proyectos de desarrollo local, aprobados para favorecer el perfeccionamiento de la actividad deportiva en el territorio. La participación en diferentes eventos de investigación, muestra la búsqueda de soluciones a determinadas situaciones que se presentan en el ámbito deportivo.
Varios deportes fueron conducidos por activistas, entre los que se destacan: el béisbol, boxeo, fútbol, ciclismo, judo, lucha libre, atletismo, voleibol, baloncesto, ajedrez, tenis de mesa, balonmano, kárate-do. En este período, se construyeron instalaciones en las comunidades rurales, denominadas Complejos Deportivos Rústicos, los que facilitaron la masificación del deporte. Se concreta la llegada al municipio de los primeros técnicos deportivos graduados en la Escuela para Profesores de Educación Física, agrupado en las escuelas comunitarias, institución que favorecía el perfeccionamiento de la capacitación de activistas voluntarios.
En el período de 1980 al 1982, se realizaron diversas variantes de programas en función de las áreas terapéuticas de la Cultura Física; sin embargo, muchos no se correspondían con las necesidades y funciones de activistas de la Cultura Física, la preparación recibida era limitada, el contenido de la capacitación se relacionaba con su desempeño, en el proceso organizado de la Cultura Física en particular para niños, pero sin considerar sus necesidades y aspiraciones personales y colectivas.
Marca esta etapa el inicio del período especial en Cuba, a partir de la desaparición del campo socialista en los países de Europa del Este. El país atravesó un largo período especial en el que la práctica de actividades deportivas sufrió el embate de las restricciones, muchas instalaciones deportivas se deterioraron y las posibilidades de repararlas fueron escasas, faltaban implementos para practicar los diferentes deportes, fluctuó la fuerza especializada hacia otras esferas de trabajo a partir de la desmotivación, en lo fundamental por razones económicas, se suspendieron diferentes eventos deportivos.
La transformación de las escuelas comunitarias en combinados deportivos, con una nueva estructura de dirección, posibilitó una mejor atención del activista, a partir de agrupar por zonas geográficas los diferentes Consejos Voluntarios Deportivos pertenecientes a cada institución deportiva, de esta manera se brindó una mejor capacitación, al ser atendidos por un profesor deportivo acorde con su actividad específica.
Durante estos años se fortalece la atención a este importante movimiento en las comunidades, al cobrar mayor protagonismo el desarrollo de eventos de base y municipales en las diferentes disciplinas deportivas y categorías que se practicaban. Se amplió la labor del activista hacia la práctica de actividades físicas deportivas relacionadas con la Cultura Física y la Recreación en las diferentes comunidades y centros laborales, para cubrir el déficit existente de personal técnico y las limitaciones para la realización de eventos a otros niveles, que implicaban aseguramientos materiales. Estas situaciones, aunque repercutieron de manera negativa en el movimiento deportivo cubano, no tuvieron un impacto mayor por el accionar del activista.
En general, el proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor, en esta etapa, carecía de una proyección sistematizada, marcada por los mecanicismos de un dogmatismo y esquematismo en los contenidos que se impartían; no siempre se consideraban las necesidades y aspiraciones personales y colectivas de los involucrados y en la mayoría de los casos se centraba el activista de la Cultura Física en las clases de educación física con el adulto mayor.
En los años finales de la etapa, a partir del 2000, el país comienza a mostrar una recuperación de la economía, en la esfera del deporte se comienza a brindar mayor atención a la recuperación de instalaciones, la creación de otras de nueva incorporación, la entrega de implementos que permiten mejorar la práctica del deporte en la base y con ellos facilitar la labor del activista.
En Cuba existen condiciones creadas dado el carácter centralizado y descentralizado en la política educacional en las escuelas, para que el activista dedique tiempo a estas reflexiones. Para ello tiene que ser un buen comunicador, poseer iniciativas, conocer técnicas de animación para fomentar la participación en actividades físicas recreativas, en apoyo al desarrollo comunitario. En esta etapa, el país muestra una mayor estabilidad en el desarrollo económico y la demostración de la entrega y dedicación desinteresada del activista voluntario como muestra de uno de los valores supremos del ser humano, que se consolida durante más de cinco décadas. Suárez, et al. (2020)
La integración coherente del sistema de conocimientos para alcanzar una capacitación integral se potencia en esta etapa, con el propósito de cumplir su encargo social, pero aún era carente de una concepción epistemológica y praxiológica que estuviera en correspondencia con el proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor, a nivel de los Combinados Deportivos, como vía para garantizar la preparación y la consolidación de un activista de sólidos conocimientos educativos y socioculturales.
Como deficiencias en el período no se potencia el proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en el nivel de los Combinados Deportivos, prevalece la formación en contenidos de los especialistas en el deporte y no se precisa cómo lograr la integración adecuada de los contenidos teóricos y prácticos en la atención al adulto mayor en la comunidad.
El análisis de estas consideraciones permitió señalar que el activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor aún presentaba dificultades para realizar los necesarios análisis que componen el trabajo educativo, sociocultural y sus relaciones.
El contexto socio-cultural hace referencia al entorno en el que crece y vive una persona y la influencia que este ejerce en sus ideas y comportamientos. Dentro de este concepto se incluyen los aspectos históricos, políticos, económicos, educativos, religiosos, éticos y estéticos presentes en su comunidad en un espacio y tiempo determinados, Gauvain (2013); Lifeder. (2019).
Estas características socioculturales compartidas indican carencias desde la orientación educativa y sociocultural del activista de la Cultura Física referentes a tradiciones e identificaciones culturales, comunicación y la participación social.
El cumplimiento de indicaciones que se orientan en los documentos ministeriales constituyó la esencia de esta etapa, sin embargo, se emiten sin un dominio de los elementos, sociológicos y pedagógicos de contenidos fundamentales que sustentan la actividad práctica en la atención al adulto mayor.
Del análisis realizado desde lo histórico-lógico se revelan como tendencias las siguientes:
Desde un proceso de capacitación que se encuentra desactualizado, en la comprensión del carácter sistémico de la concepción, Actividad Física Comunitaria hacia el necesario carácter científico de este proceso, aún limitado en la integración de los contenidos educativos y socioculturales en los procesos de capacitación.
Desde el afianzamiento del proceso de capacitación del activista de la Cultura Física en la atención al adulto mayor aún en perfeccionamiento, según la diversidad de las especialidades, al establecimiento de una lógica científica, todavía carente de una visión contextualizada, que propicie el avance de una actualización destinada a la cultura general.
Bellido, A.R. (2011). El humo de Battle Creek. Ediciones Holguín. (p.79).
Cotelo, J. (2015). Dinámica del proceso de formación del profesional en el contexto comunitario [Tesis de doctorado, Universidad de Oriente]. Cuba.
Gauvain, M. (2013). Sociocultural contexts of development. Zelazo, Philip David, Eds. The Oxford Handbook of Developmental Psychology, Vol. 2: Self and Other.
Freire, P. (2010). Pedagogía de la autonomía y otros textos. Caminos.
Sarmiento, R. O. (2015). Activismo deportivo holguineros por nuevas metas. Holguín. (p. 2).
Suárez, P. J. M. (2016). Estrategia de capacitación del activista voluntario deportivo a través del egresado de la carrera de Cultura Física. Memorias del CD-ROM del evento VII nacional sobre formación laboral e investigaciones educativas.
Suárez, J.M., Sanz, L. del C., y Martin, S. (2018). Historia del activismo voluntario deportivo femenino en Báguanos de 1930 hasta la actualidad. Revista Olimpia, 15(50), 217-230. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6578686
Suárez, J. M., Sanz, L. del C. y Hernández, S. (2019). Estrategia de formación del activista voluntario para la masificación del deporte en la comunidad. En Ciencias e Innovación Tecnológica, vol. IV, capítulo Ciencias pedagógicas. Editorial de la Revista Opunta Brava. Las Tunas.
Suárez, J.M, Sanz, L. del C. y Hernández, R. (2020). El activismo voluntario deportivo como contenido de la asignatura historia de la cultura física. Formación y Calidad Educativa, 8(2), 145-158. http://refcale.uleam.edu.ec/index.php/refcale/article/view/3236
Torre de Diego, M. J. (2002). Fidel y el deporte. Selección de pensamientos, 1959-2005. Ciudad de La Habana: Editorial Deporte.
Lifeder (17 de diciembre de 2019). Contexto sociocultural: concepto, elementos, ejemplos. https://www.lifeder.com/contexto-sociocultural/.
Conflicto de interés
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